Cuatro placeres sin complicación

Hay que reivindicar el placer de los bocados sencillos sin más aderezo que una buena materia prima y algo de gracia en forma de aceite, o un buen condimento. Al igual que uno visita una ciudad atraído por un único monumento, a estos lugares valdría la pena acudir con burreras para catar ciertos tesoros de su carta. Ojo, no son hallazgos a precio de oro.