Foto: Dídac Saez.

Foto: Dídac Saez.

Olvidada, apartada, señalada incluso a veces por cuestiones políticas que nada tenían que ver con ella, la música tradicional valenciana ha sido durante años el verdadero underground musical de la ciudad. Solo el cometido honesto de unos cuantos profesionales que necesitaban entender el pasado sonoro de su tierra y sus propias raíces, la rescató del ostracismo que vivía. Pep Gimeno «Botifarra», Miquel Gil o Manolo Miralles fueron (y son) algunos de ellos. Una labor espeleológica que alcanza la normalidad gracias a proyectos como Xaluq que, de alguna manera, toman el relevo para seguir avanzando.

El origen del grupo hay que buscarlo en el trabajo de fin de carrera de Sandra Monfort y Antoni Fort en la Escuela Superior de Música de Cataluña. Todo comenzó con la «Malaguenya de Barxeta», uno de los diez temas, por cierto, incluidos en su disco de debut, «Empelt» (Mésdemil). Un viaje a los orígenes como punto de partida para expandir una música que ya no está en peligro de extinción.

¿Cómo nace Xaluq? 


Antoni Fort- Xaluq es un proyecto que se empieza a engendrar por el interés de Sandra Monfort y mío, por la recuperación de la música que sentimos que más nos representa: La música tradicional valenciana. De esta manera empezamos a descubrir los cantos más antiguos que guarda la tradición de nuestra tierra, cantos que fueron el método de expresión, del día a día, de las generaciones anteriores, y que ahora, con la globalización, se han perdido junto con muchos de los trabajos y contextos sociales a los que acompañaban. Són los cants de batre y cançons de bressol. 
Estos serían el punto de partida para arrancar un proyecto que, poco a poco, irá evolucionando y bebiendo de más fuentes y expresiones musicales de la tradición.

¿Cómo fue creciendo el proyecto?

Pronto se incorporaron nuevos miembros al grupo aportando el carácter y pinceladas de otros estilos musicales como el flamenco, jazz, música afroamericana… Este es el caso de Ismael Alcina (bajo), Cristina López (cante), Carlos Cuenca y Cento Carbó ambos percusión.

¿Algunos de los componentes de Xaluq tenía experiencia en otros grupos?


En Xaluq tenemos la suerte de contar con músicos muy activos en el panorama, presentando proyectos propios. Es el caso de Ismael Alcina, con su proyecto Bass Life, además de formar parte del grupo de Pau Figueres y ser ex miembro del mítico grupo Ea. 
Cristina y Carlos, también arrancan su proyecto más personal con Entre Orillas, además de pertenecer a varios proyectos de flamenco y música cubana respectivamente. 
También Cento, forma parte del grupo Joan Rovira y la cooperativa de educación musical Musicop.

«Empelt», vuestro primer disco, combina cantos tradicionales con canciones propias. ¿Qué criterio habéis seguido para seleccionar los primeros que aparecen en el álbum?


«Empelt» es una compilación de estos cantos tradicionales de Valencia, que hemos querido arreglar, con la intención de reflejar en nuestra música nuestro pasado histórico, el paso de los árabes por nuestra tierra, y la fluctuación de tantas culturas heterogéneas provenientes de otras tierras, así como la influencia del Mediterráneo, un mar que contiene la esencia de cada uno de los países que baña y retruena en él sonidos de tambores, de poblaciones en busca de nuevas tierras, comerciantes, guerras y mitos.

En el disco no se especifica cuáles son esos cantos tradicionales y cuáles son propios, ¿ha sido intencionado? ¿Buscabais con ello transmitir una sensación unificada o conceptual del mismo?


Con Xaluq intentamos buscar la mejor forma de fusionar los cantos y la tradición con composiciones propias. En algunos casos a partir de la melodía de un canto tradicional hemos desarrollado la composición de la música que lo acompañaría, y también al contrario, de una canción que habíamos compuesto, hemos buscado la mejor manera de incorporar el canto. 
Creemos que es interesante dar a conocer la influencia que ejerce la música tradicional sobre nuestra música, al fin y al cabo, original. Es una forma de buscar las posibilidades que ofrece nuestra tradición. De este modo es una suerte contar con músicos tan activos y provenientes de otros estilos musicales, porque nos permite abrir las fronteras sonoras y poner en sincronía elementos de diferentes culturas tradicionales, dándonos cuenta de que al fin y al cabo no están tan alejadas.

