Jean-Pierre Jeunet. Foto: Nicolas Auproux.

Jean-Pierre Jeunet recibirá la Palmera de Honor de Mostra de València-Cinema del Mediterrani. La entrega del galardón se producirá en el marco de la gala de clausura del festival, el próximo 22 de octubre. De este modo, el certamen reconoce su singular y personalísima trayectoria.

La presencia de Jeunet en el festival irá acompañada de un ciclo de proyecciones de sus películas y de una masterclass que tendrá lugar el jueves 21 de octubre, a las 18h, en la Filmoteca de València. Se trata de un cineasta que ha logrado crear un universo estético propio y ha logrado atraer la atención del público utilizando el cómic como emblema poético y con un gran sentido del espectáculo, Jeunet es un director nominado al Óscar, ganador del BAFTA, del Goya, de 4 premios César y seguido por millones de personas, que quedaron cautivadas por su película “Amélie”, convertida ya en todo un film de culto.

La “marca” Jeunet se instaló con voz propia en el imaginario cinematográfico a raíz del gran impacto provocado por su debut en el terreno del largometraje. “Delicatessen” (1991), una heterodoxa parábola sobre una sociedad en estado de descomposición, le valió al director galo y a su por entonces estrecho colaborador, Marc Caro, el amplio reconocimiento de la industria y de la crítica internacional.

Educado en el Lycée Henri-Poincaré, Jeunet combinó sus trabajos en el mundo de la publicidad y el videoclip (“Zoolook”, de Jean Michel Jarre) con el desarrollo de una prestigiosa carrera como cortometrajista junto a Caro, cuyo punto álgido llegó con “Foutaises” (1989), que también se podrá ver en el ciclo que se proyectará en la Filmoteca.

Su particular estilo, influido por cineastas con una personalidad estética intransferible como Terry Gilliam, Sergio Leone o David Lynch, se consolidó de manera definitiva en su siguiente película, “La ciudad de los niños perdidos” (1995), en la que un científico se dedica a secuestrar niños con la intención de robarles sus sueños. El éxito del film le dio la oportunidad de saltar a Hollywood para rodar “Alien: Resurrección” (1997), con Winona Ryder y Sigourney Weaver.

Su peculiar estilo seguiría presente en trabajos posteriores como “Micmacs” (2009), donde un hombre se alía con artistas callejeros para organizar una venganza contra las empresas de armamento. Y también en “El extraordinario viaje de T.S. Spivet” (2013), road-movie sobre un niño de diez años que abandona en secreto el rancho de su familia en Montana y viaja por todo el país en un tren de carga para recibir un premio en el Instituto Smithsonian.

Fue a su regreso de Estados Unidos cuando retomó el guion del que hasta hoy ha sido su mayor éxito: “Amélie” (2001). Una comedia romántica donde la protagonista (Audrey Tautou) está empeñada en lograr que las personas de su alrededor se sientan felices. Su tono de cuento amable no exento de negrura, la colorista fotografía de Bruno Delbonnel, la contagiosa música de Yann Tiersen y la dulzura interpretativa de Tautou cautivaron a público e industria, lo que se tradujo en ocho millones de entradas vendidas solo en Francia y numerosos reconocimientos nacionales e internacionales, incluyendo cinco nominaciones a los Oscar. El film, que cumple veinte años en 2021, protagonizó una de las sesiones especiales del pasado Festival de Cannes.