Negro. Foto: Edgar Peters Belmonte.

Dice Chris Brokaw (Come, Codeine) en la hoja promocional del disco Clase media de Negro, que «el trabajo a la guitarra eléctrica de Junquera nunca ha tenido un aspecto tan narrativo, incluso cuando, en ocasiones, hay canciones en las que la narrativa se desvía en incursiones electrónicas. Las composiciones cuentan, con una conclusión y un final abierto, el sonido es simultáneamente comprimido y compacto y panorámico». Y cuesta añadir algo más.

Clase media (La Castanya, 2018) es el tercer disco largo de Negro (a los que hay que sumar un disco compartido con Esperit! y una cinta de rarezas), ocho canciones en las que la guitarra de Fernando Junquera huye de cualquier encasillamiento y parece flotar etérea mientras extiende sus melodías capturando al oyente.

¿Folk? ¿Post-rock? ¿Post-folk? Nadie mejor que el propio Fernando para descubrir lo que hay detrás de este estupendo álbum, que ha sido grabado y mezclado por Santi García y que cuenta con el diseño gráfico de Derek V. Bulcke.

1- Piquitos

Es el primer tema que compuse para el disco. La idea que quería transmitir era la contemplación de una gran montaña nevada. Para ello busqué en la grabación un sonido expansivo, envolvente y orgánico. El título se lo puse por un comentario que hizo Carmona del grupo valenciano La Plata después de verme tocarlo, diciendo que utilizaba la técnica de los “piquitos”. Hace poco lo pincharon en la BBC y me flipa como lo pronuncian los ingleses “ ppiiiiquuiiiroooouuusssss”.

2- Toño

Es el tema que más rápido he compuesto en mi vida. La melodía la construí mientras hablaba con mi pareja en casa y al día siguiente hice la estructura completa de la canción. Una semana después me fui a Galicia para hacer un minitour. Toño es el bajista de Diola (también estuvo en los míticos Unicornibot) y el tema está dedicado a él y a toda la comunidad subterránea gallega que paran por el Liceo Mutante. Toqué en el Liceo Mutante, pero Toño no estaba en mi concierto. Me rompió el alma.

3- Buen orden

Para mí, el tema más introspectivo y folk del disco. Se trataba de fluir con el arpegio e ir caminando tranquilamente. Es el tema más relajado para tocar en directo. Tema típicamente negrata, armónico en el sitio, oscuridad luminosa, cruzar la pierna mientras tocas.

4- Porcelana Folk

Toqué hace un año en Palautordera y Joan Colomo, que estaba de público, me dijo que oyendo la parte final pensaba que estaba viendo ballenas en el mar. Es un tema que tiene un inicio muy pop y alegre, pero con un giro final que hace que parezca que hay dos temas distintos en uno. Es de los últimos temas que salieron para el disco.

5- Balada del niño muerto

El título viene de un comentario que hizo un amigo de València. Tenía la paranoia de que su pareja embarazada pariera el niño muerto y que lo pasearan por la ciudad en carrito diciendo que estaba dormido y tranquilito, que fingieran que estaba vivo durante un tiempo paseando su cadáver por la ciudad. En algún concierto suelo explicar algún título de los temas. Recuerdo en un concierto explicarlo y generar mucha incomodidad y es que en la infantilización de la sociedad actual, bromear con la muerte de un niño parece no ser buena idea. Es un tema compuesto también muy rápido, sin casi arreglos, de esas veces que sale la cosa del tirón, como algunos partos…. de bebés muertos.

6- Valencia Cíborg

Tenía una melodía con un sonido bastante electrónico de delay analógico y pensé que quedaría bien meter alguna grabación casera de voz que se ha convertido, últimamente, también en marca de la casa. Lo que hice fue pedir a varios colegas que me explicasen el significado de la palabra cíborg. Básicamente lo que oís en el disco son mensajes de audio de móvil que me llegaron de vuelta. No están a mucho volumen porque lo único que buscaba es que se mezclaran con la guitarra sin que le quitara protagonismo, pero si prestáis atención veréis que tengo amigos que han pensando mucho sobre el tema. Es el tema de los colegas, sobre todo los que se ponen cíborgs por la noche.

7- Benicarló Tuareg

He vivido dos años en Benicarló, un pueblo del norte de la provincia de Castellón (lindando con la provincia de Tarragona), que recibe una buena cantidad de residentes de procedencia marroquí. Es una aureola extraña la que tiene el pueblo, porque hay un racismo sutil y problemas de convivencia que en parte se agudizaron después de los atentados de Barcelona. Este tema es el típico en el que creo que me ha influido, a la hora de componerlo, el sitio donde he vivido y el ambiente que he absorbido. Tiene que ver con mi condición de nómada perpetuo, tiene ver con la inmigración del continente africano, con no encontrar un sitio donde vivir y quizás con el futuro de gran parte de los habitantes del planeta. Es un tema dedicado a todos mis amigos de Benicarló y a todos los alumnos marroquís, que han sido muchos, debido a que el centro educativo en el que he trabajado se ha convertido en un gueto (probablemente el futuro de la educación pública siga así). A parte de esto, en lo músical supongo que me sigue influyendo Tinariwen, Bombino, Omar Souleyman y todas las movidas que he oído del sello Sublime Frequencies y de la web radio.garden.

8- Velocidad de pérdida

Es el tema más ambient del disco, para tumbarte a escucharlo con calma. Estoy ahora haciendo cosas de ambient con gente y es un género que cada día me mola más. Está improvisada la estructura y todos los arreglos. Es con el que más jugamos en el estudio y creo que ha quedado guay. El sonido es envolvente y Santi García le dio la cremosidad que necesitaba. Tiene un toque electrónico a base de trastear el moogerfooger y diferentes detalles para ir pasado de una parte a otra. Los últimos temas que he compuesto creo que están naciendo en parte de este tema. Tiene que ver con volar muy alto y a velocidad muy lenta, pillar el flote, llevar pantalón blanco, perilla verde y gorra Adidas hacia atrás. En nada me podréis ver en Ibiza con teclado midi y pulsera en el tobillo. Eso o me meto en una secta de líder hindú. Chris Brokaw (Come, Codeine) dice que es junto a Benicarló Tuareg y Valencia Cíborg, el que más le gusta.