
Vida no hay más que una, pero la cordobesa Pepita Patiño ha tenido varias. Primero la suya, la real. Pero también la que Dulce Chacón reflejó en su novela La voz Dormida, que ha sido llevada al cine con éxito por Benito Zambrano y al teatro por la formación toledana Euroscena. Un espectáculo que lleva 8 años de gira ininterrumpida y que podrá verse en Sala Russafa del 14 al 16 de noviembre, dentro de su XV Ciclo de Compañías Nacionales.
Su trama refleja la represión sufrida por las mujeres que militaron o que simplemente estaban emparentadas con el bando perdedor de la guerra civil. Una realidad silenciada, a la que la fallecida escritora extremeña puso palabras en una conmovedora novela, elegida Libro del Año por el Gremio de Librerías de Madrid (2002) y adaptada para el teatro por Cayetana Cabezas.
El proyecto escénico arrancó impulsado por la actriz Laura Toledo, protagonista del montaje, a raíz de la muerte a los 91 años de la verdadera Pepita Patiño. Una mujer sencilla, que encarnó la memoria histórica y que vuelve a la vida en cada función, sintiendo nuevamente el amor por un maqui que la llevó a la Cárcel de las Ventas, donde se amontonaban otras muchas mujeres. Personajes de ficción, pero basados en hechos y seres reales, que el espectador va conociendo a través de la mirada de la protagonista de este monólogo, que observa desde la dulzura del enamoramiento la posguerra española más cruda.
Dirigido por Julián Fuentes y descrito por la crítica como una “pequeña joya teatral”, el espectáculo rinde homenaje no solo al personaje real que inspira esta historia. También a todas las mujeres que respondieron con valentía a las agresiones del franquismo. Un canto a la dignidad, la libertad y la justicia que cosechó 4 candidaturas Premios Max, así como el Premio a la Mejor Interpretación Femenina de la Unión de Actores de Madrid (2019). Tras su paso por Valencia en 2017 y tras recorrer toda España, esta semana vuelve a Valencia con tres únicas funciones.

Tá, Premio Nacional de Artes Escénicas para la Juventud y la Infancia
El 15 y 16 de noviembre los cántabros Escena Miriñaque protagonizan la programación familiar de Sala Russafa, cumpliendo con la cita pendiente desde la temporada pasada, cuando sus funciones tuvieron que suspenderse por la Dana. Con algo más que un año de demora, por fin podrá verse en su escenario Tá, una pieza de danza teatro a la que el Ministerio de Cultura otorgó el Premio Nacional de Artes Escénicas para la Juventud y la Infancia 2024.
Creada por la bailarina y coreógrafa Lorena Fernández, esta propuesta para espectadores a partir de 2 años rinde homenaje al realismo mágico. A través de elementos como los sombreros bombín y los trajes de chaqueta que lucen los personajes interpretados por Ivana Heredia y María Canel, se alude a la iconografía de Magritte, que llevó a la pintura esta tendencia artística donde nada es imposible y las cosas más irreales o fuera de contexto pueden nuevas lecturas para encajar a la perfección.
Es lo que ocurre en el bosque donde se encuentran las dos protagonistas, que irán tejiendo una amistad al tiempo que colaboran para transformar un árbol en una casa. Un proceso en el que el público las acompaña y ayuda, mientras van entonando una pegadiza melodía y se comunican básicamente con onomatopeya ‘tá’, que da título a la obra.
Disfrutando de la representación directamente sobre el escenario, aprendiendo a descifrar este curioso lenguaje, al ritmo de una ecléctica banda sonora donde caben canciones de Frank Sinatra, las y los pequeños se adentran en una realidad paralela, llena de creatividad, en una propuesta que rompe los estereotipos de los espectáculos para público familiar y el prejuicio como creaciones de menor factura escénica.










