«Els nuvis». Foto: Mireia Raga.

«Un chico y una chica jóvenes, o no tan jóvenes, vestidos de novios, memorando el día en que comenzó todo. Todo lo que les lleva hoy a aquí». Esos novios son Adrián Novella y Ariana Higón en el escenario. La obra es Els nuvis, una producción de la compañía teatral Bullanga, que se puede ver en el Teatre Micalet, del 23 de marzo al 3 de abril. Dirigida por Vicente Genovés, ganó el Premi Micalet de Teatre 2019. Y el de Teatro Autor Exprés 2019 de la Fundación SGAE. Adrián Novella (que firma el texto y el planteamiento escénico) responde a nuestras preguntas.

Els nuvis tiene algo de celebración, algo de lo que estamos muy necesitados actualmente.

Els nuvis es una celebración. Prácticamente todo se ha de celebrar en la vida, ¿no? Nos encontramos todavía en una pandemia pero estamos ansiosos por festejar, por volver a encontrarnos, de quedarnos con lo positivo. De eso habla la obra y eso queremos compartir: que pase lo que pase debemos quedarnos con lo bueno y sentirnos agradecidos por ello. Quizá por eso necesitamos actos como este, como el de acudir al teatro.

Ya que hemos mencionado al covid, ¿cómo ha afectado a la obra?

El primer estado de alarma lo echó todo por tierra. Teníamos prevista una gira durante los meses de marzo y abril de 2020 que quedó en la primera función y para casa. Eso fue tiempo y dinero invertido que quedó en el aire, pero como decíamos, hay que quedarnos con lo bueno. Ocho meses después estrenamos una obra más trabajada, más limpia y precisa. Recuperamos la mayoría de las funciones, salieron nuevas, y ahora ya está rodada y esperamos que por fin el público (y nosotros) la pueda disfrutar cómodamente. Además tenemos la obra editada y se puede comprar en el teatro al acabar la función. Al final, fue para bien este parón.

Adrián Novella en «Els nuvis». Foto: Mireia Raga.

¿Els nuvis es ficción, realidad, una mezcla…?

Es ficción, autoficción. Es decir, hemos partido de personajes reales y nos hemos basado en momentos biográficos familiares para transformarlos completamente y crear ficción. Aunque algo de realidad siempre queda. Lo divertido puede ser intentar averiguar, al ver el espectáculo, qué cosas son verdad y que no.

Esa parte de realidad que está presente en la obra, ¿qué tiene de positivo y de negativo desde el punto de vista de la interpretación?

Lo positivo es que no se puede tratar con mayor cariño a un personaje, porque aunque sea una creación y se distancie del original, siempre hay un respeto y unas ganas de hacerlo como se merece, por mucho que sepas que hay cosas que la persona real no tiene en común con el personaje.

Lo negativo es que cuesta distanciarse. Ha costado salir de la imitación, pero desde fuera, tanto Vicente Genovés, el director, como Alejandra García, la encargada del movimiento, nos han insistido mucho en que tenemos que crear un personaje y no copiar al original. Así que por este lado, lo positivo y negativo forman parte del todo.

En esta ocasión, no diriges, pero sí interpretas.

El motivo de no dirigir es que interpreto. Mi socia, Ariana Higón, ya llevaba tiempo lanzándome la idea de actuar nosotros dos solos en escena. Tenemos una compañía juntos y eso ocurre poco. Así que con Els nuvis nos asegurábamos que esto fuese así, puesto que la obra está diseñada para que seamos nosotros los únicos que podamos interpretarla. Así que como tenía que estar dentro, lo mejor era cederle la dirección a alguien de confianza que pusiera la mirada externa. Vicente ha sido muy receptivo y ha aceptado la idea de base que yo llevaba en la cabeza, además siempre nos ha dejado proponer a nosotros. Y también ha estado ahí para parar las ideas más desafortunadas.

Por otra parte, en Els nuvis el público no tiene el «protagonismo» que podría tener en otras obras vuestras (una decisión que con las medidas de seguridad por el coronavirus acaba jugando a vuestro favor), ¿por qué esta obra lo requería así?

Juega a nuestro favor, aunque precisamente es Joc de xiquetes, la obra en la que más involucramos al público, la que más bolos ha recuperado este año. Els nuvis necesitaba ser contada de una manera convencional ya que no estamos haciendo realismo y los personajes están en una situación en la que no queremos ubicar al público. Sería fácil pensar que si Joc de xiquetes es una reunión escolar donde los espectadores son los padres y madres, Els nuvis es una boda donde son los invitados. Pero no, Els nuvis no es únicamente una boda. Es mucho más, y es mejor que el espectador la pueda observar desde fuera.

Ariana Higón en «Els nuvis». Foto: Mireia Raga.

Es una obra que parece mirar al pasado para celebrar el presente y lo que esté por llegar. ¿Qué encuentras en ese mirar al pasado como materia creativa?

Mirar al pasado nos hace entender mejor cómo somos, aceptar que lo que ha pasado es lo mejor que podía suceder porque es lo único que ha sucedido. Aunque también nos gusta hacer pequeños cambios o versiones algo modificadas de lo que ha ocurrido realmente, y nos las creemos. Una obra clásica o unos hechos históricos o biográficos pueden ayudar a crear visiones sobre un tema desde un punto que te toca, que te sirve de apoyo para contarte y para proyectar una inquietud o una manera de entender algún tema en cuestión. Si tienes algo que te sirve de trampolín para una creación, ¿por qué no utilizarlo? Siempre desde el respeto, claro.

Jugando con parte de los títulos de algunas obras anteriores de Bullanga, ¿qué tiene Els nuvis de pacto (El pacte), juego (Joc de xiquetes) y sueño (El sueño de las galaxias)?

Els nuvis es un pacto entre dos actores para crear una situación que quizás se ha dado, una especie de sueño o viaje que puede distanciarse de lo terrenal, es un poco naif la obra, la verdad, y un pacto entre dos personajes para conseguir llegar al objetivo que comparten. Para llegar a él no tienen más remedio que jugar, tanto actores como personajes, y así descubrirse, conocerse, aceptarse,…

En una ocasión, nos dijiste que escribías teatro «porque tengo la necesidad de contarme cosas. A mí. Contarme cosas que me motiven, que me planteen preguntas. Se ha escrito ya de todo, pero hay veces no de la manera que tú lo entiendes o quieres mostrar. Escribo porque quiero poner historias en pie y quiero que sean personales». ¿Qué tenías necesidad de contarte en Els nuvis?

La respuesta la tendrás del 23 de marzo al 3 de abril en el Teatre Micalet de València.