Siete obras, todas ellas estrenos en la Comunitat Valenciana, han compuesto la programación de este año del Ciclo de Compañías Nacionales que organiza la Sala Russafa. En esta octava edición, se han podido ver montajes de compañías de cinco comunidades autónomas. Una oportunidad única para testar las artes escénicas del resto del país. Juan Carlos Garés, director de la Sala Russafa, se encarga de su valoración.
Balance hacéis de la edición de este año
Frente a la eclosión de propuestas culturales que ofrece la ciudad, un ciclo como este llama la atención sobre todo a los amantes del teatro, a los que buscan novedad y calidad a un tiempo. La selección está muy cuidada para satisfacer a un espectador que espera algo más que entretenimiento. Con esta programación no nos marcamos como objetivo captar a públicos poco habituados al teatro, sino ofrecer pequeños tesoros a quienes ya son espectadores consolidados. Al final, lo variado de las propuestas que lo integran hace que haya una repuesta del público diferente cada semana porque no todo interesa por igual a todo el mundo, pero estamos más que satisfechos del resultado de esta octava edición.
Lo mejor
Creo, sinceramente, que haber podido ofrecer siete trabajos tan diferentes y todos de una calidad e interés que nos parece muy alta, ha sido un puntazo. Conseguir reunir estos siete espectáculos no ha sido nada fácil, pues buscamos buenos formatos, que seduzcan al público por su temática, por su puesta en escena, por el trabajo de sus actores y actrices o por algún otro aspecto novedoso. Además, siempre, bajo una propuesta textual sólida. Nos ha costado mucho encajar todos esos factores con la disponibilidad de las compañías, pero todo cobra sentido cuando ves la respuesta estupenda por parte del espectador, como indican las altas puntuaciones que han recibido los espectáculos en las papeletas de votación que los asistentes rellenan para los Premios del Público de Sala Russafa. Destacar una pieza es imposible. Hemos pasado de la revisión de un Chéjov en Moscú (3.442 km) a la versión de un guión cinematográfico con Fresa y Chocolate, hemos tenido a nuevas voces de la dramaturgia con Dos días y Cuando caiga la nieve o propuestas muy singulares, como el teatro de cariz histórico de Los últimos paganos y la fusión con estilos musicales clásicos como la zarzuela o las chirigotas en Duelo a muerte del Marqués Pickman, además de una magnífica representación de textos extranjeros con Reglas, usos y costumbres en la sociedad moderna. Todas eran muy diferentes y todas nos parecen interesantísimas.
A mejorar
Seguimos en la lucha contra la programación efímera y por lo tanto, nos gustaría que las exhibiciones de estos buenos trabajos fueran más largas. Así, nos estamos planteando bajar el número de espectáculos participantes en el ciclo, pero que puedan estar más tiempo en cartel. No es fácil en absoluto, pero creemos que puede ser una buena idea que, en próximas ediciones del ciclo, ninguno de los montajes participantes esté menos de dos o tres semanas en la cartelera de Sala Russafa.
Edición de 2019
En principio, se repetirán las mismas fechas, en otoño. Pero, seguramente, el cambio será que habrá menos compañías con exhibiciones más largas. Eso implicaría más esfuerzo en la selección de los espectáculos, así como más inversión y empeño en comunicarlas a los espectadores. Esto último, es un tema que nos preocupa mucho porque es muy difícil llegar a contactar con grandes públicos con modestas inversiones en publicidad y compitiendo con la «eclosión» cultural de la ciudad. No podemos comparar nuestra capacidad de difusión con la de una sala pública, por ejemplo. Pero queremos hacer un valor de la diferencia que aportamos respecto a un teatro institucional. Por ejemplo, todas las piezas que han pasado por nuestro ciclo de Compañías Nacionales eran estrenos en la Comunitat. Estamos ofreciendo al público valenciano propuestas que de otra manera no tendrían cabida en la cartelera.