InternMónica Lek tiene 24 años, nació en Tarragona, pero reside en Nueva York, aunque en estos momentos se encuentra en Estambul rodando su primer documental, la historia de Lou Lou, un drag queen turco. Mónica, con estudios de producción de cine y de dirección artística, ha trabajado de asistente de los fotógrafos Richard Kern y Francesco Carrozzini. Mónica es una de las protagonistas del número 1 de la revista intern.

La publicación es una estupenda idea de Alec Dudson para reivindicar que el talento y el trabajo se tienen que pagar, aunque este lo realicen los becarios. Dignificar esa figura laboral que en muchas ocasiones lejos de desarrollar un proceso formativo, acaban asumiendo responsabilidades similares a las de cualquier trabajador. Eso sí, sin nómina a final de mes. Dudson lo sufrió en sus propias carnes en varias cabeceras de arquitectura y tendencias. Por eso, cuando puso en marcha, desde Manchester, su propio proyecto tenía bien claro que se rodearía de gente que estuviera dando sus primeros pasos y que se remunerarían todos los trabajos. Y así ha sido, «Alec es un currante nato. Sabe como hacer las cosas bien, es un chico muy humilde y de una inteligencia brutal. Él sí es un artista, «con pocos limones, ha hecho una limonada riquísima para que todo el mundo beba, y quiera repetir», recursos 0, fuerza vital y creatividad-cósmica. Confío plenamente en él, es un orgullo formar parte de la revista. Lo más alucinante, es que, con el primer número, ha pagado a todos los colaboradores, y en la fecha que tocaba, nada de esperar un año o dos o simplemente no pagarte», apunta Mónica.

Pero unas buenas intenciones sin un buen contenido no iría más allá de la esquina. intern lo consigue y puede hablar de tú a tú a otras más veteranas como Offscreen o The Travel Almanac, con las que al fin y al cabo comparte su ideario de difundir voces artísticas interesantes. Y, además, como bien añade Mónica, «tiene una idea muy ambiciosa de desmontar la jerarquía establecida por la sociedad, una idea grande, que crea debate, revolución, esas son las cosas verdaderas, las que crean otras ideas, otros puntos de vista, las que cuestionan de dentro a fuera y no al revés. Es una revista visionaria. Mucha gente se confunde y cree es es una crítica, pero es justamente lo contrario, es desordenar los conceptos para que nosotros los volvamos a ordenar, es una plataforma para que la gente pueda expresar su voz interior».

Foto: Eva M. Rosúa.

Foto: Eva M. Rosúa.

Como en cualquier menú, los ingredientes son a gusto del consumidor. Casualidad o no, algunos de los reportajes más interesantes están protagonizados por parejas. Es el caso de los italianos Marco Ferrari y Elisa Pasqual (estudio Folder), de los que Rossella Ferorelli traza un atractivo perfil. Pasqual denuncia el alto porcentaje de becarios no remunerados que existen en su país y asegura (con razón, sin duda) que eso acaba afectando a la calidad del producto resultante. Pero que nadie piensa que todos los contenidos giran en torno a ese obsesivo concepto del «precario». Para nada. Se trata de una revista cultural en el sentido más amplio (y satisfactorio) de la palabra.

intern no sólo cuida sus textos (cautivadora la historia que firma Ella Riley-Adams sobre un profesor y su «interina» que bien podría pasar (adaptando las declaraciones) por un cuento breve del New Yorker, especialmente por ese momento en el que trabajando para Nickelodeon, la imaginamos rodeada de productos de Bob Esponja, mientras le pregunta a su jefe si sus tareas podrían ser remuneradas en un futuro y le contesta que un buen portolio es lo que va a conseguir a cambio de su trabajo), sino también las fotografías y las ilustraciones. En este segundo apartado destaca el carácter selvático de los dibujos de Laura Gee y las divertidas viñetas de aire naif que firma Vincy Cheung, la becaria a la que hacíamos alusión en el paréntesis anterior. Trabajos todos ellos que no desentonarían en cualquier otra revista.

La fotografía, potenciada con un papel satinado en algunas páginas, es otro de los ejes sobre los que bascula la publicación. Desde las instántaneas inquietantes, que juegan con las sombras, de Paul Phung (autor de la portada) a las de distintos autores (entre ellos, la española Lara Alegre) que conforman la plataforma Cargo, pasando por el artículo que más interés despierta, el protagonizado por Mónica Lek. Sus fotografías son como la cara b de Nueva York. Sus protagonistas, los actores secundarios de una de las ciudades más consumista del planeta. ¿El resultado? Una galería de personajes muy vivos y con historias latentes que alguien debería rescatar. «Empecé a pasear por la ciudad sola, descubriendo los lugares donde estaban todas las razas mezcladas con diferentes entornos y ambientes que mostraban las distintas conexiones entre ellos, nosotros y yo. Sentí que todas esas personas me pertenecían, de la misma forma que nada pertenece a nadie. Seres sin maquillaje, gente que normalmente no vemos en pantalla. Sentí un profundo sentimiento de humanidad y, sobre todo, de compasión. Busqué entre ellos su esencia para poder reflejar una visión realista del mundo en el que vivimos. Exigí naturaleza«, explica Mónica. Al fin y al cabo, es lo mismo (salvando las distancias, por supuesto) que pretende Alec Dudson (su aportación sobre los «gemelos» Paginton es otra de las delicatessen de la revista) con intern, dar voz y visibilidad a los que no la tienen.

Foto: Eva M. Rosúa.

Foto: Eva M. Rosúa.

Puede que no fuera su objetivo, pero intern se acaba convirtiendo en hija de su tiempo, en una patada en la espinilla a la crisis, en un aviso de lo que está por venir y en un mirar a los ojos (con decisión y seguridad) al que está enfrente aunque sea tu jefe. Y es que va a resultar que 50 años después, Bob Dylan tenía razón. intern la pueden comprar, como no, en la Librería Dadá.

Logo_dadaMuVIM Guillem de Castro 8. 46001 Valencia Telf: (+34) 963 515 138 www.libreriadada.com