El festival Cinema Jove, que se celebra en Valencia del 20 al 29 de junio, proyecta este año diez largometrajes, 59 cortos, 8 series y 4 películas dedicadas a narrativas experimentales. El cineasta mexicano Alonso Ruizpalacios recibirá el Premio Lluna de València. Charlamos con Carlos Madrid, director del festival.
Diego Galán, quien fuera director del Festival Internacional de Cine de San Sebastián durante más de ocho años, escribió “Jack Lemmon nunca cenó aquí”, un maravilloso ramillete de recuerdos y de interioridades de la trastienda del Donostia Zinemaldia. Dirigir un festival debe dar para mucho, en todos los sentidos, ¿tu paso por Cinema Jove dará para un libro?
No sé si lo escribiría yo, pero por supuesto que da para un libro, incluso para los apuntes enteros de un máster de gestión cultural. Han pasado muchas cosas (la mayoría de ellas, bonitas) y los distintos equipos las hemos afrontado con una experiencia que ha ido creciendo, y que nos ha ido dando mayor seguridad conforme pasaban los años.
Santiago Segura contó que su historia es paralela a la de Cinema Jove, festival al que acudió con su madre en 1990, donde conoció a Álex de la Iglesia y donde decidió que quería dedicarse profesionalmente al cine. Los festivales siempre son lugares de encuentro ‘reales’ (no virtuales) y sitios donde empiezan muchas cosas…
Cierto, y últimamente citamos a Xavier Dolan, Andrew Dominik o Lynne Ramsay, cuyas películas se vieron por primera vez en España en Cinema Jove. Y por venir algo más hacia el presente, ya estamos viendo cómo universitarios que se han conocido en el Jurat Jove han acabado creando equipos de trabajo y realizando cortometrajes (que espero veamos pronto en el festival); por otro lado, Raquel Agea, cineasta alicantina que ganó en el Encuentro Audiovisual de Jóvenes, tiene su siguiente corto en la Selección Oficial de Cortometrajes.
«Que las nuevas generaciones, acostumbradas a las pequeñas pantallas, opten por venir a Cinema Jove, invita, y mucho, al optimismo»
Cinema Jove es un continuo encuentro entre cineastas jóvenes que están en proceso de formación y crecimiento, y muchos de los nombres que están pasando estos años por el festival empezarán a sonar pronto mucho más.
El cine que transita a la madurez desde la juventud
Como bien dices, ese tránsito a la madurez es algo habitual, pero se presenta de maneras muy dispares; niños o jóvenes dándose cuenta de que el mundo no es de color de rosa, de que existe el mal, de que sus padres no eran quizá los héroes que pensaban; decepciones amorosas, despertares sexuales, nuevos temas de la agenda política y social, conflictos generacionales…
Además, en cada obra se matiza con el contexto de cada país; en esta ocasión hay dos largometrajes japoneses en la Selección Oficial, dos españoles y otros provenientes de Bosnia, Australia, Italia, India, Serbia y Suiza, países tan distantes y dispares como lo son sus cinematografías.
Los temas pospandemia
Las redes sociales, sin ser el tema central, son un ámbito recurrente en el cine hecho por jóvenes, ya que constituyen una de las principales vías de comunicación individual y grupal y de entretenimiento. Han configurado parte de la cultura de los nativos digitales y su presencia es inevitable.
Por otro lado, como programadores, esperábamos recibir más cine sobre la pandemia, el confinamiento o las condiciones limitadas de la “nueva normalidad”, pero apenas hemos recibido obras al respecto. Ha habido una voluntad de hacer borrón y cuenta nueva y de emplear el tiempo y la energía perdidos en mirar hacia adelante evitando caer en cualquier tipo de nostalgia.
La participación juvenil
Cada año, casi sin excepción, se van superando el número de obras recibidas en todas las categorías a competición. Para la presente edición hemos recibido alrededor de 1.300 cortometrajes, más de 350 largometrajes; el Encuentro audiovisual de Jóvenes a su vez ha recibido más de 130 propuestas. Hay cada vez más cine hecho por jóvenes, o al menos somos capaces de localizar más cada año.
Muchísima juventud disfruta haciendo y viendo cine; el número de escuelas de cine en España no deja de crecer, y por cierto, Valencia no es una excepción. Pronto veremos en más festivales trabajos hechos por alumnos de Cinescuela Méliés, Barreira, Comenius, etcétera, además, por supuesto, de alumnos de comunicación Audiovisual de la UV, el CEU y la UPV.
Con respecto a nuevas maneras, si bien recibimos cine hecho con móviles —y el año pasado premiamos a Sean Baker, que realizó la maravillosa Tangerine rodada con iPhones—, las escuelas de cine permiten el uso de material profesional a los estudiantes cada vez con mayor frecuencia; así que, pese a la democratización del acceso a rodar, no es necesario recurrir al móvil si se dispone de un equipo decente.
