Russafa Escènica – Festival de Tardor celebra su XV edición del 17 al 28 de septiembre con una programación que reflexiona sobre la precariedad laboral en la cultura y los riesgos de dedicarse a la creación.
Con el lema Pirueta con doble salto mortal hacia atrás, la XV edición del festival propone una metáfora visual y conceptual del impulso y la valentía que requiere apostar por las artes escénicas como forma de vida. La imagen central del cartel, firmada por el artista valenciano Miguel Hache, representa un zapato convertido en saltamontes, un collage que alude tanto al salto creativo como a la necesidad de adaptación constante.
«Quería trabajar con un objeto cotidiano vinculado a los pies, los que impulsan el salto, y vincularlo con la naturaleza, en referencia también a las piruetas que obliga a hacer el cambio climático», explica Hache. El cartel ha sido diseñado por Vicent Ribelles a partir de esta ilustración.

Miguel Hache
El lema funciona como homenaje a quienes, desde distintos ámbitos, hacen posible el tejido cultural: quienes crean, quienes organizan y quienes sostienen las estructuras invisibles de la producción artística. Es también un reflejo de la situación de la propia organización del festival, que vuelve a celebrarse sin tener todos los apoyos institucionales asegurados.
«Los dos tenemos que convivir con la precariedad. Son dos mundos de supervivientes», afirma Hache en referencia al paralelismo entre las artes escénicas y las plásticas. El artista, vinculado al mundo fallero desde los 14 años, ha ampliado en los últimos años su actividad a encargos vinculados al teatro, como carteles, escenografías o títeres. Su obra NADA, creada para la categoría de Fallas Experimentales como homenaje a las víctimas de la Dana, recibió gran acogida pública y mediática.
Russafa Escènica – Festival de Tardor reúne a cerca de 50 profesionales para su realización y mantiene su compromiso con la creación emergente, ofreciendo espectáculos de pequeño y largo formato en espacios no convencionales del barrio: desde salas de teatro hasta coworkings, tiendas o locales temporales convertidos en escenarios. Una experiencia escénica única que mezcla formación, exhibición y nuevos lenguajes escénicos.
La convocatoria ha recibido propuestas de artistas emergentes y consolidados con ganas de experimentar. Todos ellos saltarán sin red del 17 al 28 de septiembre, ofreciendo sus creaciones en una nueva edición que, como cada año, se abre paso entre la incertidumbre y el entusiasmo, con más riesgo que garantías, pero también con la energía propia de quien decide seguir apostando por la cultura.