«Estamos ya en el siglo XXI y todavía hay gentes que creen en Dios y editores que creen que los libros no son una mercancía». Así comenzaba Constantino Bértolo un artículo, tremendamente educativo, sobre la edición en la revista Archipiélago hace más de diez años. Las dos aseveraciones siguen teniendo validez hoy en día, si bien la segunda sorprende y nos interesa más que la primera.
Pasar a la acción se está convirtiendo en una costumbre en el mundo cultural de esta ciudad. Ante la falta de infraestructuras o apoyos, la iniciativa personal asume el protagonismo. Ocurre en todos los campos artísticos o creativos. Y la literatura no es una excepción. En los últimos meses han surgido unas cuantas editoriales dispuestas a publicar aquellos libros que no encuentran en otros sellos. La poesía, el cómic o la música reggae focalizan los catálogos de Edicions del Buc, Grafito y Black Star, respectivamente. No son las únicas recién llegadas, tiempo habrá de hablar de todas ellas.
Edicions del Buc: Mimando la poesía
Unos versos de Mercé Rodoreda dan la bienvenida en la web de Edicions del Buc. No es casual, sobre todo, si nos fijamos en el último de ellos («com si el cel fos el buc d’una petxina). Rubén Luzón, Pau Sanchis, Francesc Bononad y Josep Martínez son los nombres y apellidos que hay detrás de esta editorial de poesía. Los cuatro coincidían en las cenas posteriores a los recitales y presentaciones de libros en Ca Revolta y allí se gestó la idea. Afortunadamente no quedó en uno de esos proyectos de mesa y mantel que acaban en el olvido y las dos primeras referencias («Parlen els ulls», de Begonya Mezquita y «València Nord», de Teresa Pascual) ya están a la venta. «Publicaremos cuatro títulos al año, dos en otoño y dos en primavera. Los libros se podrán adquirir en algunas librerías o por suscripción, pero no haremos una distribución masiva, y trabajaremos con tiradas cortas. Si hay mucha demanda, siempre estaremos a tiempo de reimprimir o reeditar«, explica Josep.
Si hay que ser valiente para montar una editorial y dedicarla a la poesía, hacerlo en tiempos de crisis acrecenta el valor. «Las crisis son señales de creces, y, aunque jóvenes, somos ya sobradamente talluditos. La valentía y la inconsciencia suelen ir de la mano, si bien nos hemos puesto a «laborar» en un ámbito que conocemos, o eso creemos. Además, emprender en esto es más bien una cuestión de reemprender, de continuar con el pasado. Lo raro, eso sí, habría sido retomar la senda del ladrillo, ahora que se lleva la consultoría y el asesoramiento de proyectos a las Administraciones Locales», añade Martínez.
Para Edicions del Buc, las redes sociales son fundamentales, teniendo en cuenta que los libros sólo se pueden adquirir en un número reducido de librerías, por suscripción o en aquellos eventos que organizan, necesitando por tanto la mayor difusión posible de los mismos. Pero no obstante eso, apuestan también por el contacto tradicional pre-internet, con la intención de eludir todos los intermediarios posibles. «Nos hemos propuesto ser neos, radicalmente neos, que es como decir nuevos desde las raíces, desde los orígenes, o como decir complejamente neoviejos. A menudo la idea de innovación va ligada a un flujo de beneficio simbólico (sociocultural) y material (económico) por la simple lógica del progreso tecnológico. Nosotros desconfiamos de estas apelaciones fetichistas que, haciendo tabla rasa del pasado y consagrando el complemento, la extensión, el dispositivo o la ultimísima aplicación de conectividad, impiden todo aprovechamiento de la historia en curso y, al mismo tiempo, vacían de contenido el concepto de innovación. Conectividad, sí; la de toda la vida: la de uno o un grupo con los recuerdos, las sensaciones, los pensamientos que le suscitan unas máquinas interactivas hechas con dos tapas y un puñado de hojas».
