«Litoral es una serie de pinturas en las que, a partir de la sencillez de la línea, de un gesto mínimo, se invita al espectador a encontrar su propio paisaje». Litoral es obra de la pintora (y también música) Lola Bonet i Palop. Una exposición, dispersa por diversas paredes del 5 CaféBar (hasta el 12 de noviembre), donde convive en armonía con su realidad diaria, pero reivindicando su espacio propio y calmo. Una invitación a mirar de frente las pinturas, dejar volar la imaginación, sin que se interponga nada entre obra y espectador. A mirar, a pensar, a vivir.
Hace dos años te entrevistamos en Verlanga y entonces las montañas eran las protagonistas de tu serie pictórica Déu és una Muntanya y de la escultórica Back to the mountain. Aunque ya en aquella conversación decías que eras “hija de la mar y de la huerta”, ¿cómo llegas hasta Litoral desde aquellas montañas?
Empecé trabajando entorno al concepto de paisaje con aquellos proyectos, la montaña fue el punto de partida. Georg Simmel, en Filosofía del paisaje, dice que la Naturaleza es una unidad infinita, ilimitada y que el paisaje es un fragmento individualizado y reconstruido por el ser humano de toda esta unidad. Mi trabajo se centra en romper con los límites que definen el concepto de paisaje y de algún modo, darle la vuelta a todo esto. Entiendo que si el paisaje es un constructo humano, entonces eso deja vía libre para llegar a él de muchas maneras, desde lo más figurativo a lo más conceptual o lo abstracto. Litoral son trazos, esquemas, la sutileza de aquello que nos suena pero que no vemos explícitamente.
En Litoral, invitas al espectador a que encuentre su propio paisaje en tus pinturas a partir de la sencillez de las líneas. Es una invitación con riesgo dada la comodidad de la gente y la necesidad de que le den cualquier mensaje descifrado. ¿Eras consciente de ello? ¿Añadir el título, Litoral, era para ayudar a contextualizar la obra?
Es cierto que puede resultar un poco contradictorio eso de invitar a encontrar tu propio paisaje en una colección con un nombre tan explícito pero el arte tiene ese juego, por un lado está el trabajo del artista, que te lleva a eso, cómo llegas a eso, qué, cómo, porqué; la constante investigación…y luego llega el público, que no ha recorrido ese camino y se encuentra con su propia representación mental de aquello. Yo hice todos esos dibujos sin pensar demasiado en qué eran, sólo sabía que había paisaje. Luego los miré durante días y me acordé de mi yaya, del camino a L’Antigor en su pueblo, por el que se llega al río Serpis, las acequias, las cañas, la marchal. También vi L’Albufera y las cañas y sus reflejos en la laguna; eso, LITORAL. En cambio mi amigo Adri me dijo, veo un montón de personas andando muy rápido. Qué genialidad. Litoral era mi relación con esos dibujos, habrá quien empatice con ello y quien busque su propia historia.
Montañas, litoral, ¿qué importancia tiene la Naturaleza en tu obra?
Inspiración es, puede, la palabra clave. Me inspiro en la Naturaleza, que es dónde se da el paisaje, donde sucede, pero no trabajo en ella, me refiero, no voy a L’Albufera a pintar Litoral, ni me fui a las montañas a pintar Déu es una muntanya. Trabajo desde casa o en el estudio. Mi casa está en la ciudad y el estudio en una nave industrial en el polígono de Benifaió, así que mi búsqueda se da desde el recuerdo, la intuición, no sé si me explico, trabajo un concepto y eso me da libertad para hacer lo que quiera. No doy largos paseos por el monte para aprender de la Naturaleza cuando estoy en un proyecto determinado, pero cualquier manifestación de paisaje me sirve para mi obra.
¿Cómo y cuándo surge Litoral?
De repente y en casa. Surge porque en ese momento no tengo ni un duro, así que el proyecto en el que estoy trabajando desde hace dos años está parado. Me compro unos rotuladores y unos papeles, material mínimo y, como no tengo para coger el tren e ir al estudio pues trabajo en casa, empiezo a trazar líneas, que son el resultado de trazos anteriores, a esquemetizar, a quitar de lo que tengo anteriormente. Pienso, tengo un material mínimo, voy a hacer un gesto mínimo. Y me paso así dos semanas sin parar. ¡Engancha!