Esos cantes tradicionales son un punto de partida para vuestras adaptaciones, en vuestra manos evolucionan hacia un resultado más fresco y actual. ¿Os provocaba cierto vértigo coger esas composiciones tan antiguas y dejarles vuestro sello?


Al contrario. Esos cantes tan desnudos, libres y puros, realmente llevan implícita una gran riqueza rítmica y melódica. Además dan grandes posibilidades para poder imaginar nuevos horizontes harmónicos de estos. 
Más que difícil ha sido divertido y enriquecedor rebuscar en lo implícito de estos cantes y en sus posibilidades. 
De hecho, creemos en la adaptación de esta música, perteneciente al día a día de otra época, a la época que nos ha tocado vivir. A nosotros nos ha tocado vivir otra época y nutrirnos de la música que nos ha llegado gracias a las grabaciones. Así que el intento de adaptar esta música tan intemporal a nuestra época, es una tarea emocionante y que no deja de sorprender, sobre todo por lo actual que puede llegar a parecer.

¿En esa evolución de la tradición establecéis algún límite sonoro?

No creemos que sea productivo establecer muchos límites. De hecho, creemos en investigar, rítmica, harmónica y tímbricamente más allá de los límites, siempre tratando con respeto la tradición, y aprendiendo de ella.

¿Qué ha sido lo que más os ha sorprendido en esa labor de investigación de la música tradicional valenciana?


Lo primero, darnos cuenta de lo desconocida que era para nosotros nuestra propia tradición. Ver el tesoro que tenemos al alcance de nuestras manos, al que no le habíamos prestado la atención suficiente. 
Después al empezar a jugar con ella, ver las posibilidades estilísticas que ofrece, y como he dicho antes, lo actual que es en algunos aspectos. 
Darnos cuenta de que lo que se denunciaba o celebraba hace tantos años, continúa vigente hoy en día, cosa que hace, al menos, pararse a reflexionar. 
Por otra parte descubrir tantas coincidencias con las expresiones musicales tradicionales de otras culturas con la nuestra y ver lo próximos que estamos de aquellos que viven a tantos kilómetros y tantas fronteras y que gracias a la música los sentimos tan cerca.

¿Qué han aportado Eliseo Parra y Xavi Lozano al resultado final del disco?


Experiencia, sabiduría y amistad. Realmente ha sido una suerte poder contar con dos personas referentes tanto de la tradición ibérica y la recuperación de esta, como Eliseo Parra; y del conocimiento musical en cuanto a lo étnico y tradicional, junto a su labor sobre explorar musicalmente más allá de lo establecido, de Xavi Lozano.

¿Hemos vivido de espaldas a nuestra tradición musical? ¿Qué papel han jugado figuras como Botifarra, Miquel Gil o Manolo Miralles para que no se perdieran esas canciones?


Sí que hemos vivido un poco de espaldas a nuestra tradición en general. Hasta no hace mucho tiempo, la música tradicional era cosa de viejos, estaba anticuado. Por suerte creo que hoy en día esta forma de ver la tradición musical ha cambiado, en gran parte, gracias a figuras como Botifarra, Miquel Gil o Manolo Miralles, que han sido capaces de recuperar  y actualizar gran parte de nuestro patrimonio musical y cultural, y son los responsables de que nuestra música tradicional, no se perdiera con el transcurso del tiempo. Además del trabajo de recuperación, también hay que destacar el trabajo de adaptación y fusión que han hecho con la música tradicional. Música tradicional con banda, con rondalla, con orquesta árabe, tratando de llegar a todo tipo de público. 
Es un trabajo muy duro, e importante para nuestra cultura, el que han hecho. Y son los responsables directos, como influencia que han sido nuestra, de que nos interesemos por nuestra cultura tradicional y nuestra propia identidad.