Pep Bou es un mimo excelente que tiene los brazos lo bastante largos como para alcanzar el azul de la lejanía. Son palabras de Joan Brossa. Y una manera estupenda de definir el trabajo y la poética de este artista que lleva cerca de cuarenta años haciéndonos soñar con los ojos abiertos gracias a sus pompas de jabón.

Este sábado, 10 de marzo, a partir de las 20.30h, presenta su último espectáculo, Experiències, en el Teatre El Musical. Entradas a 10€.

Tú eres arquitecto.

Sí. Suelo bromear diciendo que pasé de la burbuja inmobiliaria a la de jabón (risas).

¿Cómo y cuándo entra el teatro de las pompas de jabón en tu vida?

Yo ya hacía teatro y tenía una compañía. Pero en un momento determinado quise hacer algo que me aportara cierta satisfacción personal al hecho de experimentar. Soy arquitecto de formación y siempre he intentado hacer cosas visuales y con una estética especial. Un día probé con el jabón y las pompas y, poco a poco, fui viendo que era una posibilidad que se podía llevar a los escenarios. En 1982, presenté mi primer espectáculo, Bufaplanetes, en el Festival de Tàrrega, y fue fantástico. Y desde entonces no he parado de hacer pompas.

Tu siguiente espectáculo fue Sabó Sabó, ocho años después. ¿Ese período de tiempo tan grande fue por el éxito de Bufaplanetes?

Normalmente entre espectáculo y espectáculo suele haber una frecuencia de 4 a 6 años, porque hay que buscar un lenguaje, una novedad, pero Bufaplanetes fue un montaje que giró mucho, fue por toda Europa. Eso sí, me permitió ir experimentado cosas mientras lo representaba. De hecho, el siguiente, Sabó Sabó, fue muy diferente, a base de películas planas de jabón, que rompía con la pompa esférica.

Más de 35 años después de Bufaplanetes sigues trabajando con el jabón y en 2016 estrenaste la que hasta ahora es tu última producción, Experiències. ¿A qué experiencias hace referencia el título?

Puse ese título porque he estado recuperando lo mejor de anteriores espectáculos e incorporando cosas nuevas. Son experiencias que comparto con el público. Y también hay cierta parte de experimento en ello.

¿Qué parte científica tiene la preparación de tus espectáculos?

Los elementos básicos que no cambian nunca y con los que trabajo en mi taller son el agua, el jabón y la glicerina. Pero cuando ese trabajo sale de allí hay factores que pueden afectar al resultado final. Una variante muy importante, por ejemplo, es el tiempo que haga. No es lo mismo si hay mucha humedad o hace un tiempo seco para la duración de las pompas. En cada lugar puede haber situaciones cambiantes que afectan mucho a las pompas, un viento, una corriente de aire, y hay que ir prevenidos porque aunque la pompa dure menos tiempo, el espectáculo se hace igual. Hay que tener la habilidad y la destreza suficiente para sacarlo adelante incluso en condiciones adversas.

A la hora de empezar a trabajar en un espectáculo diferencias esa parte científica de la creativa o es todo una?

Todo es una. Es como un juego entre ambos conceptos. A medida que voy trabajando descubro conocimientos que sé que tengo cuando me encuentro en la situación concreta en la que los puedo aplicar. Las dos partes, la científica y la creativa, acaban funcionando juntas. Por ejemplo, las formas que va adaptando una pompa, o el color. En función del color yo sé que la pompa está a punto de estallar, que le quedará unos diez segundos, esa información la tengo que tener en cuenta para la parte creativa del espectáculo que estoy desarrollando en ese momento. Y tampoco hay que olvidar que una vez se representa en el escenario hay una parte también teatral. Es muy importante ese aspecto dramático de la puesta en escena, la música en directo,…

No solo te quedas con la espectacularidad de la propuesta, sino que vas más allá. Incorporas, por ejemplo, la música en directo, pero no lo haces como mero acompañamiento, sino como parte de la propuesta escénica.

Exacto. La música es muy importante. El músico que toca en directo forma parte del espectáculo, es un personaje más. Hay un momento en Experiències en el que monto un pentagrama con unos hilos y él me debe seguir porque compongo una partitura con pompas a la que tiene que ir poniendo música según la nota que yo elija.

Aunque tus herramientas de trabajo sean, principalmente, agua y jabón, ¿has aplicado la tecnología de alguna amnera en Experiències?

Hay un vídeo con una animación a través de la sombra de la pompa. Siempre quiero que la protagonista sea la pompa y en este caso que le diera una textura diferente. La sombra de la pompa tiene color y la animación va pasando a través de ella. Es una aplicación de vídeo, que no es que sea de alta tecnología, pero sí nos ha dado un lenguaje un poco más tecnológico. Es aprovecharse de unas herramientas que hace unos años no existían.

¿Cómo es tu proceso creativo?

Lo primero que hago es experimentar con las pompas. Acabo de incorporar el helio que como pesa menos que el aire permite que las pompas suban más, se estiren y adopten mayor variedad de volúmenes. Eso es fruto de horas y horas de experimentos y de jugar con las pompas y buscar que las ideas las hagan interactuar para conseguir transmitir belleza, un lenguaje poético y estético. Después hay que poner en orden las ideas y buscar la teatralidad de lo que quiero contar, que se vayan sucediendo las cosas in crescendo.