Se trata de pinturas que pueden transmitir cierta ensoñación, reconforte, incluso fragilidad, que huyen del ruido y apuestan por la sencillez y como dices los gestos mínimos. Resulta curioso comprobar como en un bar, donde hay ruido, gente hablando, bebiendo y comiendo, música sonando, es un espacio en el que no dejan de ocurrir cosas, las pinturas permanecene ajenas, reivindicando su adn calmo y sugerente, pero sin desentonar en el conjunto. ¿Sabías que algo así iba a ocurrir?
En absoluto, no me lo había planteado y me acaba de encantar lo que has escrito, muchísimas gracias. La verdad que tanto en Litoral como en la obra anterior que mencionábamos se puede escuchar su silencio intrínseco, son obras con un adn calmo, como tan bonito has dicho y eso es algo muy curioso porque yo soy una persona muy nerviosa, de verdad, siempre estoy nerviosa. Pero con el arte medito. Siempre hay una cosa que se da en mi obra y es la repetición sistemática de elementos. Esa repetición que automatizo me aisla de todo lo que no sea ese momento, yo y lo que estoy haciendo, y ahí encuentro la calma. Aunque lo próximo tiene bastante ruido, creo.
¿Y qué te aporta creativamente hablando esa repetición?
La repetición me lleva a abstraerme de lo ajeno, entro en un estado meditativo. A parte yo investigo mucho repitiendo. Anda muchas veces el mismo camino y te llevará a muchos lugares. Es imposible hacer siempre igual la misma cosa. Yo repito y repito y repito y eso me va cambiando el trazo, la intensidad o el sentido de lo que hago.
Tus obras siempre parecen minuciosas (anque por otro lado, parece que hay cierto empeño en que parezcan justo lo contrario), ¿encuentras alguna relación entre tu trabajo y el de los artesanos, más allá de que utilices las manos como principal herramienta?
Supongo que justamente eso, la capacidad de repetir elementos minuciosamente, aunque el gesto sea rápido está muy meditado. Pienso en el artesano y lo pienso calmo, aunque produzca rápido, la rapidez ha llegado con la experiencia de la repetición, pero el objeto está muy pensado, el diseño, el proceso, los acabados, no es principalmente impulsivo. Creo que a mí me pasa lo mismo.
Las obras de Litoral invitan al espectador a expandirlas visualmente, a imaginarlas de gran tamaño. ¿Estuvo o está en tu cabeza que eso ocurra, que la serie pase a estar formada por obras de mayores dimensiones o Litoral se cierra así?
Sí que lo está, sí. Lo que pasa es que ahora se queda aparcado, Litoral no es sólo eso, de hecho eso son los esbozos de algo que tengo en mente y que aún no puedo dar por cerrado, soy muy lenta en eso. Ahora mismo estoy cerrando un proyecto que llevo entre manos más de dos años.
¿Crees que la música que haces con tus distintos proyectos se refleja de alguna manera en tu obra pictórica o son dos cosas totalmente separadas?
Formo parte de los grupos MAR y de Nomembers, en este útimo sí, absolutamente. Es algo que aún me sorprende porque no es intencionado, en Nomembers el paisaje ha sido el decorado sobre el que han surgido todas las letras y melodías pero nunca se empezó el proyecto con esa intención, fue surgiendo. Dario escribió algunas letras conmigo pero la mayoría él sólo y le salió hablar de eso. Luego la música la hemos hecho entre 4, yo sólo soy una pequeña parte. Tocar en un grupo es muy distinto, mi trabajo plástico es radicalmente individual, no sabría trabajar en grupo, en cambio, con las bandas cuanto más colaborativo sea, más democrático y más sumemos entre todos más a gusto estoy. No concibo tocar en un grupo liderado por una sola persona.
¿Al artista le afecta creativamente hablando (y por ello se refleja en su obra) lo que ocurre a su alrededor o debería aislarse cuando está creando?
Pienso que no hay una sola manera de ser artista. A mí no me gusta cuando la gente da por buena una sola cosa para algo, me refiero, hay quien trabaja con un horario cerrado, de 9 a 6 todos los días y hay quien es más lento; hay quien va por épocas, quienes trabajan por proyectos o quienes buscan siempre desde cero, con el gesto. Todo vale si uno se cree lo que está haciendo. Habrá quien se empape de lo que tenga alrededor, claro y habrá quien busque en lo lejano, (como yo con el paisaje) pero al final todos trabajamos (en) el momento y el mundo que habitamos y por eso el arte es un reflejo de la vida. Experiencia estética vs. experiencia vital.