Fotógrama de "5 días de guerra" (Renny Harlin, 2011).

Fotógrama de la película «5 días de guerra» (Renny Harlin, 2011).

1.- Ocurrió en la Mostra de Valencia de 2011. En su gala de clausura se rendía homenaje al mediocre director Renny Harlin (“Pesadilla en Elm Street 4”, “La jungla 2 (Alerta roja)”, “Cazadores de mentes”, …), con el estreno de su film “5 días de guerra”. El cineasta, después de saludar con un simpático “Bona nit” y alabar la paella y los vinos locales, se puso serio. Pidió un aplauso para Lech Kaczyński, fallecido un año antes en un accidente de avión y al que había dedicado la cinta. Todo el Palau de la Música aplaudió. Poco importaba que Kaczyński hubiera sido un líder ultraderechista polaco que, durante cinco años y con su hermano gemelo, gobernó con mano dura su país, persiguiendo a los homosexuales, castigando a parte de la población por cuestiones ideológicas y defendiendo la pena de muerte. Esa noche comprendí mejor a esta ciudad. Bastaba con que alguien le regalara los oídos para que se le extendiera un cheque en blanco, sin pedir responsabilidades por ello ni medir las consecuencias de tal acto. La estrategia le salió rentable al PP en su longevo mandato. Ayer, por fin, se empezaron a recoger los frutos. En esta ocasión el aplauso sí era merecido.

2.- Aquella ceremonia fue el epílogo final del festival. La exalcaldesa Rita Barberá lo suprimía después de haber ido destruyéndolo, edición tras edición, y tras un giro tan rocambolesco como absurdo en el que se apostó por el cine de acción y aventuras, con el apoyo de parte de la intelligentsia de la ciudad. Fue un paso más en el genocidio cultural que se llevo a cabo en estas tierras. Ella no estuvo en la gala. Delegó en Alfonso Grau la representación del consistorio. Poco más de un mes después, el PP conseguía la que fue su última mayoría absoluta en Valencia y Grau asumía una Vicealcaldía creada expresamente para él. No han pasado ni cinco años y el panorama es más propio de una película de Roland Emmerich por lo que tiene de desolador. Grau (que dimitió de su cargo después de negar que lo fuera a hacer en una patética rueda de prensa, al más puro estilo Jesús Gil) es uno de los acusados del caso Noos, su mujer María José Alcón fue una de las imputadas ayer en la Operación Taula, la organización de la Mostra está bajo sospecha (ojo con los supuestos amaños que se investigan y que podrían haber beneficiado a las empresa de un sobrino de Rita) y el dominio de la que fue la web del certamen aloja, ahora, una página de prostitución. Ya lo cantaba Senior: “I és que està trencant-me el cor / vore com t’humilien a poc a poc / València, eres una puta”. Por suerte, parece que tendrá que cambiar el tiempo verbal de la letra al pasado.

3.- Como en aquellos seriales interminables: Continuará…