A sus ochenta y cinco años, Frederick Wiseman continúa con la energía y las ansias creativas intactas. Su útima película es «National Gallery», un documental de casi tres horas, en el que destripa cómo funciona el museo londinense. Sin interponerse, como siempre, entre su cámara y la realidad, encajando todas las piezas, después, en la sala de montaje. Con la excusa de su estreno, hemos pedido a tres directores de museos valencianos que imaginarán como sería una película sobre el centro que regentan. Y ya tenemos ganas de que alguien se ponga a rodarlas.
José Miguel García Cortés, director del IVAM (Institut Valencià d’Art Modern).
¿Crees que sería interesante un documental sobre el IVAM?
Por supuesto. Los museos son espacios que, a pesar de ser muy visitados, son un misterio para muchos de los que se acercan a ellos. Cuando una persona o colectivo recorre una exposición o acude a la llamada de una actividad cultural en un museo, desconoce el funcionamiento, lo que hay detrás de lo que pueden ver. A veces llegan noticias de que son guardianes de tesoros, otras que no se entiende cómo son y para qué sirven. Es necesario abrir las puertas a todo lo que rodea el museo, su actividad y dependencias, para que los sientan como suyos, especialmente si son museos públicos.
Algunas veces se han hecho reportajes sobre el IVAM de los lugares que no son de acceso al público, pero no hay un documental que pueda calificarse de «completo» porque el museo se hace día a día. Estaría encantado como director del IVAM de que el museo se abriera a través de un documental por varias razones: amamos el museo, a sus trabajadores y valoramos el cine y el audiovisual de forma extraordinaria como creador del imaginario colectivo.
¿Qué piensas que es lo que más sorprendería al espectador?
Depende del espectador. Si está interesado en la restauración y conservación, le encantaría ver los cuidados de las obras. Si le interesa la logística de los transportes, podría conocer lo que significa prestar con seguridad una obra en otros continentes. También la riqueza de la biblioteca y cómo se archivan decenas de miles de documentos que puedes tener a tu alcance gracias a las labores de digitalización. La museografía tiene ya varios siglos, pero siempre, como el arte, es una sorpresa.
¿Quién te gustaría que lo dirigiera?
Quien desee hacerlo. No es una labor de encargo. Hay múltiples formas de abordarlo, desde las colecciones al funcionamiento, desde las obras de arte a quienes trabajan con ellas. El edificio y sus habitantes. Creo que lo importante es que los amantes del documental encuentren razones para hacer un buen trabajo a partir de un museo como el IVAM. Sin duda, en Valencia hay realizadores extraordinarios, como en otros lugares.
¿Cómo te gustaría que fuese ese documental?
Estoy abierto a múltiples propuestas, siempre que operen a favor de la creatividad y de la difusión del arte moderno y contemporáneo. Hay documentales de factura clásica extraordinarios, con la medida adecuada entre contenidos y narración audiovisual; otros impactantes en cuanto a su estética en realización y montaje.
Lo importante es que trasladen información y la pasión por el disfrute estético. Un documental no es videoarte, pero sin vivir el arte no se hará un buen documental sobre un museo.
Alejandro Noguera, director de L’Iber (Museo de los soldaditos de plomo).
¿Crees que sería interesante un documental sobre el funcionamiento de L’Iber?
Sí, dado que somos un museo atípico al ser una institución privada. Aquí todos hacemos de todo y existe mucha menos burocracia y hay más flexibilidad y dinamismo. Por otra parte, la labor creativa de ver como va naciendo una maqueta, desde la fase de investigación hasta que se pintan los soldaditos, se crea un terreno de batalla, se colocan según los mapas históricos y se finaliza su planteamiento didáctico; puede ser un proceso visual muy constructivo para el espectador.
¿Qué piensas que sería lo que más sorprendería al espectador?
El espectador se encuentra apabullado por el gran número de piezas con el que se encuentra, pero también por la forma en que están presentadas: dioramas, maquetas, vitrinas; todo ello cuidado al máximo desde el punto de vista del rigor histórico. Sin embargo, el marco del edificio es otro de los factores sorprendentes que convierten la visita en una experiencia; desde los arcos góticos del patio hasta los artesonados de madera de las salas, pasando por los cuidados parquets o las lámparas de araña. Todo ello contribuye a que el espectador no quede indiferente.
¿Quién te gustaría que lo dirigiera?
Me encantaría que este documental lo dirigiera Álex de la Iglesia con una estética de intriga cercana a su película «El día de la bestia». Ello contribuiría a marcar una dicotomía entre el pasado y el futuro similar a la filosofía que este museo pretende mostrar.
¿Cómo te gustaría que fuera ese documental?
