Un turista en su ciudad

Viaje en metro

El turista vuelve a recorrer su ciudad, pero esta vez opta por coger el metro para pasearse por la Valencia subterránea. Y como ocurre con muchas otras instalaciones descubre la dejadez administrativa ante unos espacios que ofecen unas posibilidades infinitas.

4 cafés con una pequeña (gran) historia

Muchas páginas de la historia de una ciudad se escriben en sus bares y cafeterías. Por eso, cuando estas cierran justo sería que alguien nos contará lo que allí pasó. Este es el homenaje del turista en su ciudad a 4 locales que o ya no son o están de manera diferente.

Donde fueres come lo que vieres

El turista decide comprar productos autóctonos para la comida y cocinarlos él mismo. Por la tarde, completa el día marítimo con tres misiones que cumplir: un canódromo, una empanadilla y unas películas serán la clave.

El saludable encanto de la nostalgia

Una de las cosas que se pueden hacer cuando haces turismo en tu ciudad, y que no puedes hacer si viajas fuera, es recorrer las calles y lugares de tu pasado. O lo que es lo mismo, hacer turismo en tu propia vida.

Hay otros mundos, pero están en este

No hay nada como callejear, girar una esquina, cruzar un paso de cebra, voltear un grupo de viviendas y encontrar un tesoro. En Valencia es posible. El Barrio de la Virgen de los Desamparados (o Barrio de la Aguja) es la mejor de las pruebas.

Un día cualquiera en la Biblioteca

Libros, revistas, cómics, discos, dvd’s o fanzines. La Biblioteca Pública de Valencia es un paraíso en el que perderse durante horas y llevarse el botín preciado a casa. Un «must» de la ciudad, sin duda alguna.

El álbum de fotos

¿Qué sería de un turista sin su álbum de fotos? Posiblemente una de las armas más temidas por amigos y familiares a su regreso. Como servidor aspira al cum laude en su turisteo también tiene el suyo.

El turista solitario

El turista decide emular, a su manera, al protagonista de uno de sus cómics favoritos, y va a cenar a tres sitios a los que no ha ido nunca, alejados entre sí y para tomar únicamente una tapa en cada uno de ellos. Pasen y lean el resultado.

Viajar al extranjero sin salir de casa

Elegante en el diseño y rebosante de contenidos. Esa podría ser una buena definición de la revista Cereal que ya lleva seis números. Los viajes son su tronco argumental, un punto de partida para llegar a muchos (y distintos) lugares del mundo.

Viaje al pasado con desenlace brasileño

El turista echa la vista atrás y revive sus salidas nocturnas por El Carmen, especialmente un encuentro casual con una persona con la que se volverá a cruzar pasados muchos años, esta vez de día y con unas rumbas de por medio.

La ciudad que desprecia la poesía

¿Qué tienen en común Miguel Hernández, Al Russafí, Federico García Lorca, Blas de Otero y Max Aub? Que todos ellos escribieron poesía y la calle que hay en Valencia a su nombre está en pésimas condiciones?

La banda sonora de un turista en su ciudad

Todo (o casi todo) es mejor con música. Así que este Diario no iba a ser menos y también tiene su banda sonora. Canciones para escuchar mientras se pasea por Valencia, a cualquier hora y en cualquier barrio.

Ciudadano en su propia ciudad

Desayunar, comprar discos, almorzar, comprar salazones, ir a la presentación de una revista, ir a un concierto. Vacaciones variadas, divertidas y de nivelazo. Así da gusto ser turista en la ciudad que sea.

Los gajes del oficio

Una urgencia alborota la agenda del turista en su ciudad y tiene que dejar de ejercer como tal. Pero eso, a estas alturas es imposible, y allá donde va sigue con la necesidad de contároslo.

El plan nuestro de cada día

Un buen plan. Eso es lo necesita un turista. Con muchas cosas que ver y sin importar que estén muy alejadas unas de otras. Al fin y al cabo, nunca se sabe cuando se podrá volver al sitio.

Bares, qué lugares

La hora de comer es una de los momentos más importantes para un turista. Acertar o no con la elección puede marcar el resto del día, a nivel de carácter o de supervivencia gástrica.

Los fotogramas (también) son para el verano

Cine, cine, cine, cine, más cine por favor. Que no falte el cine nunca en nuestras vidas. Y, por supuesto, en verano menos, porque además de su diversión intrínseca nos permite estar fresquitos.

Fauna a la hora de la siesta

El turista en su propia ciudad ejerce como tal con todas sus consecuencias y sale a la calle, a una hora intempestiva, sin ningún obetivo concreto. Más real, imposible.

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