Laura Cuñat. Foto: Anna Alcina.

A Laura Cuñat (València, 1985) siempre le han fascinado los mapas. Seguramente porque le apasiona viajar. Como cuenta unas líneas más adelante un día empezó a intervenirlos, como si fueran una suerte de collages que narraban un camino recorrido. Descubrió ahí un paralelismo con lo que son nuestras vidas. Y todo cuadró: mapas, vidas, arte.

Bautizó estas obras como Almagrafías porque ese era el objetivo de las mismas. Captar la esencia de un fragmento de la vida de alguien. Convertirlo en una obra de arte y al mismo tiempo en memoria. Con ella nos adentramos en el alma de su proyecto.

Almagrafía Noe y Estela.

¿Qué es Almagrafías?

Almagrafías es mi proyecto de arte biográfico en el que la persona que te encarga la obra se convierte en la protagonista de su propio cuadro. A través de una entrevista previa me cuenta su historia, o un fragmento de su vida, que quiera recordar siempre y yo soy la interprete que me encargo de plasmarla a través de fotografías, recortes, palabras… Puede ser tanto una vivencia propia, como la de la persona a la que quieres sorprender con un regalo. En la mayoría de los casos este camino que recorre conmigo tiene una base cartográfica por el papel que juega el lugar, aunque otras muchas veces son viajes interiores en los que la localización queda en un segundo plano.

¿Cómo se te ocurrió la idea?

Me encanta viajar y siempre me han fascinado los mapas. Siempre me han atraído las retículas que forman, cómo representan caminos y lugares que se conectan a través de líneas o puntos que se cruzan, marañas de laberintos, los colores y matices dependiendo de la orografía de la zona… Es una fuente de inspiración por sí misma. Eso hizo que empezara de alguna manera a coleccionarlos. La base de mi trabajo es el collage y dentro de mi proyecto de obra gráfica JanKenPón. Un día cogí varios fragmentos de esos mapas y comencé a incluir palabras, algo parecido a iconos, objetos, y a imaginarme la relación entre ellos tal y como hacía con mis collages. El siguiente paso fue llevar esto a un cuadro para mi hermana. Ella vive en Madrid y quería regalarle un trocito de València, así que cogí una tabla, transferí el mapa de la zona donde siempre hemos vivido, y de nuestro edificio, y comencé a añadirle guiños a recuerdos o anécdotas nuestras para que siempre los tuviera presentes. Pensé que sería bonito poder hacer lo mismo con otras personas.

Almagrafía Raquel.

¿Cómo es el proceso de elaboración y creación?

Una vez se me encargan la obra, concretamos un día para encontrarnos bien por videoconferencia o en persona depende del lugar. Durante ese tiempo, me contará su viaje o el viaje de la persona protagonista y hablaremos de lo que le ha llevado a querer plasmar su historia en una Almagrafía. Esta parte la disfruto mucho y la persona que la encarga también porque la ilusión se refleja en todo el proceso: comparte conmigo recuerdos, experiencias, fotografías, entradas de lugares… Y con todo ello me pongo manos a la obra. Una vez finalizada la Almagrafía, la entrego junto a un pequeño dossier con fotografías del proceso y un resumen de la historia que me han contado y mi interpretación de la misma. Entre la persona receptora y la obra se crea una relación muy especial porque son los involucrados quienes mejor pueden descifrar su propia Almagrafía.

Una vez conoces la historia /vida de los protagonistas, ¿Consultas algo más con ellos o la labor, dijéramos creativa, es totalmente tuya y hasta el resultado final no lo ven? ¿O te dan algunas indicaciones de cosas que quieren expresamente que aparezcan?

La verdad es que hasta el momento las personas que me han encargado las obras han confiado 100% en mí y eso se agradece mucho porque te da absoluta libertad para tomar decisiones. Antes de empezar siempre pregunto cuáles son los elementos indispensables que deben aparecer y en todo momento intento involucrarlos en el proceso aunque me gusta sorprenderlos hasta el último momento.

Almagrafía Fefi.

¿Cómo te manejas en la incómoda zona en que la información puede ser demasiado personal, pero tú la necesitas para entender mejor la historia a reflejar?

Creo que quien encarga la Almagrafía tiene ganas de compartir su historia y yo intento que se encuentre cómodo/a en el proceso. En nuestro encuentro se crea un vínculo en el que yo me convierto en la intérprete y se entiende que cualquier información por pequeña que parezca me ayuda para comprender, empatizar y reflejar mejor ese pedacito de la persona. La ilusión y el cariño con la que recibo cada recuerdo intento que se perciba en el proceso.

¿Por qué el collage? ¿Por qué crees que se ajusta tan bien a estas Almagrafías?

Se podría decir que el collage pone delante de mí todas las herramientas convertidas en imágenes que necesito y es en el juego de juntarlas y conectarlas entre sí, para darles una nueva interpretación, donde más disfruto. Es como contar historias pero en vez de con palabras con texturas, objetos, pedazos de una escena… El proceso en el que vas viendo el diálogo que se produce con los diferentes materiales me parece mágico.

Laura Cuñat. Foto: Anna Alcina.

¿Cómo reacciona la gente al ver un fragmento de su vida plasmado en una obra de arte?

La palabra que mejor lo define es sorpresa. El ver reflejada su propia historia de manera tan tangible para recordarla siempre creo que les emociona.

¿Crees que tus Almagrafías tiene algo de depurativo para las personas que las protagonizan?

Pienso que, en cierta manera, sí. El compartir un fragmento importante de su vida y darle el espacio que merece resulta liberador y cuando esto se convierte en un regalo para alguien que no lo espera es muy gratificante.

Almagrafía Víctor y Slinky.