En la vida de las revistas españolas de moda, cuando aun ir al quiosco era un ejercicio de selección comparado con algún supermercado de la Rusia comunista, Vogue España era una de las revistas de lectura obligada. Pero el mayor impacto de la época era descubrir que un valenciano, Vicente Gallart, periodista especializado en la materia, escribía en ella y llegó a ser editor de moda. Tras publicar un manual de estilo de Naty Abascal, esperábamos una biografía de la jugosa vida de la ex-modelo. Pero él tomando las de villadiego, apuntó hacia otras de sus musas: «Irresistibles. 100 años de it girls en la moda» (Grijalbo). Una apasionante pasarela de vidas que merecerían ser contadas una a una. Vicente acumula una prolija trayectoria marcada por la moda, ahora desde su propia web Nodigasicono, y colaboraciones en GQ, Shangay, Telva y YoDona.
¿Cuándo recuerdas que empezaste a interesarte por la moda?
Realmente a principios de los años 80, cuando fui con mi hermana por primera vez a la tienda que Francis Montesinos tenía en el Barrio del Carmen.
¿Cómo y cuándo empiezas a escribir para Vogue?
Tras estar un par de años en su departamento de arte, me cambiaron al de redacción y entonces fue cuando comencé a escribir para la revista hasta que me convertí en su editor de moda.
Moda y música ¿se podría decir que son tus dos grandes pasiones? Y has conseguido vivir entorno a ellas. ¿Qué te proporciona cada vertiente?
No concibo la una sin la otra. La música me conecta con la gente de un modo más directo, la moda me divierte más a nivel personal.
¿El libro “100% Naty. Manual de estilo de Naty Abascal” se planteó como una versión española de la francesa guía de estilo de Ines de la Fressange (son los mismos editores, Grijalbo)?
A nivel diseño sí, pero no a nivel contenido. Ni Naty ni yo queríamos crear un manual en el que el 75% fueran direcciones de tiendas como ocurre con el de Ines de la Fressange. Nosotros decidimos que «100% Naty» fuera mucho más ambicioso respecto al contenido de moda y conseguimos no incluir tiendas.
¿Cómo fue su proceso de elaboración porque imagino que en este tipo de colaboraciones el peso casi recaerá en un 80% en el periodista?
Naty y yo quedamos unas seis veces y nos grabamos hablando de todos y cada uno de los puntos del esquema. Luego yo me senté y le di forma redaccional a todo lo que consideré adecuado. Y finalmente, volvimos a juntarnos y repasamos todo el contenido dos veces hasta que lo pulimos.
¿Qué es lo que más te atrae de un personaje como Naty Abascal? Ella es sin duda, una “irresistible” pero no la has incluido en tu segundo libro…
¡No la he incluido porque no he incluido it girls españolas! Me las reservo para una segunda parte de Irresistibles que sea 100% made in Spain. De Naty me atrae mucho su estilo ecléctico al vestir, pero también su background cultural, que es impresionante. Es una mujer insaciable a la hora de descubrir nuevas propuestas que provengan del arte, la música, el cine, la literatura, la fotografía… Su biblioteca es la biblioteca de mis sueños.
Montaste una tienda de complementos en la valenciana calle del Trench ¿qué te llevó a esa aventura?
Buscaba vivir una nueva experiencia en la moda desde una vertiente diferente. Y, aunque comercialmente no consiguió despegar, con esta tienda me demostré que el contacto directo con el cliente se me da de maravilla.
¿Es Valencia un escenario duro para la moda?
Desde un punto de vista estético, no. Valencia es una ciudad muy creativa y está llena de talento se mire por donde se mire. Sin embargo, a nivel profesional o empresarial sí que carece de una base sólida que la consolide como lugar clave respecto a la moda.
¿Te interesan eventos como la Valencia Fashion Week (VFW)?
Me interesan siempre que apoyen a los nuevos talentos, a la gente joven. No si solo se usan para que se luzcan los de siempre haciendo lo de siempre.
La reciente muerte anunciada de la pasarela valenciana VFW pone de manifiesto nuestras enormes debilidades como ciudad. Desde la distancia que te da vivir en Madrid, ¿dónde crees que radican esas mermas?
Como ya he comentado, en la ausencia de una base sólida a nivel profesional en la moda. En muchos sentidos, en Valencia se sigue viviendo como si fuera solo una fiesta continua y no un auténtico negocio que, bien llevado, puede dar excelentes resultados tanto a nivel nacional como internacional.
Actualmente escribes en GQ, Shangay, Telva y YoDona; y en tu propia web “Nodigasicono” ¿Cómo ha cambiado el panorama de las revistas de moda desde que comenzaste?
