La sala y compañía de teatro valenciana La Máquina Teatro tiene en cartel hasta al 18 de febrero su nueva propuesta Ninots, una obra que aborda temas como el edadismo, el género, la aporofobia y la procedencia en una profesión aparentemente liberal como las artes escénicas.
Rafa Cruz dirige un texto escrito por Ana Melo y protagonizado por la actriz venezolana Diana Volpe, que da vida a una intérprete emigrada que busca su última oportunidad de regresar a los escenarios después de enfrentarse a la discriminación por su edad, su condición de migrante y su falta de reconocimiento.
La obra se desarrolla en un casal fallero, un espacio que contrasta con el mundo del teatro. Esta decisión, que puede parecer sorprendente, es en realidad una metáfora de la lucha de la protagonista por encontrar su lugar en un mundo que la rechaza.
Ninots es una declaración de amor a las artes escénicas, un juego entre los límites entre realidad y ficción, y una denuncia de los sesgos que impiden que todos los artistas puedan desarrollar su carrera con igualdad de oportunidades. Hablamos su protagonista, Diana Volpe.
Tienes una trayectoria actoral en Venezuela de 40 años. ¿Qué te hace venir y cómo llegas a Valencia? ¿Te encuentras con una escena muy distinta?
Me vine a Valencia para estar más cerca de mi nieta. Me decidí por esta ciudad porque conocía a Rafa Cruz por su trayectoria y por haber trabajado con él en Barcelona (Sala Becket) y en Madrid (Teatro Español). Él me abrió las puertas de su teatro, La Máquina, y me hizo sentir como en casa.
No tengo mucho tiempo aquí como para poder opinar sobre la escena teatral valenciana. Sólo puedo hablar de lo que veo en La Máquina Teatro, el esfuerzo monumental que significa insistir en hacer teatro comprometido y transmitir la magia de las artes escénicas a nuevas generaciones de actores y espectadores.
En mi país, Venezuela, podemos hacer teatro casi con nada, la necesidad nos ha enseñado a “depender de la amabilidad de los extraños”, como diría Blanche Du Bois. Quizás aquí eso no es tan posible, aunque La Máquina ha hecho de la necesidad un arte, logrando y abriéndole las puertas a grandes montajes.
Respecto al papel que interpretas en Ninots, ¿Qué dificultades y retos ha supuesto para ti? ¿Cómo lo has preparado? ¿Encuentras similitudes con tu propia experiencia vital y artística?
Para mí, el principal reto al enfrentar un personaje como María en Ninots ha sido el de separarla de mí, para no sucumbir en el intento. Me unen a María la edad, el amor-pasión por el teatro, las renuncias que eso ha significado, la terquedad de seguir adelante… María me entristece, aunque mi vida no ha sido triste.
El texto de Ana Melo enlaza temas diversos como la aporofobia, el género o el edadismo con el mundo del teatro y con algo tan local como las fallas. ¿Qué ha supuesto para ti trabajar con una obra que entrecruza tantos temas y tan dispares?
Son todos temas a los que las mujeres nos enfrentamos a diario, en cualquier país, en cualquier trabajo. Para el cine, dejamos de existir al cumplir cuarenta años. Ahora, si no tenemos seguidores en las redes somos menos apetecibles. Si no podemos pagarnos una sesión de fotos, somos invisibles. Sin embargo, el teatro es más generoso que el cine o la TV, no importan tanto las arrugas. El teatro es mi casa, no puedo decir que no me haya cobijado hasta ahora.
Y respecto al tema de lo local, Valencia no es Valencia sin las Fallas. Son su esencia, su alegría de vivir, su fe y su extraordinaria humanidad. Pero todo eso está también en las artes escénicas, expresado de otra manera, en el compromiso total del actor con su arte y su público. Para mí, ha sido un maridaje muy natural y estoy segura que el público lo sabrá apreciar en el montaje que Rafa Cruz y La Maquina Teatro traen a la escena valenciana.
➡️ Esta nueva producción para adultos de La Màquina estará en cartel hasta el 18 de febrero en su sala de la calle Pare Jofré nº7 de Valencia.