El placer de la lectura

Fotos: Eva M. Rosúa.

Sencillez y sentido común. Sobre ambos ejes deberían construirse todas las publicaciones del mundo. Es pura matemática. The Happy Reader es uno de los mejores ejemplos de que la fórmula es infalible. Una cabecera que celebra al lector feliz solo puede dar satisfacciones. Detrás de ella se encuentra gente con muy buen gusto y cariño por la letra impresa. En un lado, la editorial Penguin. En el otro, la revista Fantastic Man. Prestigio y elegancia. Justo, con una buena selección de textos, lo que caracteriza a nuestra protagonista. Para rematar los aciertos, el formato es muy cómodo, su diseño facilita la lectura y el precio es muy ajustado, incluso barato para lo que ofrece.

The Happy Reader se divide en dos partes. La primera es la que acaba marcando la portada. Por allí ya han desfilado el actor Dan Stevens, la ex-Sonic Youth Kim Gordon, el cómico Azaz Ansari, el también intérprete Alan Cumming y la (entre otras cosas) cantante Grimes. Una extensa y sosegada entrevista con ellos en la que conversan sobre su filias y fobias literarias, les convierte en esos felices lectores a los que hace referencia su nombre. «Yo no leo guiones por placer», confesaba Cumming en el número cuatro, «cuando quiero divertirme leyendo, leo libros». El libro como centro de todo. Como árbol que vertebra con sus ramas una conversación en la que se confiesan las primeras lecturas («Los cinco» de Enid Blyton), los textos que impresionan de adolescente (en este caso, las canciones de Kate Bush), las mejores escenas sexuales literarias (aquí, Cumming vota en blanco) o el género preferido (imposible para él, porque en su eclecticismo y al lado de la cama se le amontonan Christopher Isherwwod, Lena Dunham o Damian Barr). Todo salpicado de cuestiones en las que hablan de su profesión, de la independencia de Escocia o de su bisexualidad. El mejor epílogo a la estupenda entrevista es la selección por parte del actor de siete de sus libros favoritos.

La segunda parte la protagoniza un título clásico del catálogo de Penguin. El mismo es analizado a fondo por varias firmas, desde diversos puntos de vista. «The purple cloud» de M. P. Shiel (editado como «La nube púrpura» por Reino de Redonda en España y reeditado hace unos años por Debolsillo) forma pareja con Alan Cumming en este número. La novela de ciencia ficción es la excusa, o tal vez sea más correcto decir el punto de partida, para que diversos autores deliberen sobre temas que rozan tangencialmente la ficción seleccionada. Salvando las distancias es lo que hace el suplemento dominical Rar del diario Ara. En este caso, por poner dos ejemplos, se habla del cine post-apocalíptico o de una librería de Nueva York dedicada exclusivamente a la ciencia ficción.

Ideas sencillas que necesitan de sentido común para llevarlas a buen puerto. Nada más fácil que recurrir a buenos profesionales para ello. Así en la nómina de colaboradores aparecen Alex Needham (The Guardian), Bruno Staub (Fantastic Man), Sophie Harris (Time Out New York) o el gran Simon Garfield. The Happy Reader sale dos veces al año, una en verano y otra en invierno. Hacerse con ella es sencillo, basta con ir a alguna de las dos librerías Dadá. El sentido común ya lo ponen ustedes.

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