pascual

Joaquín Pascual es uno de los músicos más estimulantes del indie nacional. Alguien que nunca se ha conformado con su pasado (y argumentos le sobraban para vivir de él) y siempre ha ido avanzando en su carrera. Formó parte de uno de los grupos más importantes de lo que se vino a llamar música alternativa en este país, Surfin’ Bichos. Muy pocos han igualado, o superado, su herencia sonora. Después abrazó un sugestivo pop espinoso con Mercromina, melodías (mimadas en cuanto a arreglos) que parecían acurrucarte, mientras unas letras (casi) susurradas inoculaban pasajes cuanto menos inquietantes, y que acabaron mutando en un sorprendente caleidoscopio atmosférico donde adquirieron protagonismo el post-rock y las esencias kraut.

Más tarde llegó Travolta, con los que Pascual daba la sensación de querer ir directo a la médula espinal de las canciones, dejando a un lado prácticamente cualquier asomo eléctrico (aunque los hubo) y optando por un pop esponjoso en el que la voz bisbisea como nunca lo había hecho antes. «El ritmo de los acontecimientos» (El Genio Equivocado, 2010) fue el primer disco que firmaba con su nombre. Un álbum en el que cantaba «Me veo a mí mismo disfrutando de lo lindo», un espíritu que impregnaba las 19 canciones de un trabajo en apariencia sencillo y minimal, con ecos velvetianos (incluso spectorianos) y en los que confluyen algunas de las mejores canciones que ha escrito nunca Pascual. «La frontera» (Grabaciones en el Mar, 2012), con portada de Joaquín Reyes y menos directo que su antecesor, fue un álbum más pausado, sereno, tal vez el disco más folk de su carrera, eso sí sin abandonar esa dualidad que le ha acompañado muchas veces en el que musicalmente arrulla al oyente, pero las letras son como esos pequeños punzamientos que provoca el flato.

Descacharrada

En la cabeza de Pascual siempre estuvo presente la idea de hacer un disco exclusivamente instrumental, por eso cuando Pedro Vizcaino (de Grabaciones en el Mar) le pidió algunas canciones para su primer película, se abrió en el músico la espita por la que circularían las composiciones que acabarían dando forma a «La frontera Scores», firmado por él mismo junto a La Orquesta Descacharrada (nada que menos que formada por 18 miembros), y que, más tarde, daría lugar a La Película Descacharrada. Pascual cedió las canciones del disco para que quién quisiera creará su propio videoclip. Con todo el material recibido y la ayuda de los realizadores de videoarte Dori & Grey se dió forma al film en cuestión, que en el manifiesto que se redactó para la ocasión definían como «un continuo y psicodélico fluir de todas vuestras imágenes sobre la banda sonora del disco La Frontera Scores». Como Pascual es inquieto por naturaleza y nada acomodadizo, el siguiente paso no era difícil adivinarlo. Trasladar el proyecto conjunto (disco y película) a un escenario. En esta ocasión La Orquesta Descacharrada la forman cuatro músicos, suficientes para llevar este espectáculo lisérgico a buen puerto.

Como es la primera vez que alguien crea un disco y una película descacharrados, le propusimos a Joaquín que nos seleccionara 5 álbumes y 5 cintas a los que se les pudiera aplicar tan maravilloso calificativo. Aceptó el reto, aunque reconociendo la dificultad del mismo porque «el calificativo descacharrado sólo lo entiendo en la Película Descacharrada», pero aún así lo intentó y este es el resultado:

Películas Descacharradas:

«Ed Wood» (Tim Burton, 1994)

Improvisar sobre la marcha y positivar a primeras tomas aunque sean un desastre es descacharrante.


«El increíble hombre menguante» (Jack Arnold, 1957)

La niebla radioactiva. Hacer ciencia ficción en los 50. El croma. Descacharramiento asegurado.


«Miedo y asco en las Vegas» (Terry Gilliam, 1998)

Drogas, drogas y más drogas. Descacharrados en Las Vegas.


«El apartamento» (Billy Wilder, 1960)

Las buenas comedias de enredo son descacharrantes.


«El bueno, el feo y el malo» (Sergio Leone, 1966)

Aquí se juntan muchos elementos descacharrantes. La música de Morricone, Lee Van Clef, el poblado de Almería….Una de las obras cumbres del descacharramiento.


Discos Descacharrados:

pavement

«Crooked Rain, Crooked Rain» (Pavement)

Uno de los discos mas bonitos, más extraños y más absurdos que he oído en mi vida. Absolutamente descacharrado.


anntona

«Grandes males, remedios regulares» (Antonna)

El mundo de Antonna es descacharrante lo mires por donde lo mires.


Pink-Floyd-Dark-Side-Of-The-Moon

«The dark side of the moon» (Pink Floyd)

El rock progresivo y los sintetizadores a cascoporro son descacharrantes.


Hasil Adkins

«Out to Hunch» (Hasil Adkins)

Un tío que canta y se ríe a la vez se está descacharrando.


Morricone

«La trilogia del dolar» (Ennio Morricone)

La cima del descacharramiento orquestal y elegante.