El método Farrer, largometraje dirigido por la valenciana Esther Morente, inaugurará el próximo 3 de mayo la octava edición de DocsValencia Espai de No Ficció.
El festival de cine documental invadirá la ciudad hasta el 11 de mayo, día en que se celebrará la gala de clausura con el cortometraje You play my father’y la entrega de premios del certamen. Ambos eventos se celebrarán, como cada año, en los Cines Lys.
Desde 1997, el maestro canadiense Bruce Farrer lleva encargando a su alumnos una tarea muy peculiar: escribirse una carta a ellos mismos sobre cómo imaginan su vida en veinte años. Él mismo guarda todas esas cartas, y veinte años después, las envía de vuelta por correo postal.
Con este atractivo punto de partida, la película y el maestro de instituto canadiense, que estará presente durante la gala inaugural, elaboran “una sorprendente reflexión sobre la memoria y el niño que todos llevamos dentro y que, quizás, hemos olvidado”.
‘El método Farrer’, filme producido por Sunrise Pictures, obtuvo el Premio Turner en la edición de 2021 del DocsLab-À Punt. Este hecho responde a la voluntad de DocsValencia por apoyar a los documentalistas valencianos, fomentar la internacionalización de su producción y contribuir a una industria más dinámica y con nuevos horizontes.
Por su parte, el cortometraje documental You play my father, una coproducción de 15L Films y Two24Media, dirigida por los valencianos Rafa Honrubia y Guillermo Roqués, y por el murciano Javier Marín aborda las consecuencias en víctimas y soldados del genocidio de los bosnio-musulmanes en Srebrenica.
La cinta, que se estrenó el pasado 11 de noviembre en la 65 edición del Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao (Zinebi), se acerca a Alma, una mujer que perdió a 22 familiares en el genocidio perpetrado por el ejército serbobosnio en la población bosnia de Srebrenica, y a Ray, un exsoldado de Naciones Unidas que debía proteger este enclave de paz.
Casi 30 años después, Alma y Ray se reúnen en un escenario para compartir la experiencia que ha marcado sus vidas. Y lo hacen donde todo sucedió. No son actores profesionales, se representan a sí mismos, con sus sufrimientos, dudas y remordimientos. El escenario se prolonga más allá del teatro.