Rodolf Sirera odia con todas sus fuerzas su obra El verí del teatre. Lo contó hace cinco años en la Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu. Allí mismo confesó que una parte importante de lo que había escrito en su vida era para hacer olvidar ese montaje. Tenía la sensación de que la onda expansiva de esta producción había invisibilizado otros proyectos suyos más interesantes y arriesgados.
En esa misma charla, en la que compartía mesa con Lluís Meseguer, también reconoció que no estaba siendo justo, y debía mostrarse más agradecido, con una obra que se había traducido a 16 idiomas y se había representado en cerca de 25 países. Sirera es capaz de hacer autocrítica de sí mismo y después autocrítica de esa autocrítica.
Lo cierto es que, harto o no, El verí del teatre sigue vigente y en plena forma casi cuarenta años después, siendo una de las obras más importantes de la dramaturgia valenciana. Y parte de la culpa es incluso del propio Sirera, que en otra de sus obras, Trio, le rendía cierto homenaje. En febrero de este año coincidieron ambas producciones durante unos días en la cartelera. Una en el Rialto y otra en el Micalet donde vuelve ahora. Una situación casi lisérgica para el espectador. En Trio se contaba la historia de unos actores que querían representar precisamente El verí del teatre, pero que se encontraban ante la oposición del autor que solo barajaba la opción de hacerlo si contaba con un reparto femenino. En El verí del teatre se estrenaba, por primera vez, la obra con dos mujeres sobre el escenario.
El verí del teatre, que el propio Sirera ha contado alguna vez que la escribió mientras balanceaba el carrito de su hija, fue en su origen un proyecto para televisión. Dirigido por Mercé Vilaret e interpretado por Ovidi Montllor y Carles Velat, se emitió en el programa Lletres Catalanes de RTVE, y está disponible para su visionado en el archivo del ente. No deja de ser curioso u otra broma más del destino que la obra más conocida de Sirera tuviera origen catódico y que precisamente escribiendo guiones para la pequeña pantalla (Nissaga de poder, El súper, Amar en tiempos revueltos, Amar es para siempre) haya alcanzado él su mayor popularidad.
Pilar Almeria y Cristina Garcia son las dos estupendas actrices, dirigidas por Joan Peris, de esta versión que vuelve al Micalet (del 15 de noviembre al 3 de diciembre) y con la que viajaremos al París de finales del siglo XVIII. Gabrielle de Beaumont (Garcia), una actriz de moda, es invitada por una marquesa de aficiones extravagantes (Almeria) a visitarla a su palacio. Allí recibirá el encargo de interpretar una obra teatral escrita por la propia marquesa. Pronto comprobará que todo es una trampa para someterla a un cruel experimento.
El veneno del teatro sigue, afortunadamente, vivo.