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Lou Reed sabía de lo que hablaba en «Walk on the wild side». No había impostura. Drogas, sexo oral, prostitución,… Conocía a todos los que nombraba en su letra. Holly, que había venido de Miami según cantaba en el inicio de la canción, era Holly Woodlawn, una actriz transexual de origen portorriqueño. También lo era, aunque de Brooklyn, la Candy que abría la tercera estrofa. Candy Darling. Hay un emotivo documental, «Beautiful Darling» (James Rasin, 2010), disponible en youtube, que narra su transformación de James L. Slattery en la estrella warholiana en que se convirtió, pero esa es otra historia. Candy Darling hizo sus pinitos en el cine. Entre sus presencias no acreditadas está su fugaz aparición en «Klute», película que Alan J. Pakula rodó en 1971, un año antes de que Reed la inmortalizara. Una escena en (como no) una discoteca, en la que compartía plano con Jane Fonda. Jane Fonda fue una de las protagonistas de «La gata negra» («Walk on the wild side» en el original, como la novela de Nelson Algren en que se basaba), film de Edward Dmytryk de 1962, que retrataba el sórdido ambiente de un burdel, con guión de John Fante. En Fante tampoco hubo jamás impostura. También sabía de lo que escribía.

«Take a walk on the wild side» cantaba Reed en el estribillo de su canción. Una frase con la que Emilio Rivas ha bautizado su más reciente creación. Rivas no es Reed, ni tampoco Fante. Pero comparte con ellos su necesidad de contar historias pegadas a la calle, a la gente. Historias de carne y hueso. En Valencia lo hará recorriendo el distrito de Poblats Marítims. El trayecto comenzará en el edificio de Veles e Vents. Los que quieren acompañarle, intercambiarán su entrada comprada online (no hay taquilla, evidentemente) por unos cascos con los que seguir los relatos que el autor, micro en mano, irá realizando. Como un moderno flautista de Hamelín hipnotizará (busquen las fotos que circulan por facebook y verán que no hay exageración alguna) a los espectadores con sus narraciones. Estos vivirán la ciudad desde los ojos del alguien foráneo, convertida en escenario de una (no)obra en la que ficción y realidad se mezclan con la misma naturalidad que las conversaciones de los vecinos de un barrio.

La elección de Poblats Marítims no es casual. Rivas ya ha llevado a cabo «Take a walk on the wild side» en dos barrios de Madrid: Lavapies y San Cristóbal de los Ángeles (sí, en el que Fernando León de Aranoa rodó parte de su película «Barrio»), ambos epicentros de lo que se llama multiculturalidad, con fuerte presencia de la clase obrera y olvidados por el consistorio. ¿Les suena?

El autor visita sus espacios escénicos varios días antes de la representación, pasea con parsimonia, convive con ellos y sus gentes y arranca de soslayo anécdotas o apuntes que le sirven como cimientos creativos. Es un espía del costumbrismo al que no le importa utilizar herramientas como la mentira piadosa para espigar vivencias ajenas. En San Cristobal se hizo pasar por un padre de familia que estaba pensando en mudarse a vivir allí y gracias a esa entelequia intimó con sus habitantes. Llámenlo, si quieren, dramaturgia comunal.

«Take a walk on the wild side» se podrá vivir el sábado 4 de junio (18:00 y 20:30h)  y el domingo 5 (12:00 y 18:00h) y forma parte de la programación de Las Naves, dentro de su apuesta por acercar a Valencia las propuestas escénicas más experimentales e innovadoras («El conde de Torrefiel», «La banda del fin del mundo», «Cine», «Domini públic»,…) de la cartelera nacional.