Una cuestión de nariz

Cuarenta catadores, cuatro vinos y una copa negra objeto de desvelo. No son los ingredientes de una novela de Agatha Christie. Es una realidad: las mejores narices se presentan a un concurso veterano que recorre toda España organizado por la revista Vino+Gastronomía y que recaló en Valencia en una de las semifinales.