Foto: Fran Calabuig

Foto: Fran Calabuig

Después de dejar descansar al Aperitiver entre los muertos, vuelve el ciclo de conciertos acústicos más súpervitaminado y mineralizado del planeta. Y lo hacemos con otra sorpresa. El 19 de mayo, Manolo Tarancón subía al escenario del Loco Club rodeado de amigos para dar su último concierto en solitario al menos en 2013. Su intención era centrarse en su nuevo proyecto, Reno, que acaba de sacar su primer disco, que por cierto no deberíais dejar pasar. Pero los astros se aliaron a nuestro favor y ¡tachan!, Manolo pisará, este sábado día 9, el coqueto escenario del Tulsa Café. Recordad que la entrada sólo cuesta 3 euros e incluye cerveza o refresco.

¿Por qué decidiste aparcar tu carrera en solitario y embarcarte en Reno?
Han pasado casi diez años desde que empecé esta aventura, rodeándome de buenos músicos y personas, pero siempre absorbiendo toda la responsabilidad, todo el peso. Puse mucha pasión y esfuerzo con la salida de mi último disco, «Reflexiones», y los resultados no fueron los esperados. Llega un momento en el que uno mismo poco más puede hacer, y me apetecía otro planteamiento. Volviendo del Monkey Week el pasado año, donde también tocaban Torre de Control, escuché algunas maquetas de Sergio y lo vi claro: me apetecía mucho meterme con esas canciones, algunas mías y darle un enfoque común, desde la perspectiva de grupo, donde todos tuviéramos peso y responsabilidad. No voy a dejar mi proyecto en solitario, para nada, pero necesitaba algo como Reno para volver a ilusionarme. Sinceramente, había perdido las ganas y la ilusión.

Acabáis de sacar vuestro primer disco. ¿Contento con el resultado?
Sí, muy contento. Hemos tenido mucho tiempo para revisar las mezclas, cambiar algunas cosas que no veíamos claras, y finalmente tenemos en las manos el disco que los cuatro queríamos. Está gustando mucho y eso nos gusta, claro que sí.

¿Te ha costado mucho adaptarte a una dinámica de trabajo distinta al formar parte ahora de un grupo?
Para nada. Es verdad que antes tomaba las decisiones solo y ahora somos cuatro, pero me sirve para evolucionar. A veces soy demasiado impulsivo y me vienen bien tres cabezas más diciéndome: frena. Lo hemos consensuado absolutamente todo.

Músico, promotor, sello discográfico propio y por si fuera poco, copropietario de un bar de claras reminiscencias musicales. Pocas voces más autorizadas que la tuya hay para testar cual es el estado de la música en Valencia a todos los niveles.
Bueno, Valencia es un poco puta, como dice Landete en una de sus canciones. En mi caso siempre me he sentido fuera de esta escena local. Desde que empecé puse mis miras también en otras ciudades, pensando en Valencia como una más pero no como el centro de todo. De hecho mediáticamente me he sentido más respaldado por algunos medios estatales, cuando aquí algunos locales no me han hecho ni puto caso. Pero claro, para gustos, colores. Hay buenos músicos y críticos (a veces para entender una escena esto es indivisible) pero también muy mala leche. Hay una buena escena underground, pero ahí no acaban los estilos ni las propuestas. No veo que se hable, por ejemplo, de las Sesiones de Micros Abiertos del Kaf Café, donde se reúnen cantautores casi semanalmente a intercambiar canciones y experiencias. Ni que algunos grupos, quizás algo más cercanos al mainstream (no son por esto terroristas o apestados) tengan cabida en ciertos medios que, al fin y al cabo, sirven de trampolín para llegar a gente ajena a la que ya habitualmente tiene ese grupo a través de sus redes. Los que no encajan dentro de una escena underground muy concreta están fuera, no existen, porque tampoco hay muchos medios locales que abarquen propuestas desde un prisma más amplio. Algunos sí, pero muy pocos. Pero termino como empezaba, hay muy buenos músicos y propuestas en Valencia. Y muy mala leche.

Tu último concierto hasta la fecha como Manolo Tarancón fue rodeado de amigos. Hace poco Los Radiadores vivieron algo parecido. E, incluso unos meses más atrás hubo un homenaje a Bustamante con la participación de varios músicos. Sin embargo, cada vez que hablo con algún músico y le pregunto por la situación de la música en Valencia siempre sale a relucir que está como dividida en grupitos. ¿Qué opinas?
Pues que sí. He podido vivir otras escenas en otras zonas fuera de Valencia y, aunque nada es perfecto ni absoluto, creo que conviven con mucha más sinceridad. Aquí te dan un abrazo, te giras y al segundo te apuñalan por la espalda. También leo críticas en las redes sociales hacia los saltos de un músico a otras propuestas o creación de bandas paralelas, y no creo que eso sea malo, todo lo contrario. Que eso puede provocar menos público en los conciertos, por supuesto. Yo soy más partidario de tocar un par de veces o tres máximo en tu ciudad si quieres que todos terminen contentos (promotor, músico, sala, público), pero también entiendo a quien quiere hacerlo con más frecuencia. Y creo que la variedad produce riqueza, y somos libres de seleccionar qué nos apetece escuchar.  Antes la prensa especializada era una herramienta de filtro, ahora ese filtro tenemos que ser nosotros mismos por la cantidad de propuestas que aparecen cada día.

¿Qué discos marcaron musicalmente a Manolo Tarancón?
Buff, muchos. Te diría que los seis primeros discos de Dylan. Y la actitud de Neil Young, con discos enérgicos y eléctricos y otros íntimos y pausados, haciendo del rock una actitud, versátil según el momento de ánimo.

¿Sigues teniendo curiosidad musical o prefieres investigar en el pasado?
De todo un poco. Creo que a cuentagotas salen cosas interesantes hoy en día, pero la música o el rock como concepto han cambiado, y en el pasado hay muchísimas cosas.

¿Tus últimos descubrimientos musicales?
The Bomboras, banda de surf, Mox Nox y el redescubrimiento de Automatics, que acaban de sacar un doble LP tremendo con canciones de toda su carrera y algunos temas nuevos. Me gustan mucho las canciones que hasta ahora han editado The Standby Connection. Y el último disco de Doctor Divago.

¿Que se va a encontrar la gente que acuda este sábado a tu concierto?
Un repaso por todos mis discos en un formato íntimo y cercano.