La historia de la música está llena de pequeñas historias. Esta empieza en 1993 en Sevilla. Ahora que algunos arrepentidos juegan al tiro al plato con el indie para rendir cuentas con sus respectivos pasados, bueno es recordarlo. Rafa López era un joven apasionado a la música con fanzine incluido, My Life With Duckula. Una cosa le lleva a la otra y sin saberlo monta una distribuidora, Green Ufos. Contacta con sellos franceses como Lithium, Rosebud o Le Village Vert. Y en pocos tiempo, grupos y músicos del país vecino como Diabologum, Katerine, The Married Monk, Da Capo, The Little Rabits, Autour de Lucie, Yann Tiersen o Françoiz Breut empiezan a sonar en emisoras de radio y habitaciones de todo el país. También un frances alto, espigado y con poco pelo que responde al nombre de Dominique A. Su disco «La memoire néuve» (1995) es el que permite que todo esto no quede en el sueño de un post-adolescente y el que le introduce en nuestro país.
Han pasado más de 20 años, Dominique A atesora ya 10 álbumes y sigue en lo más alto. Atrás quedan los tiempos en que encabezó la llamada nueva chanson francesa. Pasa el tiempo, pero sigue manejando a la perfección todos los resortes compositivos. Sus canciones con aroma clásico, pero a la vez contemporáneas, hace tiempo que mataron a sus padres y vuelan solas, llenas de lirismo, con su personal recitado, catapultando su concepción del pop más allá de las etiquetas simples. «Éléor» (Cinq7-Wagram-Popstock!, 2015) es su disco más reciente y el primero que llega a España sin la etiqueta de Green Ufos. Un atlas con paradas en Canadá, Dinamarca, Rusia, Estados Unidos e, incluso, España con esa sentida «Semana Santa», de soberbia letra. Su aspereza sigue destilando dulzura aunque cante, con melancolía, el adiós a un amor, porque puede que no sea una perdida, sino alguno que aún está por llegar.
Dominique A actúa este miércoles, 8 de junio, a partir de las 21:00h, en La Rambleta.