«Chucho». Foto: Jordi Pla.

Un perro que se ha perdido y una pareja que se desintegra. Así arranca la obra Chucho, escrita por Mafalda Bellido, quien además, también se sube al escenario con Jordi Ballester para interpretarla (Sala Russafa, del 17 al 26 de enero). «Se puede pensar que perder un perro no es una gran tragedia, pero adquiere un sentido metafórico que habla de muchas otras pérdidas. Cada vez que el espectador se ría, estará profundizando más y más en la tragedia de los personajes y en su propia tragedia cotidiana”, apunta Xavier Puchades, director del montaje.

Que los perros tienen su propio lenguaje es ya sabido. Para entender el de este chucho en particular, hemos pedido a Bellido que completara algunas entradas de un diccionario ficticio que le proponíamos. No están todas las letras como era de esperar, es lo que tiene mezclar canes y papel.

C

Creador.es

Creador.es fue el punto de partida, el lanzamiento de la pelota que después fue Chucho. Creadores.es ha impulsado la formación de la escritura dramática en Valencia durante los últimos años con la realización de cursos de dramaturgia que han traído hasta aquí a grandes referentes de la escritura dramática: Eusebio Calonge, Santiago Loza, Matías Feldman, Alejandro Tantanian,… Pero también ha traído nuevos formatos para dar a conocer nuestra dramaturgia, como el Torneo de Dramaturgia, que este año se ha consolidado con su tercera edición. Somos muchos los que este mes de septiembre hemos echado en falta la dosis anual de creadores.

De su encargo, el de participar en el Torneo de Dramaturgia y de sus premisas surgió esta obra. Sin esa propuesta inicial, Chucho no habría nacido o lo hubiera hecho tiempo después y seguramente de otra manera. Chucho no sería una comedia olímpica apta para todos los perros.

E

Equipo

Sin equipo no hay nada. El equipo es fundamental. El equipo te ayuda a ver las cosas de otra manera, tumba tus certezas para levantar otras, tiene otra visión, otra perspectiva. Es la suma de muchas horas, de muchas carreras que confluyen y se nutren unas de otras. Hacer una obra de teatro es correr una carrera de obstáculos que entre todos nos ayudamos a saltar. En este caso, hay de todo, gente con la que ya he trabajado y con la que siempre cuento, y nuevas miradas con las que me encantará seguir oteando nuevos proyectos.

H

Hacer comedia

Ufff… qué difícil… sé que Chucho es una comedia, pero no sé cómo se hacen las comedias. Cuando escribes, a veces te ríes de las cosas que se te ocurren, a veces escribiendo una obra ríes en algunos momentos puntuales y en otras no puedes parar. Pero claro, que le haga gracia a una misma no es garantía de nada, el humor de cada uno es diferente. Me gusta que en mis obras la gente ría y también se emocione, que salga de manera diferente a cuando entró al teatro. Pero la risa ¿Dónde está la risa? No lo sé, es uno de los grandes misterios.

J

Jordi Ballester

Jordi fue uno de los actores que leyó el texto en la primera semifinal del Torneo de Dramaturgia y cuando lo vi, no podía creer que con tan solo varias lecturas del texto hubiera hecho ese trabajo tan maravilloso. Jordi Ballester es la energía, la alegría, la generosidad y el trabajo. Es el puro nervio que te alegra en cada momento, el que de nada te hace un chiste, el que te hace reír con una mirada, el que te sorprende con su grandísimo talento en cada ensayo. Jordi Ballester es mi partenaire en escena y es el mejor Toni con el que podía soñar.

L

La Zafirina

La Zafirina es el nombre de guerra de una anarquista que se empeñó en cometer un magnicidio, liquidar a Carmencita Polo. Esta pieza teatral corta, Yo maté a Carmencita Polo es el germen de la compañía de teatro La Zafirina que acabó de gestarse y tomar cuerpo con el estreno de Como si el fuego no fuera contigo. De su protagonista toma el nombre y también la fuerza y las ganas de no resignarse a lo impuesto, a lo marcado. A La Zafirina le gusta llorar y reír al mismo tiempo. Le gusta lo bello, lo poético, pero también lo vulgar y cotidiano. Le gustan las  palabras, y le gusta jugar y le gusta buscar y encontrarse en un escenario.

«Chucho». Foto: Jordi Pla.

M

Mafalda Bellido

Esta es más difícil. Además me da como apuro. No me gusta hablar de mí. Todavía ando encontrándome, buscándome, así que cualquier intento de definirme quedaría caduco al instante.

T

Torneo Dramaturgia

El Torneo de Dramaturgia me brindó la oportunidad de arriesgar o de explorar algunas facetas dramáticas que solo había recorrido de puntillas. Las premisas del propio torneo (dos personajes, un texto dramático sin acotaciones y que los protagonistas o alguno de ellos hubieran sufrido una pérdida) fueron los ingredientes con los que se empezó a cocinar Chucho. A mí me sirvió para explorar, para discurrir estrategias, para sorprenderme. Recuerdo que el proceso de escritura fue a la vez mágico y angustioso, mágico porque fluía todo y angustioso porque al ser un torneo nadie podía leer el texto antes de su puesta en pie, y eso me privó de los comentarios y consejos de algunas personas valiosas que siempre leen mis textos y me dan su opinión. Creo que al final eso fue un impulso que me permitió lanzarme a la piscina y no recular con algunas decisiones. La respuesta del público en esas lecturas y finalmente conseguir ser el texto ganador del II Torneo de Dramaturgia, es lo que me decidió a apostar por su extensión y a que fuera la segunda producción de La Zafirina.