La asistencia
El festival, desde 2017, ha experimentado un aumento de aproximadamente 1.000 espectadores nuevos por año de media —pandemia incluida— hasta situarse en los 12.110 del año pasado. Las distintas experiencias de Cinema Jove (los estrenos, el Jurat Jove, los encuentros con los premiados, el descubrimiento de las obras de las Secciones Oficiales) demuestran que el sentimiento por ver cine en pantalla grande acompañado de 200 desconocidos no ha dejado de estar en vigor; que nuevas generaciones, acostumbradas a la pequeñas pantallas, opten por venir, invita, y mucho, al optimismo.
Las proyecciones al aire libre serán este año en la plaza de Viriato. Antes, esas mismas, se hacían en un solar de Ciutat Vella.
El solar donde se ubicaba este ciclo pertenece a una constructora, y en él se iniciarán obras este mismo año. Ante la incertidumbre de si disponíamos o no de dicho espacio, decidimos reubicar el ciclo en otra plaza que nos diera la seguridad de poder llevar a cabo el ciclo y que también cumpliera con las premisas del festival: sede cercana a la sede principal (Rialto) que permita que espectadores puedan ver películas de distintas secciones sin realizar un gran recorrido y peatonal. Además, el espacio es muy conocido por parte del circuito estudiantil valenciano: en ella se ubican la EASD (Escuela de Arte y Superior de Diseño) y el Conservatorio.
Los festivales y las polémicas (del tipo que sean, cinematográficas o no) suelen ir juntas. Aquí desde hace años suena de fondo la posible fusión entre Cinema Jove y La Mostra de València Cinema del Mediterrani, los dos festivales de cine de la ciudad. ¿Qué opinas sobre eso? ¿Cómo es la relación entre ambos encuentros?
Entre ambos festivales hay amistad y cordialidad; de hecho algunos hemos trabajado juntos en algún momento. Además, yo acudo a la Mostra como espectador siempre que puedo.
Con respecto a la pregunta anterior, a diferencia de otros festivales llamados “generalistas” (festivales sin temática concreta, que son la mayoría), Cinema Jove y la Mostra somos festivales temáticos, con un concepto específico. Cada uno tiene una personalidad definida, bien marcada a lo largo de 39 años, y la perspectiva de una fusión genera muchas dudas: entre otras, cómo sería la nueva “criatura”, si se convertiría en un cajón desastre resultado de fusionar los dos conceptos; qué institución ostentaría la toma de decisiones… sumado al hecho de que sacar adelante una marca nueva en el panorama español de festivales no sería flor de un día, ni de un año, ni de cinco.
¿Qué crees que es lo mejor del festival Cinema Jove? ¿Y lo peor?
Lo mejor, su equipo y sus espectadores. El equipo, porque se ha consolidado en los últimos años un grupo de personas que, al trabajar varias ediciones juntas, han ganado experiencia, han hecho crecer y mejorar el festival y lo han dotado de visibilidad, de una buena programación y de mayor accesibilidad para el público joven.
Y al hilo de esto último, el público se ha rejuvenecido en los últimos años; los Jurats Joves que van incorporándose repiten los años siguientes como nuevos espectadores, le pierden miedo a ir a un festival de cine, disfrutan de su programación y entienden lo útil que puede resultar a los nuevos cineastas.
Lo peor, no disponer del equipo, o de una parte de él, todo el año.
¿Cómo le explicas a un noruego que se baja de un crucero y pasea por la plaza de la Reina tomándose una horchata qué es Cinema Jove, qué aporta a la ciudad y a la industria? Dinos tres ‘ganchos’ de esta edición para interesar a esa persona ajena que no es habitual de este tipo de encuentros.
Primero, las Secciones Oficiales. Le diría a ese turista que varios expertos programan sin ninguna restricción las diez mejores películas internacionales dirigidas por jóvenes cada año; nuevas voces, caras y países que probablemente no vea habitualmente en pantalla grande. Lo segundo, el ciclo de nuestro cineasta invitado, Alonso Ruizpalacios; Güeros , Museo y Una película de policías invitan a descubrir a un cineasta completo, lúcido y curioso. Y lo tercero, el cine al aire libre esta edición viene con dos ciclos a elegir: Game On (ciclo sobre videojuegos que tendrá lugar en el Claustro Gótico del CCCC) y High School Cuarto Curso (películas situadas en institutos, que se proyectarán en la Plaza de Viriato).
Se acerca el 40 aniversario del festival, echando la vista atrás, ¿Cómo te gustaría que se recordara tu etapa al frente del mismo?
Al menos, que Cinema Jove hizo honor a su nombre, que el festival, como decíamos al principio, respiró juventud por todos sus poros.
La evolución de Cinema Jove. ¿Cómo lo ves dentro de 10 años? ¿Y a ti dentro de 10 años?
Con una infraestructura mayor para disponer de mayor cobertura logística (cines al aire libre con mayor capacidad, mayor número de cortometrajistas invitados, un equipo fijo todo el año…). Por otro lado, imagino a varios de los cineastas que han pasado por nuestras secciones oficiales teniendo una gran carrera y un cine con sello propio. Y por qué no, llevándose el premio Luna de Valencia. En cuanto a mí, no lo tengo claro, pero si sigo en Cinema Jove, al menos me gustaría haber sido partícipe de todo esto.