A nivel laboral se sigue funcionando de la misma manera y cada vez me resulta más cansino en comparación con lo fácil que es trabajar a través de una web. Respecto a los contenidos… ya no existe el factor sorpresa y ya no hay casi margen en ellas para realizar temas que no sean compromisos publicitarios. Es muy triste.
¿Echas en falta algo de cómo se hacía la información de moda, a cómo se hace en la actualidad?
En el pasado, cuando yo fui editor de moda de Vogue, existía un equilibrio entre lo que había que sacar para apoyar a los anunciantes y lo que surgía de la imaginación del equipo. Ahora ha desaparecido y los anunciantes se han impuesto.
Supongo que has tenido la oportunidad de presenciar en la distancia corta el trabajo de muchos diseñadores ¿algún recuerdo en especial?
El que más me llena es el que tiene que ver con los comienzos de Juanjo Oliva, con quien colaboré estrechamente hasta que terminó de despegar.
¿Qué vertiente de la moda es la que más te interesa?
Ahora mismo, me inclino por informar a través del medio online con mi web Nodigasicono y de las redes sociales.
¿Cómo surge la selección del tema de “las irresistibles”?
Hacía mucho tiempo que tenía en mente rendir tributo a todas esas chicas que han hecho de la moda algo fascinante. Ellas son responsables de que yo me convirtiera en quien soy profesionalmente y les debía un buen homenaje.
El sufijo “it” nos puede parecer relativamente novedoso pero cuentas en el libro que todo apunta a que surge del film homónimo que en 1927 protagonizó Clara Bow. Pero no deja de ser curioso que se haya popularizado justo en época actual. ¿Cómo se explica?
Se ha popularizado ahora gracias a los medios especializados de moda actuales y a su fuerte presencia a través de las redes sociales. Ellos lo han rescatado del olvido y lo han convertido en una tendencia sociológica actual.
El recorrido de muchas de las biografías sobre las que das pinceladas resulta irresistible, sobre todo en el caso de las pioneras durante la primera mitad del siglo XX ¿Piensas que esa mezcla de estilo más intelectualidad, resulta más auténtica que la surgida en el transcurso del siglo XXI?
Absolutamente. Las pioneras del siglo XX eran chicas mucho más cultas que las it girls actuales. Y eso que lo tenían todo en contra teniendo en cuenta que se movían en una sociedad terriblemente machista.
Estas mujeres consiguieron alejarse del rol machista imperante en sus sociedades porque tenían en muchos casos un acceso privilegiado a la cultura (y felizmente, la moda formaba parte de ella) ¿no es un concepto que casi se ha abandonado entre los diseñadores hoy? ¿Qué diseñadores seguirían hoy en día, apostando por avanzar en este diálogo entre el hombre y la mujer?
Yo creo que el diálogo entre los diseñadores y las mujeres que les inspiran continúa gozando de una excelente salud en la actualidad. ¡Es algo imposible de evitar! En este sentido, la relación entre ambos no ha cambiado si la comparamos con la que disfrutaron creadores como Poiret, Dior, Balenciaga o Saint Laurent.
Personajes irresistibles, pero que en muchos momentos de sus vidas se convirtieron en “unas especialistas para luchar contra la crítica ajena y la mofa”. Aún hoy, ¿por qué el prefijo “it” produce a muchos cierto repelús?
Porque todo lo que destaca por ser único y diferente siempre produce mucha desconfianza entre los demás y es entonces cuando surge el rechazo, la crítica o la mofa hacia ello. En este sentido, las chicas it deben estar preparadas para no ser solo adoradas.
Muchas de estas mujeres que pululan por el libro deciden en algún momento “llevar una vida tranquila lejos de la frívola fama con la que la moda a menudo te obsequia” ¿Por qué es más famosa la cara banal de la moda? ¿Es culpa del reflejo de los propios periodistas, por ejemplo?
A nivel histórico, el legado de la moda no es banal. Lo que sí lo ha sido y es a menudo es todo lo que le rodea. Pero todo. No solo el trabajo de sus periodistas. También el de sus diseñadores, modelos, fotógrafos, estilistas, maquilladores… yo creo que la frivolidad en la moda es algo innato a ella porque es algo artístico y creativo, porque no se trata de salvar vidas en un quirófano. En este sentido, hay que entender y respetar la moda en su contexto adecuado, no sacarla de él.
En muchos de los casos pasados que presentas, la influencia de estas mujeres en algunas diseñadores (caso Yves Saint Laurent con Loulou de la Falaise o Betty Catroux) hizo avanzar la moda, ¿algún ejemplo en la actualidad?
