«MUUchachitas». Foto: Raquel Fonfría Mateo.

Gritar vuelve a ser una estupenda manera de reivindicar las cosas. Frente al silencio involuntario es la mejor medida. Dos obras coinciden este fin de semana en València en torno a ello. Las dos tienen la danza como motor escénico y las dos persiguen un objetivo tan sano y necesario como hacer pensar al espectador.

MUUchachitas, de la compañía valenciana Dunatacà, vuelve a Espacio Inestable los días 25 y 26 de noviembre, más de un año después de su estreno, con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género. Un montaje en el que sus cinco intépretes (Julia Cambra, Raquel Fonfría, Andrea Torres, Luna Soriano y Julia Irango, con Sybila Gutiérrez como cover) «encarnadas en vacas, reflexionan en torno a cuestiones de género que les atañen muy de cerca a través del movimiento y unos textos creados expresamente para la pieza». Dirigida por Julia Irango, cuenta con la colaboración del grupo Mafalda; los músicos Marc Pérez, José Osuna Haba y Pablo Rubio Gil-Orozco; y de Pablo Rubio y a Raquel Fonfría en el diseño de las cabezas de vaca.

Irrintzi se podrá ver del 24 al 26 de noviembre en el Teatro Círculo. El título de la obra hace referencia a un grito tradicional vasco, estridente y prolongado. En esta producción, dirigida por Natalia Monge, «optan por su poder comunicador, que se lanza como explosión de alegría en fiestas populares y otros eventos» para reivindicarlo como una opción para la liberación de la mujer. Sobre el escenario, Laurentx Etxemendi, Helena Golab y la propia Monge, interpretando la vida de «dos ancianas que se mueven con limitaciones articulares pero que al recordar su juventud regresan a ese pasado de manera eufórica momentáneamente gracias a los ecos musicales del irrintzi que permitirán este viaje en el tiempo».