La obra «La Ratonera», basada en la novela corta de Agatha Christie que escribió en 1952, se representa en el Teatro Olympia con un montaje de Víctor Conde que quiere evocar la ambientación de las películas clásicas de cine en blanco y negro, protagonizadas por grandes actores. Romanticismo clásico con un trasfondo de intriga y crímen.
Te damos 10 pistas, parafraseando a la autora de “Diez negritos”, indispensables para estar alerta antes de ir a verla. Abre los ojos porque cualquiera puede ser el culpable.
1.- La Ratonera es negra, policiaca
Una pieza clásica de trama tipo nada-es-lo-que-parece que en manos de Agatha Christie nos hace dudar de todos y cada uno de los protagonistas hasta el final. Que activa nuestra psicología de la sospecha, esa que se alimenta de la intuición, los indicios, las pruebas y las reacciones. Una obra que desarrolla el sexto sentido.
2.- Contradice eso de que no se puede ser sublime sin interrupción
Desde la primera vez que se estrenó en España, en 1954 en San Sebastián, la obra no ha parado de girar periódicamente. Por no hablar del extranjero, un éxito ininterrumpido desde su estreno el 25 de noviembre en el Ambassadors Theatre de Londres, que ostenta el título de la obra más representada de la historia del teatro. Un caso digno de investigación.
3.- Una ventana es la protagonista
Como la escalera del film de suspense “Rebeca” (Alfred Hitchcock, 1940) en la casa Manderley, en “La Ratonera” hay una ventana que es el centro de las miradas en la mansión Monkswell. Una silenciosa presencia por la que vemos caer la nieve en el exterior y que acentúa el encierro obligado de los protagonistas atrapados por las condiciones climatológicas y el gélido ambiente de un habitáculo en el que todos son sospechosos. Solo los grandes autores son capaces de convertir una cosa en ente.
4.- Víctor Conde, el director de este montaje es un disfrutón
Después de la dirección de “The Hole 2” y “de disfrutar de gente en pelotas volando”, Víctor Conde toma las riendas de una obra con muy diferente concepción pero que sigue proponiendo disfrutar de la magia del teatro como un divertimento. Un director para el que el teatro «siempre existirá porque es un espectáculo en vivo, el entretenimiento total».
5.- El Teatro Olympia también es un lugar rodeado de misterio
La Valencia negra es una realidad que en las proximidades de la calle San Vicente cuentan con ejemplos ilustres como el barbero diabólico de la calle Cerrajeros, que no hace falta precisar qué castigo inflingía a sus víctimas. O con más cercanía al barrio de El Carmen, el fantasma de la plaza del Esparto cuyos movimientos de muebles y psicofonías varias, eran las principales quejas de un espíritu que se caracterizó por ser muy ruidoso. A Valencia le va el color negro.
6.- Las novelas de Agatha Christie son patrimonio de nuestra vida
Quien no tiene en casa algún ejemplar (por no decir todos) de “Selecciones de Biblioteca Oro”, una de las colecciones con mayor éxito y de estupendas portadas, que la Editorial Molino dedicó a varias series, incluida la de la escritora inglesa (Sherlock Holmes, Perry Mason, Cool & Lam, agencida de detectives…). Para muchos de nosotros, el primer viaje al mundo de la intriga y el misterio.
7.- La radio fue el origen de todo
A diferencia de otra genial creación, “La guerra de los mundos”, que fue adaptada a la radio por Orson Welles (1938) a partir de la novela de H.G.Wells (1898), “La Ratonera” recorrió el camino inverso. Concebida por su autora como un guión radiofónico, “Tres ratones ciegos”, por los ochenta años de la reina María, viuda de Jorge V, que se adaptó después al relato corto. Y con posterioridad, a la magia del teatro.
8.- Es un Cluedo teatral
Como el juego de mesa creado en 1948, «Clue», transcurre en una casa y el objetivo es el mismo, desenmascarar al asesino. Lo mejor de los juegos de adivinación del culpable es que lo lúdico del ejercicio de divertimento lo terrible que sería planteárselos en casos reales.
9.- Con mucha probabilidad, nunca la veremos en cine
La escritora especificó, en una cláusula de cesión de la obra, no se adaptaría al cine mientras exista un teatro en todo el mundo que la siga representando. Y han transcurrido más de sesenta años de ininterrumpidos montajes teatrales que aseguran que la traslación a la gran pantalla es una opción lejana. Quizás la escritora no tuviera en mucho aprecio al séptimo arte. Una inquina sólo comparable a la que desarrolló hacía uno de sus más imprescindibles personajes, el detective Poirot. Con gusto se lo hubiera cargado. Los editores no le dejaron.
10.- Fue un regalo de cumpleaños millonario
Agatha Christie, bendita abuela, regaló los derechos de la obra a su nieto, Mathew Prichard por su noveno cumpleaños. Un paquetito que envolvía un obsequio multimillonario que tiene como origen una canción infantil basada en un hecho real, que tiene toda la crueldad de algunas de las melodías para niños: “Tres ratones ciegos / (…) mira como corren/ (…) quién les cortós sus rabos/ con un cuchillo de cocina…”
«La Ratonera» se podrá ver en el Teatro Olympia del 5 al 8 de noviembre.