Javier Eguillor

Me llamo Javier Eguillor y soy músico. He estudiado en la Escuela de Música de Xixona, el Conservatorio Superior de Música Óscar Esplà de Alicante, Berlín y Montecarlo. Ser músico en una orquesta implica dedicarle muchas horas, pero cuando algo te gusta eso no importa. Lo bueno de tocar en una orquesta es que puedes viajar y trabajar con directores que están considerados grandes de la música clásica y eso te permite seguir aprendiendo siempre. Actualmente trabajo como timbal solista de la Orquesta de Valencia y estoy a punto de estrenar “Fantasía para doce timbales y orquesta” de Phillip Glass en Bilbao y Montecarlo. Creo que si volviera a nacer mañana daría los mismos pasos y elegiría el mismo camino que he elegido. Y, por supuesto, también repetiría instrumento.


Un disco:
Esa es fácil. «Filarmónica de Berlín con Sinfonías de Beethoven». Siendo músico de orquesta no me puedo olvidar de ellas cuando me preguntan por un disco, ¿no?

Una película: Puestos a escoger me quedo con «Cinema Paradiso», de Giuseppe Tornatore. Supongo que de alguna manera esa forma de amar el cine de la que se habla en la película es lo que a mí me provoca la música.

Un libro: «La reina del Sur», de Arturo Pérez Reverte.

Una serie de tv: Ahora mismo estoy siguiendo «El príncipe«. La verdad es que no suelo ver muchas series, no tengo demasiado tiempo porque aparte de la orquesta estoy dando clases magistrales en conservatorios, sin embargo, por lo que sea, esta serie me ha enganchado y trato de no perdérmela.

Una serie de dibujos de tv: Jajaja… Tom y Jerry, sin dudarlo ni un segundo. Es magistral lo divertidas que pueden ser las aventuras de un gato persiguiendo a un ratón.

Una revista: Para ser sincero, no sigo demasiado las revistas, tampoco los periódicos y, sin embargo, hay publicaciones que merecen mucho la pena. Es un terreno en el que debería ponerme serio y sacar tiempo para leer.

Un icono sexual: No creo en los iconos, ni sexuales ni de ningún tipo. Creo que hay algo de peligroso en eso de admirar a alguien a quien nunca vas a poder mirar directamente a los ojos. Prefiero admirar a la gente que conozco y con la que comparto momentos.

Una comida: Huevos rotos con jamón. Deliciosos.

Un bar de Valencia: Puede que sea un poco caro, pero El Alcazar es uno de esos sitios en los que se está bien, cómodo y tranquilo.

Una calle de Valencia: Me gusta mucho la calle de la Paz, es una mezcla de estilos, de pequeños detalles modernitas, casticistas, racionalistas…Sí, definitivamente sería la calle de la Paz.