El francés Mathieu Hocine se transformó en Kid Francescoli en el año 2000. Desde su Marsella natal y como un superhéroe sin capa decidió que su misión era poner a bailar a toda la humanidad. Pero de manera elegante, haciendo honor a las raíces musicales sugerentes de su país. Entre susurros y beats y sin poner límites estilísticos a su música, Francescoli también ha recogido en sus composiciones la herencia francesa de las voces femeninas bonitas. La de Julia Minkin le ha acompañado en sus últimos trabajos. Le pedimos a Hocine que se someta a nuestra triple pregunta de gustos musicales y este es el resultado:

Una canción:

Somebody to love, de Queen.

Queen es mi banda favorita de siempre. Siendo niño vi en bucle Queen at Wembley y fue cuando, definitivamente, supe que quería hacer eso en mi vida, ser músico. Grabando discos, girando por todo el mundo. Me encanta que intentaran hacer tantas cosas diferentes en su música, a lo largo de los años y de sus discos. Y tuvieron el mejor frontman. Esta es una de sus canciones más inspiradas, con muchas ideas, pero muy simple al mismo tiempo.


Un disco:

Pet Sounds (The Beach Boys, 1966).

Una obra maestra de producción y composición. Hay algo mágico en él, algo diferente de todos los otros discos. El sonido y las voces te hacen sentir que no estás escuchando música, es decir, música tocada por instrumentos y cantada. Es una mezcla de Naturaleza y mística, árboles, bosques, ángeles, jugando todos juntos. Sigue siendo, realmente, una experiencia fascinante para mí.


Un concierto:

Air. FIB, Benicàssim. 2002.

Tenía muchas ganas de descubrir la vida y la música en Benicàssim aquel 2002. En ese momento no había muchas bandas tocando en Marsella, por lo que tenías que ir en coche o coger el tren para ver los conciertos que se organizaban en Lyon o París. ¡Y de repente, en el FIB, me rodearon docenas de bandas fantásticas tocando, una locura diaria, y durante tres días! DJ Shadow, The Chemical Brothers, Radiohead, Beck, … Air cerraban el festival y terminaron alrededor de las 6 de la madrugada, con la salida del sol, fue uno de los momentos musicales más mágicos y felices de mi vida.