La primera secuencia de Alanis ya avisa. No hay un interés por encuadrar los planos para un disfrute más cómodo del espectador. Anahí Berneri, su directora, pretende que entremos en la vida de la protagonista como voyeurs, mirones que contemplamos esa realidad como si la viéramos escondidos desde allí mismo. No hay perfección en el plano ni tampoco en el cuerpo de la mujer. La cineasta persigue la identificación desde la butaca al tiempo que solo pretende ser una mera transmisora de la historia. Por eso no se juzga al personaje principal, hay planos en la calle en los que los transeuntes se sorprenden ante la cámara o una escena de sexo se prolonga hasta el hastío sin buscar efectismo alguno.

Alanis es una prostituta a la que da vida con una veracidad aplastante la argentina Sofía Gala Castiglione. Tiene 25 años, un niño que le pide teta incansablemente y un futuro tan desmoralizador como su torpedeado presente. A Berneri no le ocurre como a Ruben Östlund (el director de The Square) que declaró en una entrevista que no le apetecía mostrar cosas bellas. Ella no se detiene en calificar lo que muestra, solo parece importarle ser fiel a la realidad. Y así construye su discurso narrativo, tan Chantal Akerman en ocasiones, pero al mismo tiempo cercano. Lejos de aquellas mujeres de ciencia ficción de Princesas, de Fernando León de Aranoa.

La película defiende el derecho a decidir, incluso aunque la opción elegida tenga un fuerte rechazo social. Reivindica la independencia de la mujer. Aboga por enterrar los juicios de valor y los prejuicios sin valor. Denuncia la hipocresía de las instituciones ante el problema de la prostitución. Y lo hace sin aspavientos, con un ritmo calmado, inoculando su mensaje en pequeñas dosis. Sin concesiones gratuitas. Regalando una galería de secundarios con mucha personalidad que parecen trazados con un par de líneas de guión. Y es que esa sencillez, intencionada y bien armada, es la grandeza de esta cinta.

Alanis ganó los premios a la Mejor Dirección y Mejor Actriz en el Festival de San Sebastián.

Alanis se estrena en los Cines Babel.