P

Pinter

Harold Pinter, uno de mis autores de referencia. Harold Pinter es el escritor de una de las primeras obras que interpreté y que siempre me acompañará, La habitación. Pinter es además, mi perro, un yorkshire que me ha puesto patas arriba y que me ha enseñado que la vida es siempre más humana si la compartes con un animal. Pinter se empeña en demostrarme cada día que es mejor rozar la animalidad que la humanidad.

U

Ultramar

Ultramar es mi casa. Es mi barco. Son mis aguas. Las aguas donde han recalado mis escritos y mis obras. Es el puerto amigo en el que siempre encuentras una fonda en la que descansar. Paco Zarzoso y Lola López me brindaron la oportunidad de embarcarme en esta locura, junto con un grupo maravilloso de personas. Recuerdo las primeras reuniones para formar la Sala, cuando todavía no tenía nombre, en el mítico bar New York… Recuerdo la Ultramar de Padre Jofre, nuestro bar… Pero sobre todo me quedo con la gente, la gente que empezamos, la gente que se unió, la gente que continúa, para mi Ultramar es eso, la gente, su gente. Las horas, el sacrifico, las taquillas, los nervios y ahora las personas que todavía continúan, capeando los vientos, las mareas. Dicen que los marineros están hechos de otra pasta, yo creo que todos los que han pasado y están ahora en la Sala Ultramar también.

Chucho se estrenó en 2018 en la sala Ultramar.

V

València escénica

La escena valenciana sigue resistiendo. Es verdad que después del gran erial por el que transitamos, los cambios, los muchos cambios más que alentadores de estos últimos años, son el oasis en el desierto, hay muchos ejemplos, como el Laboratori d’Escriptura Teatral Ínsula Dramataria Josep Lluís Sirera convocado por el IVAC, del que he tenido la suerte de formar parte en su primera edición, con magníficas escritoras como Begoña Tena, Laura Sanchís, María Cárdenas, Maribel Bayona o Antonia Bueno, o las producciones propias que impulsan desde el Rialto la autoría valenciana así, como la creación de los Clubs de Lectura, en colaboración con la Asociació Valenciana d’Escriptores i Escriptors Teatrals que fomentan la creación de nuevos públicos, son solo tres ejemplos. Son importantísimos y necesarios esos cambios promovidos desde las instituciones públicas, pero hasta que estos cambios no han llegado, has sido las salas alternativas o las pequeñas compañías las que han estado dando el callo y que lo siguen dando a día de hoy. Me gustaría romper una lanza por todas las salas alternativas de Valencia, que durante esos años han mantenido el teatro y la profesión, sin ellas, las que mantuvieron el tejido teatral junto con esas pequeñas compañías, que no han dejado de crear, a pesar de la precariedad, el desastre hubiera sido todavía de más magnitud. Destacar el Premio a la Autoría creado por la Sala Ultramar o la creación del Torneo de Dramaturgia, ahora impulsado por el IVC, pero inicialmente promovido por Creadores.es. Son muchos cambios, pero todavía quedan muchísimas cosas que hacer y consolidar. Hay compañías valencianas que hacen trabajos magníficos que prácticamente no tienen repercusión ni en Valencia, ni en Castellón ni en Alicante. Pienso en Encendidas, un trabajo extraordinario de Lola López y la Compañía Hongaresa, que se estrenó en el Teatro Español de Madrid y que solo se ha visto en Sagunto, o podría citar ejemplos de estrenos en Valencia de pequeñas compañías con trabajos muy interesantes que únicamente están cuatro días en cartel ya que no hay un circuito teatral, como si lo hay en otras Comunidades, para mostrar su trabajo en otras localidades. Esas compañías hacen un esfuerzo titánico artístico y económico que nace y muere sin la posibilidad de crecer.

X

Xavier Puchades

Xavi Puchades es el director de Chucho, pero también es la persona que tutorizó la escritura de Como si el fuego no fuera contigo, la obra que se gestó en la primera convocatoria de Autoría de la Sala Ultramar. Allí vivimos una experiencia muy bonita y nos divertimos mucho. Creo que los dos teníamos ganas de volver a coincidir. Tenemos una manera de entender el teatro muy afín. Cuando decidí que Chucho sería la segunda producción de La Zafirina también supe que quería que él fuera el director. Ha sido un proceso muy enriquecedor y nos hemos seguido divirtiendo mucho. Entiendo el trabajo en equipo desde la alegría y el optimismo y este ha sido el proceso. Xavi junto con Jordi, han sido los dos grandes regalos que ya me ha dado Chucho.