Sí, claro. Me fascina la relación que tienen Haider Ackermann con la actriz Tilda Swinton, Riccardo Tisci con la modelo Mariacarla Boscono o Nicolas Ghesquière con Charlotte Gainsbourg. También es muy interesante cómo interacciona Kate Moss con Christopher Bailey, responsable de la firma Burberry.
Unas fidelidades absolutas con los modistos, como cuando cuentas que eran capaces de comprar colecciones enteras de Alta Costura de un mismo diseñador (caso de Babe Paley con Valentino), o incluso de atrincherarse durante tres días en su villa de pura tristeza, al conocer la muerte de Balenciaga (Mona Bismarck) ¿No es fascinante tal abnegación?
Por supuesto. Lo de muchas it girls con los diseñadores de moda era algo tan intenso que, obviamente, servía para sustituir otras carencias sentimentales.
Dices que «la excesiva corrección no te convierte en una it girl». Pero no me negarás que la época actual en cuestión de “it girls” está muy descafeinada… ¿Es quizás Kate Moss la última representante de esta generación?
En la actualidad, es cierto que las it girls con demasiado correctas. Kate Moss ha sido de las pocas que se ha saltado las reglas y ha reivindicado vivir la vida como a ella le daba la gana. Sin embargo, últimamente Cara Delevingne parece haber recogido su testigo y está decidida a conseguir que ese tipo de it girl rebelde no desaparezca.
Estas chicas surgidas al amparo de blogs parecen más un conglomerado de marcas que se atropellan por vestirlas y por que consuman un estilo de vida que provoca un inmenso bostezo.
Pues sí, por eso en «Irresistibles» solo les he dedicado unas líneas en el epílogo. Comparadas con las it girls del siglo XX carecen del más mínimo interés. Al menos para un público que tenga cierto background cultural, claro.
“Si las it girls de antaño hubieran contado con el apoyo de las redes sociales, sus cuentas hubieran echado humo”¿Qué it girls que sigas en tus redes te interesan hoy?
¡No sigo a ninguna! No me hace falta. Están tan presentes en los medios que sí que me miro para estar al día que ya no me hace falta seguir a ninguna directamente. En este sentido, no soy nada fan de ellas.
¿Lo de ser una mujer irresistible al final, es un cartucho que quema y se quema? (visto la mayoría de finales de sus biografías)
Sin duda, es obvio que ser una it girl irresistible era un arma de doble filo. La verdad es que cuando comencé a trabajar en el libro no pensé que tantas de sus protagonistas iban a acabar mal. El resultado final es muy desalentador. Debo reconocerlo.
Tu web se llama “Nodigasicono”, explícanos ¿cómo ocurre el paso de “it girl” a icono (que suponemos es un estadio mayor)?
Es una cuestión de estilo personal y también de edad. En el caso de los iconos, su espléndida madurez se convierte en un referente absoluto para gran parte de la sociedad. Es lo que ocurrió con Audrey Hepburn o con Jackie Kennedy, por ejemplo.
España no ha sido históricamente un país muy propenso a mujeres con “eso”, o al menos no lo reflejas en el libro ¿Algún nombre que salvarías? Y de Valencia, ¿sería una osadía preguntar quien ha podido ser nuestra Jean Shrimpton?
A nivel histórico, en España existe una cantera de it girls maravillosa y, si el éxito de este libro me lo permite, lo mostraré en su continuación. ¿Algunos ejemplos? Carmen Sevilla, Conchita Velasco, Marisol, Bárbara Rey y Amparo Muñoz. Respecto a Valencia… alguna it girl ha tenido que haber proporcionado, pero ahora no caigo. Todo es cuestión de ponerme a investigar.
Tu aproximación al universo de estas mujeres es del tipo historicista, pero de las que se han quedado fuera ¿alguna que incluirías a posteriori?
No. En «Irresistibles» están las que tienen que estar según mi opinión. La verdad es que logré incluir a todas las que me propuse y si falta alguna es porque no consideré que debía contar con ella por el motivo que fuera. El criterio de selección que usé fue muy estricto y gracias a él conseguí rematar el esquema del libro con bastante facilidad.
En 1971 Dalí se encarga del número de diciembre del Vogue parisino (no era la primera vez), incluyendo entre sus páginas a Amanda Lear, fotografiada por David Bailey. Si quisiéramos rendir un homenaje a este equipo de ases: ¿Qué trío elegirías tú para liderar un número especial y para qué publicación de las actuales?
Pues… la publicación sería el Vogue Paris, el artista invitado podría ser Damien Hirst, la it girl… Cara Delevingne y el fotógrafo… Steven Klein. Yo creo que de un equipo así podría salir algo espectacular.