Sara Mansanet. Foto: Eugenio Viñas.

Soy Sara Mansanet y nací en València, aunque soy el resultado de la suma de los Mansanet de Simat de la Valldigna y los Royo de las cuencas mineras de Teruel, así que ha quedado una mezcla curiosa del cachondeo de La Safor y la tozudez maña.

De pequeña quería ser arqueóloga -creo que porque soy muy curiosa y preguntona- y acabé licenciándome en Historia del Arte con vocación de guía turístico (otra excusa para viajar sin parar). Mi crisis de los 30 me hizo volver a la Universidad. Cursé el máster de Gestión Cultural y mi vida giró hacia la producción audiovisual y los festivales de cine, centrando desde ese momento mi desarrollo profesional en ese campo.

Imagino que os queréis tomar un vermut conmigo porque dirijo el Festival de Mediometrajes de València La Cabina, pero me acabo de estrenar como productora ejecutiva de Focus, programa de ràdio documental d’À Punt, y también me emociona contarlo. ¡Escúchenlo!

Formo parte de la Generación X, trabajo con millennials y tengo hijos en edad adolescente. ¿Cómo sobrevivir a esto? Solo es posible teniendo una capacidad de adaptación brutal; todavía estoy aprendiendo.


Un disco:
Devoro música de casi todo tipo, pero si tengo que destacar algún disco me quedo con ¡Es que no hay manera! (Los Fresones Rebeldes), Tea for the Tillerman (Cat Stevens) y El espíritu del vino (Héroes del Silencio). Vamos, que no tiene nada que ver uno con otro…

Una película: Por trabajo y por placer visiono miles de minutos de cine al año. Resumiendo mucho puedo destacar Only Lovers Left Alive (Jim Jarmusch, 2013), Le meraviglie (Alice Rohrwacher, 2014), Visages Villages (Agnès Varda y JR, 2017) y Petra (Jaime Rosales, 2018); los cortos Bikini (Óscar Bernácer, 2014) y Galatée à l’infini (Julia Maura, Mariangela Pluchino, Ambra Reijnen, Maria Chatzi, Fátima Flores, 2017) y los mediometrajes Graffiti (Lluís Quílez, 2016), Fifty Rupees Only (Nagore Eceiza, 2016) o An Autobiography (Mari Mantela, 2017).

Un libro: Últimamente me he descubierto recomendando muy fuerte Momo (Michael Ende). Su lectura es imprescindible y, lamentablemente, muchos adultos de mi alrededor todavía no lo han leído (y así nos va).

Una serie de tv: Cuando seguía series en televisión, la favorita era Friends. En esta era del VOD me quedo con The Handmaid’s Tale, Wild Wild Country y Cuineres i cuiners.

Una serie de dibujos de tv: Me voy directa a mi infancia recordando compartir con mis hermanos los mejores ratos con Dragones y mazmorras, He-Man y por supuesto Scooby-Doo.

Una revista: Solo estoy suscrita a Caimán Cuadernos de Cine, aunque mi placer culpable es comentar la revista ¡Hola! con mi madre y mi abuela.

Un icono sexual: Así de golpe, Marlene Dietrich, Las Grecas y Hugh Jackman.

Una comida: Me rindo ante cualquier arroz meloso. Y de aperitivo, las gildas que hace mi chico.

Un bar de Valencia: La bodega Valero tiene todo lo que espero cuando quiero un vermut.

Una calle de Valencia: Tienen que ser tres: la calle Pelayo, donde nació mi yayo Mansanet y tenían la horchatería mis bisabuelos; la calle Cañete, por motivos confidenciales, y la calle Brasil, donde vivo y donde encuentras todos los comercios que te puedas imaginar. Olivereta manda.