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Antonio Miguel Samper con la bici de los recados,»la paquetera». Fotos: Eva M.Rosúa

Cycloclinic. Recycler & Bike Mercado de Ruzafa, puestos 109 al 111 ext. Tamaño local: 6 m2

Antonio Miguel Samper hace ya dos años que encontró su isla particular: la tienda de bicis (venta, reparación de piezas…) más pequeña que quizás nunca verás, seis metros escasos y muy bien aprovechados que ocupan tres paradas exteriores del Mercado de Ruzafa. Pero como Robinson preparado, no está sólo, su cuñado Emmanuel Kwaku, comparte oficio y le releva al mando siempre que es necesario. El origen de la tienda es una historia de crisis e ingenio y sobre todo, es fruto del amor de su dueño por la mecánica. No hay bici que se le resista. «Es un negocio sostenible porque todo lo hago en la bici como ir a comprar piezas; además reciclo todo lo que se pueda, e incluso construyo bicis a partir de piezas de otras». Y muestra a «la paquetera» la sufridora bici con la que se mueve por Valencia para realizar todos los viajes indispensables para abastecer a la tienda. El discurso de la Valencia ideal (por plana y por cálida) para moverse con este medio de locomoción, se repite en todos los amantes de la bici; «la ciudad es propicia a la bici, la gente tendría que moverse más con ella y se ahorrarían un dinerillo, además oxigena y mientras vas en ella, no te da tiempo a pensar en otras cosas».

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Emmanuel Kwaku Duah, mano derecha de Cycloclinic.

«El local es lo que llamaríamos un local-sandwich con tres pisos de bicis», define a la perfección Antonio Miguel. «Cuando alguien me ha preguntado cómo consigo meter tantas bicis aquí, le invito a que venga por la noche y que vea cómo las guardo» dice con buen humor. No obstante, los inconvenientes de una tienda tan pequeña son evidentes, «invades espacio de la vía pública y claro, la policía local pasa y puede llamarte la atención», pero también hay ventajas porque al tratarse de un puesto arrendado al Ayuntamiento los alquileres son mucho más económicos que si se tratara de un bajo convencional. Respecto a su relación con el Mercado, pertenece a la Asociación pero apenas tiene tiempo de participar activamente.

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Pequeño espacio infinito

En las bicis también hay tendencias, y aunque Antonio Miguel se muestra fiel a su bici holandesa con la que sólo ha pinchado una vez (compartida con las otras nueve que tiene), predice que tras la eclosión de las Fixies, las eléctricas se convertirán en las favoritas del público, para cubrir distancias mucho más largas, por un carril bici que él reinvindica que se complete; junto a la habilitación de más ciclo-calles. «Hay que educar a los coches a convivir con las bicis, la reglamentación está bien pero no debería ser tan rígida hacia las bicicletas». Y lo dice con conocimiento de causa, porque acaba de venir de Holanda (país que visita desde hace años con relativa frecuencia, por trabajo y devoción), «es la meca de las bicis en el mundo, allí tiene más preferencia la bici que el vehículo o peatón». Y es de allí, de donde le gustaría importar una nueva vuelta de tuerca de su oficio: el mecánico itinerante, que repara y vende piezas en venta ambulante. Pero la implantación en Valencia es casi imposible, por las trabas para obtener una licencia ambulante de este tipo. Seguro que algún día lo logra, mientras lo seguiremos viendo en su holandesa con alforjas, como si fuera a hacer la Ruta de Santiago y quizás al verle pasar alguien podría exclamar «este tío viene de Alemanía».

Mercado de Ruzafa Cycloclinic