Ferran Benavent y María Pérez.

Somos María Pérez y Ferran Benavent, emigrantes retornados a esta ciudad de festeta y cultureta (y a veces pandereta) después de algunos años en el sudeste asiático. Nunca hemos sido fans fatales de casi nada, casi nadie y menos de nosotros mismos y quizá por eso amamos y odiamos esta ciudad a partes iguales. Cuando le preguntamos a Lucas, el hijo de Ferran, a qué nos dedicamos, no sabe qué contestar. A veces a nosotros nos pasa lo mismo. Fluctuamos entre nuestra condición de gestores y productores culturales con una mirada especial hacia la educación a provocadores de propuestas de agitación cultural transformadora. En la actualidad desarrollamos en colaboración con la Fundación SM, proyectos de mediación educativa centrados en las artes y la creatividad a través de lartefacta, nuestra estructura de visibilidad y de supervivencia. Amenazamos con volver a la carga en el campo de las escénicas de la mano de Gabi Ochoa (ahí es nada) y andamos tramando algo que os presentaremos en muy poco tiempo. Y sino, tampoco pasa nada. Nos gusta conspirar, o lo que es lo mismo inspirarnos conjuntamente, así que estamos abiertos a cualquier fantasía.

Un disco:

(Ferran) Cualquiera en el que haya participado Santiago Auserón en sus múltiples facetas. Lo descubrí con Radio Futura en el enorme De un país en llamas y me fascina su trayectoria trazando mapas sonoros, políticos y filosóficos. Su último directo, como su alter ego Juan Perro, con la Orquesta Nacional de Cuba del pasado diciembre en La Habana es una maravilla.

(María) Me declaro una petarda musical… cualquier temazo de Astrud, OBK, Fangoria, Ellos, McNamara, Joe Crepusculo, Soleá Morente o mi querido Guille Milkyway de La Casa Azul.

Una película:

(Ferran) Agenda oculta de Ken Loach.

(María) De peque: Mi madre decía que El mago de Oz me quitaba la burrera. De adolescente: En la ciudad, de Cesc Gay creo que hizo que quisiera llegar a los 30. Ahora: El pasado domingo me apetecía una tarde de maratón cinefilo y disfrute de una trilogía que tenía pendiente, Paraíso: Amor, Paraíso: Fe y Paraíso: Esperanza, de Ulrich Seidl. Superinteresantes


Un libro:

(Ferran) El último que he leído, por recomendación de mi amigo Ramón, Casa de verano con piscina de Herman Koch.

(María) Un libro: Muchos, el último, uno que me prestó mi superamiga Sara, La cena de Herman Koch.

Un montaje escénico:

(Ferran) En teatro destacaría la divertidísima Brams o la kumèdia dels herrors, de Toni Albà, y que ví interpretada por Sergi López en el teatro de la plaza de Silla a mediados de los 90. Una estupenda y desternillante parodia de lo que cuesta sacar adelante una producción teatral con los anatemas shakesperianos de fondo. Ha llovido mucho y sigue siendo de rabiosa actualidad. Desde la danza no puedo olvidar el montaje Three que Ohad Naharin con su compañía Batsheva ofreció en el Principal de Valencia en 2009.

(María) Siempre me han seducido las propuestas de nuevo circo. Hace dos años en unas jornadas de artes e inclusión me sorprendió Mur, de Nacho Flores una locura circense con música en directo. Brutal.

Una serie de tv:

(Ferran) No soy muy de series. Me aburre estar tanto tiempo pegado a una historia, pero la última que seguí con pasión e interés fue la celebérrima Breaking Bad.

(María) Voy a ponérmelo difícil, que no esté en Netflix ni HBO, Cites de TV3.


Una serie de dibujos de tv:

(Ferran) Mazinger Z y su Afrodita A
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(María) El dramón de Heidi. Siempre he querido tener su cama y beber leche en cuenco de madera. También rodar por las montañas sin dislocarme. No puedo pasar por alto al Inspector Gadget y la niña que lo acompañaba con un superreloj que pedí durante muchas navidades. No existía, me adelanté a los tiempos.

Una revista:

(Ferran) En papel, durante mi adolescencia buscaba el Lib y las Cartas privadas de Pen. Luego coleccioné compulsivamente El Jueves. Más adelante me interesé por el Ajoblanco de la primera época y ahora me chifla The New Yorker. En el mundo telemático me encantaba una joya ya desaparecida y que hacían unos viejos amigos de carrera que se llamaba Barcomedor. Su “servimos la cultura en bandejas” era toda una declaración de principios.

(María) No leo revistas, cuando era joven y quería hacerme la interesante recuerdo que compraba la Muy Interesante.


Un icono sexual:

(Ferran) Farrah Fawcett y las Baccara a partes iguales.

(María) No soy muy de mitificar, me quedo con toda esa gente que anda por la calle y tienen ese no-sé-qué, que me hacen flipar. Pero para no evadir la pregunta, mi respuesta es Matahari, una gran y poderosa mujer y que en el idioma malasio es la palabra que da nombre al sol (Mata-ojo, Hari-dia)… regalos chulos que te llevas de haber vivido allí.

Una comida:

(Ferran) La paella de mi madre y la de mi tío Emilio. Ambas son la quintaesencia del arroz cocinado con la precisión necesaria.

(María) Sin duda, el gazpacho, pero el manchego. Soy de peso ligero pero de comidas con empaque. La siesta de este plato me sienta igual de bien que un baño en la playa.

Un bar de Valencia:

(Ferran) Para almorzar el bar del Mercado de Rojas Clemente, para comer la taberna de mi amigo Enric en la calle Corona y para tomarse una cazalla y algo más el bar Ripalda.

(María) Vivir en el Carmen conlleva una gran responsabilidad y a veces cierto despilfarro. Deambulo por tres bares a los que he domiciliado mi numero de cuenta, Monterey, Café Museu y El Botijo.

Una calle de Valencia:

(Ferran) El carrer del Alegret en Benimaclet y cualquiera que transite por la antigua cuadrícula islámica de Ciutat Vella.

(María) Dicen que soy una lagarta callejera, así que cualquiera en la que pueda despelotarme para disfrutar del sol.