Existe una terapia al alcance de todos que lleva años instalada subterfugiamente en Valencia, pero que en los últimos tiempos está tomando forma e incluso las calles: el mundo del handmade o universo crafty, o las labores de toda la vida, como a algunos les gusta llamarlas.
Y en ese grupo, se encuentra María Peiró, crafter de largo recorrido (doctorada en Patchwork en Nueva York!, como suena) que ha hecho de su pasión su profesión. Autora del blog Deshilachado, María se ha embarcado desde hace un año aproximadamente, junto a Sunny (Oh So Sunny), Natxa (Nathnit) y Sophie (XaruXamú) en The Crafty Room, un espacio abierto y multifuncional, punto de encuentro para desarrollar nuevas técnicas, adquirir materiales, impartir cursos, charlas de asesoramento legal para crafters… Un sinfín de actividades en la que el denominador común es crear una comunidad unida por la pasión de lo hecho a mano con diseño original.
Charlamos con Sunny y María, invitados a conocer su curso de iniciación al bordado y por supuesto, las instalaciones. La primera pregunta que surge es cómo está la situación en España y en concreto en Valencia del handmade. La respuesta la temíamos “este mundo no siempre es valorado como en otros países donde incluso se considera un arte y se guardan reliquias de hace siglos como un tesoro. Valencia es una ciudad dura para el craft, aunque hay más gente de lo que parece dedicándose a ello”.
Ellas reivindican esta actividad (que en realidad engloba un abanico extenso de posibilidades) como una necesidad casi ancestral de recuperar lo que se sabe hacer, una técnica que ha sido transmitida de generación en generación, pero que quizás el tiempo y la desidia, han hecho caer en el olvido. Nos citan por ejemplo la iniciativa de Project Gutemberg con la digitalización de patrones antiguos, para poner en valor el tratamiento que desearían se le diera a este tipo de artesanía.
Además lo interesante de este más que un hobby, es su filosofía: “las cosas hechas a mano tienen el valor de ver el producto de tu esfuerzo. En una sociedad acelerada, te permite encontrar nuevas formas de relajarte, de expresar tu creatividad porque el estilo surge y aflora como una expresión de lo que eres. Deja que lo que tienes entre manos te hable”. Característica esencial a la hora de abordar el asunto del handmade, porque la variedad de estilos y técnicas hacen que el futuro pase (y ya está pasando) por la exploración y las sinergias con otros campos como el arte, la moda, la fotografía, la videocreación… Sunny defiende que «la moda nunca ha olvidado a la artesanía». Es quizás la disciplina artística que más fiel se ha mantenido a las técnicas de bordados en sus fornituras, adornos y enriquecimiento de telas y prendas.
Las dos coinciden en el lema “Together is better”. Apuestan por la creatividad colectiva. No te quedes tejiendo solo en casa, hacerlo en comunidad es más enriquecedor. Para ello te ofrecen un calendario de actividades diseñado a tu medida que puedes consultar aquí.
¿Y cómo pinta su futuro? A corto plazo, están dispuestas a decorar la ciudad. Para empezar, el día 11 de mayo, su objetivo será la Pl. Honduras de Valencia, donde se ubica la sede de The Crafty Room. Allí, en plena calle, van a realizar una acción de embellecimiento de la plaza (con el patrocinio de Lanas Stop) a la que todo el barrio y toda la gente que quiera asistir está invitada. Una intervención en el escenario urbano que despertará sin duda, curiosidad. La plaza pública tomada por el punto, el ganchillo, el patchwork… Una revolución textil, hecha a mano que esta ciudad agradece.
Fotos Talla38 y The Crafty Room