Sería interesante que se saliera de los cauces al uso, ya que se han realizado ya demasiados reportajes en este museo al modo tradicional. Un documental buscando alguna forma de intriga, con un estilo fotográfico interesante, con un guión que no buscase contar la típica historia de un museo, sino más bien intentar insertar una narración dentro de él que podría aportar al público mucho más y marcar una diferencia frente a la tónica habitual.
Helena Bonet Rosado, directora del Museo de Prehistoria de Valencia.
¿Crees que sería interesante un documental sobre el funcionamiento del Museo de Prehistoria?
Por supuesto, es una asignatura pendiente que tiene el Museo de Prehistoria de Valencia, que cuenta con una potente pagina web y una buena presencia en las redes sociales pero carece de un documental con toda la riqueza y complejidad que alberga un museo de arqueología. Sin duda permitiría su difusión en otros medios de comunicación, como televisión, a los cuales ahora no tenemos acceso. El museo no son sólo las magníficas colecciones que se presentan en las salas, como los primeros restos humanos neandertales, el arte mueble paleolítico de la Cova del Parpalló, los vasos pintados de Llíria, la colección de plomos escritos ibéricos o piezas como el Apolo de Pinedo, sino que es igualmente interesante conocer el museo no visitable. El Gabinete de Fauna Cuaternaria, el de Numismática, el Laboratorio de restauración, la Biblioteca, los Almacenes, pero sobre todo el apasionante trabajo de excavación e investigación que hay detrás de cada pieza y de cada actividad divulgativa que hace el museo. La conservación e investigación junto con el trabajo de divulgación es nuestra autentica razón de ser.
¿Qué piensas que sería lo que más sorprendería al espectador?
Precisamente cómo realizamos el trabajo de reconstrucción histórica a partir de las evidencia materiales, es decir los objetos arqueológicos. Pensamos que el mostrar al espectador la trastienda o el making off de cómo se construye el discurso histórico o cómo se establecen las hipótesis de trabajo es lo más apasionante. Por ejemplo cuando descubres unos restos humanos en un enterramiento prehistórico, acompañados o no de su ajuar funerario, lo más sorprendente es ver la cantidad de información que puedes extraer de los mismos gracias a las analíticas de las distintas disciplinas auxiliares de la arqueología. Estas nos permiten saber cómo eran, cuando vivieron, cómo se relacionaban con el medio, de qué murieron, qué comían y un largo etcétera. Todas estas preguntas son las que interesan y sorprenden al espectador y para ello nos valemos de múltiples recursos divulgativos, como las exposiciones temporales e itinerantes, las jornadas de puertas abiertas realizadas en los yacimientos arqueológicos con teatralizaciones o para los más pequeños a través de la biblioteca infantil y de los talleres didácticos.
¿Quién te gustaría que lo dirigiera?
No estoy muy capacitada para contestar a esta pregunta pues desconozco este mundo, pero sin duda lo primero que te viene a la cabeza siendo arqueóloga es el film documental “La Cueva de los sueños olvidados”, dirigido por Werner Herzog, sobre el arte parietal de la cueva Chauvet. Pero eso son palabras mayores. Lo que sí que percibo es una gran diferencia entre los documentales de la cadena Discovery y los trailers publicitarios, muy dinámicos y atractivos, y los documentales históricos y sobre museos, muy similares entre sí y más clásicos. Sin embargo, hay profesionales magníficos trabajando en vídeos y documentales en los principales museos españoles, tal vez destacaría a Pablo Iraburu que atrae al público por su forma de narrar y por la intensidad de las imágenes. También, la desaparición de Canal 9 ha impulsado la aparición en el mercado audiovisual de buenos profesionales valencianos que prestaban sus servicios en aquella cadena, como Sergi Pitarch con su trabajo de documentación en “El último abrazo” o Matilde Alcaraz de DocumentArt.
¿Cómo te gustaría que fuera ese documental?
De divulgación científica, capaz de atraer a cualquier público, no solo el especializado o interesado en la arqueología, pero sin caer en el recurso fácil esotérico y aventurero, lo cual suele ser bastante difícil de conseguir. Para ello es importantísimo el director del documental y por supuesto su equipo de rodaje. Nosotros podemos y debemos dar toda la información de carácter científico y museístico pero en sus manos está en cómo trasmitir esta información para que resulte interesante e innovadora con un guión dinámico y moderno que solo las nuevas tecnologías y un buen director pueden conseguir. En definitiva nos gustaría que fuera capaz de transmitir al público nuestra pasión por la arqueología y lo motivara a visitar nuestro museo con el fin no sólo de disfrutar de nuestras colecciones sino de formularse preguntas y buscar respuestas.