El e-book no entra en sus planes de futuro, aunque no se cierran a nada. «Hemos decidido hacer libros bonitos, con buen papel y un diseño muy cuidado. Esto parece un poco incompatible con el libro digital, sobre todo lo del papel. Hemos trabajado con Dídac (del estudio valenciano Ibán Ramón + Dídac Ballester); es un diseñador espléndido. Era la primera vez que hacía libros de poesía, pero ha sido un gustazo trabajar con él, porque nos ha entendido muy bien, se ha implicado muchísimo con el proyecto y ha pensado hasta el último detalle de los libros. Para nosotros esto era fundamental. Los libros, además de buenos, tenían que ser bonitos (bien diseñados) y fáciles de leer (bien maquetados). Y además queríamos que marcaran cierta diferencia con otras colecciones de poesía y creemos que lo hemos conseguido».
¿Ventajas e inconvenientes de editar desde Valencia? Publicamos en catalán, que, por desgracia, ahora mismo es una lengua infrarrepresentada en muchas librerías de Valencia. Aunque este hecho nos pueda quitar cierta visibilidad en el ámbito de donde procedemos, el compromiso que tenemos con nuestra lengua es firme e inequívoco. Por otra parte, si conseguimos publicar libros que valgan la pena de verdad y consolidar un estilo propio como editores, confiamos en que los lectores asiduos de poesía acabarán conociendo lo que hacemos e interesándose por nuestras propuestas.
Grafito Editorial: Capturando el talento en viñetas
Como en el caso de Edicions del Buc, las cenas, los amigos con inquietudes y gustos similares y las ganas por hacer cosas fueron clave para el nacimiento de Grafito Editorial: «Uno de los artífices de la idea, Guillermo Morales, lleva más de 20 años editando fanzines bajo el sello FLAsCinDER, participando en salones y creciendo con lo mejorcito de nuestro actual elenco de dibujantes. Así que en una cena de amigos, surgió la conversación de llevar esa afición al terreno profesional, una cosa llevó a la otra, cada uno empezó a ver si era viable y a sacar números y al final entre todos nos lanzamos».
El pasado 2014 publicaron su primer cómic, «Cazador de sonrisas», «un thriller en el que Agustín Ferrer Casas da vida a un modélico dentista estadounidense a principios de los 60. Drogas alucinógenas, asesinatos, lagunas de memoria … mucho es lo que se esconde tras la sonrisa del Dr. Dunne». Y para este año ya tienen tres referencias esperando («Chorizos. Atraco a la Española», de los valencianos Ricar González y Ricardo Vilbor; «Los mundos de Valken. Océanos en llamas», ciencia ficción a cargo de Nacho Fernández; y «El Piso 3º VIL», una gamberrada de Aitor I. Eraña sobre el día a día de los superhéroes). Además, puede que no sean las últimas porque las negociaciones para otras dos parece que van bien encaminadas. Todos los cómics son autoconclusivos, en formato álbum y rondan las 120 páginas.
La crisis no ha sido un inconveniente a la hora de poner en marcha la editorial, porque como bien dicen «si tenemos que esperar a que “se acabe la crisis” no nos lanzamos ni a los 80 años. Además es precisamente “por la que está cayendo” que muchos de nuestros dibujantes se marchan a trabajar fuera o publican con editoriales extranjeras. Ese talento está ahí, nosotros queremos contribuir a darles a conocer. Pensamos que con un buen producto entre manos y mucho, mucho, mucho trabajo puede ser un proyecto rentable y que funcione para todos». Por eso ponen especial esmero en cuidar la edición, porque aunque «si bien lo más importante del comic es su contenido, si “no lo pones bonito” pasará desapercibido para el lector. Y en el actual panorama comiquero la crisis ha hecho que se reduzcan las tiradas y se aumenten el número de publicaciones. Si ahora están granizando cómics y no llamas la atención, estás perdido».
