Paco Mira. Foto: César Calabuig.

El primer disco en solitario de Paco Mira, D/Vuelo (Autoeditado, 2017), es un disco de canciones en el sentido más clásico y afortunado de la expresión. Ora pop ora más rock, se filtran aires melódicos lennonianos, pero también detalles más amargos de la escuela Nacho Vegas o la melancolía arrastrada de Calamaro. Un álbum que habla del amor/desamor; que cuenta con colaboraciones que lejos de simplemente figurar, enriquecen el resultado final y que desprende la misma confortable y satisfactoria calma con que seguramente fue concebido.

Una canción:

Sleep Walk, de Santo and Johnny.

Quedarse con una es muy complicado. Ahora mismo estoy sufriendo de verdad. Mis hermanos eran todos rockers y en casa se escuchaba mucha música de los 50. Yo era el peque de 4 hermanos y con 5/6 años me ponían las pelis de rock and roll de la época como Greats balls of fire o La Bamba. En la escena final, cuando mueren Ritchie, Buddy Holly y Big Bopper suena una canción desgarradora que ya en aquel me rompía como ahora. Se trata de Sleep Walk de Santo and Johnny. Aun me la pongo en momentos de D/Vuelo.


Un disco:

La vida mata (Los Enemigos, 1990).

Podría quedarme con mil, muchos de ellos actuales. Pero, me quedo con La vida mata de Los Enemigos. Josele está inspiradísimo tanto en letras como con la guitarra (escuchen ustedes El gran calambre final). Qué decir de un disco que tiene clásicos como Septiembre, Desde el jergón o Miedo. Son todo reflexiones sobre la vida y la muerte. Creo que por aquel entonces Josele estaba algo obsesionado con la Biblia. Fue un disco que me acompañó en mi adolescencia en los buenos y en los malos momentos. Realmente sublime.


Un concierto:

Julio Galcerá. 1995/96 (creo recordar) Café Foro (Alzira).

Por aquel entonces yo tendría unos 13 o 14 añitos, fue el primer concierto que ví en mi vida. Estuve con la boca abierta todo el rato. Recuerdo el carisma de Julio, su voz, su actitud. ¡Estaba a pocos metros de una estrella del rock! También recuerdo al bajista, tocaba un bajo sin trastes y no salía de mi asombro. ¡¡¡¿Cómo puede hacer eso sin tener trastes?!!! Yo por aquel entonces estaba iniciándome con la guitarra y pensé: «¡Con lo que me cuesta a mi cambiar de acordes sin contar los trastes!» Luego cuando se arrancaron con Mala Seguida y con aquel arranque de estribillo: «Tenemos prisa, prisa, prisaaaa» me dije ufff, yo quiero dedicarme a esto.