Foto: Ryan McGuire (Gratisography.com).

Foto: Ryan McGuire (Gratisography.com).

Un futbolista de la Tercera División argentina se ha cambiado el apellido. Antes se llamaba Dell’Orto y ahora Ayala. Lo ha hecho para que la gente no se burle de su hija. Para que no le vacilen, dice el titular del Marca que parece escrito por Ramoncín. En Argentina dicen «orto» al «culo». La de chistes que se hacían en los ochenta jugando con los apellidos. Gomaespuma fueron casi sus precursores. Hasta Bart Simpson gasta bromas telefónicas parecidas. Siempre que se celebran unos Juegos Olímpicos hay quien pasa el tiempo cazando apellidos curiosos como Putalova o Mamona. Cuando el Getafe fichó al rumano Marica pasó a llamarse Ciprian. Algunos periodistas se han creído Louis CK haciendo juegos de palabras con el apellido del independentista Gabriel Rufián. También el Rato de Rodrigo ha tenido su recorrido. En Verne entrevistaron el mes pasado a una chica por llamarse Luz Cuesta Mogollón. La verdad es que hay nombres que provocan mucha risa. En España hay un partido que lleva las palabras Obrero y Socialista en su nombre. Y otro que incluye Popular. Pero en ambos casos son ellos los que se ríen de nosotros y no al revés.