Para asuntos musicales, que como escuché decir una vez a Camilo Lara suponen al menos el cincuenta por ciento de mi conversación, podéis encontrarme con el nombre de Junior, Junior SuperSnob, y hace ya unos cuantos años que hago una revista sonora semanal en Ràdio Túria, la emisora municipal de L’Eliana, que también se conecta con otras de la Red de Emisoras Municipales Valencianas. Los programas se cuelgan en la plataforma iVoox y pueden buscarse por el título del programa: Música SuperSnob. Su lema: para los que sienten las canciones.
El otro aspecto que puede interesar a los que leáis estas doce love songs que me han pedido desde Verlanga para el mes de febrero, es mi otra afición musical, seleccionar canciones, ordenarlas y enlazarlas de la mejor manera para que conformen un set non-stop de sonidos válidos para bailar. Bailar, una pasión al alcance de todos los bolsillos. Buscando por DJ SuperSnob puedes encontrar un buen número de sesiones bailables en la plataforma Mixcloud. Todas bajo el lema: Art for dancing / Dance for freedom.
Estas doce canciones de amor, o desamor, que viene a ser lo mismo, las voy a elegir de entre las muchas que ya he programado en Música SuperSnob. Casualmente, una de las secciones fijas del programa usa como indicativo un audio de la película Alta Fidelidad en el que el protagonista dice: “Se preocupan porque los niños vean escenas violentas y les da igual que escuchen miles, y digo miles, de canciones sobre sufrimiento, rechazo, pérdida, desgracia y dolor. ¿Escuchaba música pop porque estaba deprimido, o estaba deprimido por escuchar música pop?”
1- Chica de ayer (Nacha Pop)
El primer disco de Nacha Pop es incontestable (y el segundo también). Rabia, clase y personalidad. El toque amargo de Antonio Vega en esta canción que supuso, para mí, descubrir que el castellano encajaba en la música moderna. “Y tú, en tu corazón, estás llorando otra vez”.
2- Hotel Room (Richard Hawley)
La portada del disco ya dice mucho de lo que va. Él, esperando a su cita, con un ramo de flores que finalmente irá a una papelera, en la contraportada. Richard acierta muchas veces porque tiene en la sencillez su meta. Y lo borda. Esta canción, a ritmo de vals, podría definir a un romántico.
3- Most of the time (Bob Dylan)
Para los que sienten a Bob, el fraseo de esta canción les encantará. Una vida dedicada a excavar en las raíces y dejar que su garganta trague el polvo para que su voz, ahora grave además de lijosa, siga siendo la que indique el camino a seguir. Una canción de sí pero no. Las que más duelen. Las peores.
4- Turnedo (Iván Ferreiro)
Iván la canta, pero es Amaro, su hermano, el autor de otra canción de sí pero no. “¿Quién no tiene valor para marcharse? ¿Quién prefiere quedarse y aguantar? Marcharse y aguantar”. Y después una larga y preciosa coda instrumental para que te lo pienses.
5- Me estoy volviendo loco (Andrés do Barro)
Podría haberla hecho el gran Roberto Carlos, pero la hizo otro gallego, como los Ferreiro, aunque mucho antes. A Andrés do Barro la gracia le sonrió durante un corto tiempo, el suficiente para hacer maravillas como esta. Unos arreglos de diez para una melodía que no se te va de la cabeza.
6- Cuando vivas conmigo (María Dolores Pradera)
Pocos artistas tienen el don de la interpretación tan puro, tan natural y tan hondo como lo tiene María Dolores (siempre lo tendrá). Canciones que son lecciones, lecciones que ayudan a vivir. “Y te voy a enseñar a querer, porque tú no has querido. Ya verás lo que vas a aprender cuando vivas conmigo” El autor, un tal José Alfredo, cómo no, en otra clase magistral de algo más de dos minutos.
7- La playa (Los Planetas)
El desgarro de los celos descrito a la perfección por Jota y Manu Ferrón en un disco que ha sido emblema para una generación que no es la mía, pero que también lo es. Lo que se imagina siempre es mucho peor que lo que en realidad sucede. “Un verano que fue una pesadilla. Si me acuerdo, me duele todavía”.
8- La pistola y el corazón (Los Lobos)
Querer a alguien y saber que un día fuiste querido, pero que quizás ya no, es algo que no te deja ver con claridad, que te nubla el sentido y llegas a pensar en cosas feas. La pistola y el corazón es un tema que serviría de ejemplo para mostrar ese aire latino que añade picante a las heridas de amor. Huele a pólvora.
9- Love is the drug (Roxy Music)
No creo que haya ninguna duda al respecto, el amor es la fuerza más potente. Llamarlo droga no me parece tampoco una exageración. Y escuchar esta canción te hace sentir tan sexy como lo fueron siempre Roxy Music.
10- My babe just cares for me (Nina Simone)
La interpretación de Nina es tan genial que no admite comparaciones. Estar así de seguro de tu pareja te da groove suficiente para molar como nadie, bailar y chasquear los dedos tratando de seguir el ritmo de su piano. La letra es un acierto de principio a fin, y deja espacio para que te preguntes si hay algo de ironía también.
11- El tesoro (El Mató A Un Policía Motorizado)
La nitidez de imágenes que proyectan las canciones de El Mató hace que la trasmisión que consigue con el oyente sea una experiencia que garantiza fans. Canciones vividas. “Ah, paso todo el día pensando en vos. Ah, vos pensás que pierdo el tiempo”.
12- Nobody (Mitski)
Uno de los discos más sorprendentes de la última temporada. Canciones directas al hueso, con dos minutos o menos de duración, sin repetirse, sin tonterías. Esta es la más larga de su disco “Be the Cowboy”. Un lamento desde la soledad. Tan sola que tienes que abrir las ventanas para sentir que hay alguien por ahí.