Los tebeos de Grafito se distribuyen en tiendas especializadas, pero también se pueden adquirir vía web. Frente a la opción papel, también tienen disponible la digital. «Nos llevamos de maravilla con ese formato y por triplicado. Cada uno de nuestros álbumes se publicará en formato digital en español, inglés y francés y podrán descargarse en nuestra web por sólo 2’50€. Buscamos exportar el talento de los dibujantes de Grafito Editorial fuera de nuestras fronteras. Y para ello el medio digital nos ofrece una excelente oportunidad».
¿Ventajas e inconvenientes de editar desde Valencia? «La mayor desventaja es tener que invitar a los autores a una paella cuando vienen a hacer las presentaciones. La mejor ventaja de todas es comerte una paella con los autores cuando vienen a hacer presentaciones».
Black Star: Conexión reggae
Como decíamos al principio del artículo, el «hazlo tú mismo» se está convirtiendo en el motor de muchos de los proyectos culturales, más interesantes, que están surgiendo en la ciudad. La editorial Black Star, especializada en música reggae, es un claro ejemplo. «Nace como una pulsión, una necesidad movida por la desesperación que siento ante el hecho de que no hay títulos importantes disponibles, en castellano, sobre este estilo musical», explica Dani Tomás, el one-man band que hay detrás de ella. En lugar de lamentarse, este periodista decidió llenar ese vacío buscando en la especialización un hueco en el mercado. «Mi idea no era poner en marcha una editorial en sí. Como he comentado antes, el proyecto nace de esta manera, vinculado al reggae. Considero que es el terreno que mejor conozco, sobre el que más he leído y en el que más cómodo me siento. Además, es el género musical más ajeno al mundo editorial español. El rock, el punk, el jazz y otros géneros sí han sido acogidos por distintas editoriales, pero el reggae estaba relegado a un segundo plano en el mundo cultural. Quiero rescatarlo de ahí y acercarlo a quien le interese».
«La leyenda de Sugar Minott y Youth Promotion», de Beth Lesser, fue el libro con el que debutó. Tomás se encuentra trabajando en la traducción del que será su segundo título, al tiempo que ha llegado a un acuerdo con la distribuidora Traficante de Sueños. El proyecto se va afianzando poco a poco, ajeno a los tiempos inciertos que económicamente vivimos. «Montar una editorial, ahora, es más posible que nunca gracias a la tecnología disponible. Esto es muy importante, ya que aunque no pretendo que esto sea un negocio boyante, al menos quiero que no dilapide mis recursos personales ni los ponga en riesgo. Seamos francos, trabajo desde la guerrilla más pura y he tenido la suerte de encontrarme con muy buena gente y con una gran respuesta por parte del mundo del reggae que hacen que todo esto tenga sentido».
Black Star nace con la idea de centrarse en la traducción de libros ya existentes, y con el deseo de combinar la promoción por redes sociales y la venta en tiendas físicas. Ni abraza ni desecha el ebook. «Este es el gran punto en el que me encuentro bloqueado en estos momentos. No sé cómo gestionarlo. No sé qué es más inteligente a nivel estratégico. Quizá la editorial deba mantenerse micro y dirigirse a un público del reggae fetichista, compradores de vinilo y coleccionistas. Un nicho muy pequeño, pero muy fiel».
Mientras lo decide seguirá con su particular guerrilla editorial, en la que prácticamente todo (incluidos diseño y maquetación) son responsabilidad suya. Algo que tampoco es novedoso para alguien que siempre ha estado en contacto con el mundo de la autoedición. «Estuve hablando con Esteban Hernández (fanzine Usted) y con Martín López (Ediciones Valiente). Especialmente, Martín fue quien más pistas me dio para montar un ecommerce gratuito y me explicó cómo funciona él. Aunque lo de estos dos cracks es el cómic y la ilustración, me sirvió muchísimo todo lo que me dijeron».
¿Ventajas e inconvenientes de editar desde Valencia? «El mundo de la imprenta es muy competitivo y actualmente hay ofertas muy agresivas, pero fuera de Valencia. Es la única desventaja que he vivido en mi caso. Por lo demás, cada vez me gusta más esta ciudad que a nivel macro es insoportable, pero en la que se puede encontrar momentos de calor que reconfortan».