Abril del 76 es un grupo pop. Una definición que puede ayudar a que el futuro oyente se haga una idea de lo que va a escuchar, pero que en este caso es una etiqueta poliédrica en la que se engloban tantas melodías que cuesta creer que sólo tres letras la acojan. Piensen en Simon & Garfunkel, pero también en Vainica Doble, el Donosti Sound o las producciones de Trabucchelli, Santisteban o Waldo de los Ríos, por poner sólo unos ejemplos. Pop en mayúsculas; aires soft; melodías afables; guiños a bandas sonoras; el Sonido Torrelaguna; guitarras que desarrollan estrofas con la intensidad con que se alarga un día de verano; Beatles, Belle & Sebastian y otros tantos grupos que empiezan por B; aroma bossa; folk acústico lleno de arreglos inverosímiles; en definitiva canciones bonitas. Muy bonitas. Ocho de ellas han sido incluidas en el primer disco (físico, porque online hay una producción alucinante), de título homónimo y editado por Discos de Kirlian. De eso y más cosas, hablamos con Paco Cantos, 50% del grupo y auténtico ideólogo del mismo.
¿Cuál es la formación actual de Abril del 76?
Actualmente estamos Xesca Coll y yo (Paco) como únicos miembros oficiales del grupo. Tenemos músicos que interpretan sus instrumentos en nuestras canciones.
El grupo ha sufrido varios cambios de componentes. ¿Es difícil seguir tu ritmo compositivo?
Los músicos en un grupo como este entran y salen porque es un grupo de estudio. No quedamos a ensayar y las canciones no salen de ningún local de ensayo. Parten de una letra o una idea con guitarra y van creciendo poco a poco. El ritmo lo marcamos nosotros. Xesca y yo somos en esto de crear muy hiperactivos y necesitamos acabar una canción en cuanto asoma.
A pesar de esos cambios, has seguido adelante con el proyecto, imagino que porque confias mucho en él.
Creo que lo que hacemos es muy bueno, y por eso seguiremos mucho tiempo en Abril del 76.
Abril del 76 acaba de sacar un disco con Discos de Kirlian, ¿cómo surgió la posibilidad?
A través de Verlanga nos pusimos en contacto y Óscar ( de Discos de Kirlian) manifestó su gusto por las canciones. En un momento le propuse regrabar temas que eran antiguos y que eran los que más le habían gustado y me contestó que adelante.
¿Cómo llevásteis a cabo la selección de las canciones que entraron en el álbum?
Los temas estaban grabados con muy baja calidad y entre Óscar y yo fuimos decidiendo cuáles de ellos tenían más potencial y podríamos darle una vuelta de tuerca. Fue mutua la selección. Eso sí, yo quería incluir 15 temas y Óscar decidió incluir menos para no saturar a los oyentes.
¿Se volvieron a grabar las canciones o eran las tomas que ya existían? ¿Alguna de ellas es nueva 100%?
Todas se volvieron a grabar al 80% más o menos. Únicamente recuperamos algunas pistas de efectos que le daban un carácter especial y que era difícil de volver a reproducir. Por ejemplo, en “Un piano bar” la voz de la niña que canta el estribillo la grabó mi sobrina en 2005 cuando tenía 6 años! Era imposible volver a reproducirla, así que trabajé y pulí la pista. El resto todo se volvió a grabar, incluso con nuevas pistas y colaboraciones. Las canciones incluidas no son nuevas para la ocasión. Es un proyecto que pertenece a otro tiempo y que, de alguna manera, ya estaba cerrado. Representa un momento de Abril del 76 en el que prácticamente estaba yo solo. Ahora, con Xesca, es diferente la manera de componer y de crear las canciones. En cuanto podamos publicaremos un disco que represente a lo que hacemos actualmente.
¿Satisfecho con el resultado?
Estoy muy contento con el resultado. Es muy entrañable resucitar esas canciones y que las escuche la gente. Y que guste, claro. Además Ramón Leal ha hecho un trabajo estupendo con la masterización. Ha conseguido un sonido muy muy bueno.
Sois un grupo al que os encanta hacer versiones. ¿De cuál es de la que estás más orgulloso? ¿Hay alguna que se te haya resistido?
Las versiones son algo imprevisto. Nunca nos planteamos de forma organizada hacerlas. Surgen. Xesca y yo tenemos un lado muy pop, bonito y alegre. Pero escondemos una faceta un poco más noise y sucia en cuanto al concepto final de las canciones. Por ejemplo pienso ahora en «Manha de Carnaval» … Una canción preciosa que nos propusimos hacer un día…quisimos cargarla de intensidad, de reverbs, efectos, de un bajo inquietante y de la voz sensual de Xesca que la borda. Es una maraña de ruido cuyo resultado es embriagador e incluso psicotrópico…Cuando Xesca se pone a cantar como Nico lo hace a la perfección. Esa faceta es magnífica…Lo mismo pasó con «World without love» o «Moon River»…aunque esta última quedó más limpia al final…
De momento no se nos ha resisitido ninguna…y si se nos resiste, le daremos 4 vueltas y ya está.
¿Qué planes de futuro tiene Abril del 76?
Nuestros planes más cercanos son seguir haciendo canciones bonitas. Xesca escribe letras y yo busco sonido a sus palabras. Entre los dos sale la canción. Ahora mismo estamos musicando una obra de teatro que escribí para el cole de mis hijos y que ya hemos interpretado a los niños. Es una experiencia nueva que estamos exprimiendo y que nos llena de sorpresas. Y también vamos a tocar en Barcelona y Mallorca. Y también vamos a hacer un disco sorpresa con otros músicos que saldrá publicado el año que viene…Más sorpresas bonitas.
¿Cómo ves la Valencia musical?
La verdad es que últimamente no me muevo demasiado por esa Valencia musical…Aunque la verdad, lo único que tengo como referencia es cada canción que canta Paco Tamarit, solo o con Serpentina o con San Francisco, que ya tengo ganas de escuchar.