El padre de Carlos Ortigosa nunca pudo imaginar lo que le iba a cambiar la vida a su hijo aquel radiocasette con doble pletina, micrófono y una pequeña caja de ritmos que le trajo de Canarias. Con ese mínimo equipo, Carlos empezó a hacer sus primeras grabaciones. Hoy es uno de los productores y técnicos de sonido valenciano más reclamados. Lleva catorce años al frente de Music Rooms Studios (por donde han pasado The Wave Pictures, Julie Doiron, Johnny B. Zero, Aullido Atómico, Yung Beef o L’Emperador, entre muchos otros), trabajo que compagina con la labor de técnico de sonido de directo. En los ochenta y noventa, además, formó parte de los grupos Transparent Dreams, La Última Rosa, Club 430 y otros proyectos más sin nombre. También produjo música electrónica, eran los años del ‘techno Valencia’. En 2011 militó en The Dirt Tracks. Ahora anda inmerso en un nuevo proyecto nacido a la par de la pandemia: La Azotea de Karl Sound.

Sacamos a Carlos, durante unos minutos, de su universo sonoro para que precisamente nos cuente el ABCD sobre el que se sustenta. Suya es la palabra:

 

A

Arena Auditorium

En esta mítica sala valenciana probablemente se inició el germen de parte de las cosas que han ido sucediendo a lo largo de mi vida. La cantidad de conciertos que pude disfrutar en los 80 y 90 hizo que tuviéramos la necesidad de montar una banda, La Última Rosa, de la cual era vocalista y guitarrista, y empezara a quedarme atrapado en este mundillo, con los primeros conciertos, y con la grabación de la primera maqueta en AC Estudis con Vicente Sabater. Seguramente hubo un antes y un después ese primer día que entré a la sala de control.

B

Barraca

Otra sala mítica de la noche valenciana. Aquí recuerdo sobre todo mis primeras fiestas nocturnas de la adolescencia en los 80, cuando iba al instituto, que me marcaron bastante musicalmente y que siempre acababan con el «My Way» de Nina Simone sonando en la terraza mientras amanecía. Era una experiencia bastante impactante.

C

Club 430

En esta banda estuve durante cinco años en los 90 como vocalista. Fue una formación con antiguos miembros de Seguridad Social, L’Avió Roig y otras bandas valencianas. La experiencia me enriqueció a nivel musical y de producción. Grabamos tres discos e hicimos otras tantas giras. En esos años empecé a plantearme montar de alguna forma un estudio de grabación.

D

Doolittle

Este es uno de mis discos de cabecera, lo conservo en vinilo y está destrozado (risas). Tuvo una gran influencia en mi existencia musical y me impactó el tipo de producción. Creo que en esa época empecé a fijarme en la producción de los discos y en las diferentes sonoridades, y a contrastar el sonido de unos discos con otros.