Parade. Foto: José Carlos Nievas.

La deriva sentimental (Jabalina Música, 2019), el último disco de Parade, es una lección magistral de pop. Tan amplia que por momentos se tiene la sensación de vivir en una realidad paralela de la que no se quiere salir. Un universo alternativo que desafía todas las leyes de la física con el poder de las melodías.

Por el álbum se pasean, con mayor o menor presencia, todas las últimas décadas de la música popular. Parade (Antonio Galvañ) ha invitado a este peculiar viaje a Teresa Iturrioz e Ibon Errazkin (Single), Jaime Cristobal, Charlie Mysterio, Maier Gin y Edurne Kas (Las Kasettes), Kikí d’Akí, Alberto Montero, Marc Ribera y Laura Antolín (Doble Pletina), Alondra Bentley, Lidia Damunt, Teresa Jimeno y Luis Bayo (Espanto), Guillermo Farré (Wild Honey) y Paco Tamarit. Juntos han grabado uno de los discos del año. Y, posiblemente, uno de los más personales (sí, aunque cuente con tantos invitados) de la discografía del músico murciano.

Con todos ellos lo recorremos. Cada colaborador/a comenta la canción en la que ha participado. Además, incluimos los textos que el propio Parade escribió sobre cada composición para la nota de prensa del álbum.

1- Letras, canciones, literatura

➡️ Teresa Iturrioz e Ibon Errazkin (Single): Cuando Antonio nos propuso hacer esto, pensamos que era una idea muy bonita. Además, él ya había colaborado en algunos discos nuestros y nos hacía ilusión poder hacer lo contrario y colaborar nosotros en un disco suyo. La canción que nos ofreció nos gustó mucho y nos recordaba bastante a Carole King. Esto le inspiro a Teresa grabar unos coros en plan Laurel Canyon y pensábamos, ¿le gustarán a Antonio? Parece que sí, porque los ha usado en la canción. Y ahora él nos ha devuelto el favor de nuevo tocando el piano en una canción del próximo disco de Single, así que la colaboración continúa. ¡Esperamos que por muchos años!

Parade: Lugar: El Studio One de Abbey Road. Siete músicos en círculo y en el medio Teresa Iturrioz y una caja de ritmos Roland Tr-808. Empieza la canción con el piano eléctrico y en un momento dado se para la introducción y Teresa le da al play de la 808. Ella comienza a cantar sobre lo difícil de mantener el amor y los instrumentos van entrando poco a poco, con suavidad y mucho swing. El vibráfono mantiene una melodía repetitiva en el estribillo. En un momento dado, a mitad de la canción, los músicos se miran y deciden entrar todos juntos: la batería sustituye a la caja de ritmos y el sonido se hace más orgánico. Siete personas tocando juntas y disfrutando de hacer música, los coros subrayando la incapacidad crónica de la cantante para amar. El estudio uno de Abbey Road. Para mí eso es el paraíso.

2- Esa música

➡️ Jaime Cristobal: Me hizo muchísima ilusión que Antonio me pidiera colaborar, sobre todo teniendo en cuenta que en todas las canciones cantaba alguien y en esta solo lo hacía él y me pidió que grabara una guitarra. Fue todo un honor. La canción me gustó mucho desde el principio. Él me dio algunas orientaciones, me dijo que había pensado en algo que sonara un poco a Fleetwood Mac de la época 70-80’s. Y es verdad que cuando escuché la canción tenía algo que ver, no es que fuera especialmente fleetwoodmaquiana, pero algo había. Con esa indicación ya entendí por donde iba. Al final, el arreglo que hice fue algo sencillo, un riff reconocible al principio y después unos acompañamientos con acordes, llevándolo tal vez más a mi estilo que al de Fleetwood Mac, y quizás tiene como mucho un toque a James Wilsey, el guitarrista de Chris Isaak, que se murió el año pasado y del que soy muy fan. Comentándolo con Antonio, una vez ya grabada y publicada, coincidía con que también le veía ese toque. Que es un poco mi estilo, guitarras con mucha reverb de muelles, con la palanca accionada, algo más ambiental que otra cosa. Disfruté mucho grabándola porque enseguida se me ocurrieron ideas. Antonio hace unas canciones muy ricas a nivel de secuencias de acordes, armonías, no es el típico músico que las hace con re-la-sol por así decirlo, es más sofisiticado, y en sus estructuras y melodías se nota que es un gran músico, estudioso y profesor. Todo eso a la hora de hacer un acompañamiento te da mucho juego. Me hizo mucha ilusión que cuando se la mandé me dijera que le gustaba mucho y que era justo lo que estaba buscando, que le daba a la canción como unas chispas de magia por encima. Me hizo muy feliz.

Parade: Tenía la canción terminada desde hace un par de años, pero me costó mucho darle el enfoque correcto. Hice alguna tentativa que terminó fructificando en maqueta, pero seguía sin estar contento con la producción. Encontré la solución mezclando dos tipos de elegancia: la de Fleetwood Mac de finales de los setenta y la Prefab Sprout de mediados de los ochenta. Salvando las distancias, ese fue el modelo a la hora de dar un acabado que me dejara satisfecho. Después, Jaime Cristóbal puso la guinda con unas guitarras preciosas a lo Chris Isaak que le dan el punto definitorio a la canción. Yo tenía claro que esta canción sobre canciones de la adolescencia tenía que ser el primer single.

3- Ruido de motor

➡️ Charlie Mysterio: Ruido de motor es un momento de sublime inspiración, todo un clásico instantáneo dentro del extenso cancionero de Antonio Galvañ, que ya es a estas alturas uno de los mejores repertorios del pop en castellano.

Recibí la demo una tranquila tarde de verano cual regalo estival y me enganchó a la primera escucha. Arreglos mínimos, melancolía del retrofuturo y la siempre emocionante voz de Antonio, que transmite tanto. Antonio es de los pocos que nunca me deja indiferente, logra pulsar algún resorte emocional dormido dentro de mi psique. Siendo él todo un especialista pop -tal vez el mayor- del género sci-fi con predilección por las distopías (nunca exentas de vainiquera ironía) encontré a la nueva canción un perverso aire maquinal-futurista a lo J.G.Ballard. Esto hizo que me identificase total y absolutamente con ella, pues también creo en un futuro deshumanizado y totalmente dominado por las maquinas donde la voz humana tenderá a desaparecer. Contiene una máxima que lo define todo: «el silencio es sólo mentira». En el plano musical sugiere un encuentro entre Gino Paoli y Suicide, la canción mediterránea y el dron spectoriano.

Cuando nuestra riqueza sea sólo la memoria y el planeta una exhibición de atrocidades (¿acaso no lo es?) un jardín metálico de chatarra, piezas inservibles, motores en perpetuum mobile sin función definida ni lógica alguna, surgirá una hermosa flor en medio de todo ese vertedero. Un signo brillante, un tapiz de sensaciones vivas. Como un tema de Parade.

Parade: Cuando estaba mezclando con Guille Mostaza en Alamo Shock le contaba cómo iban musicalmente las canciones con un binomio de palabras. Esta en concreto respondía a «Suicide en una iglesia». Un ambiente repetitivo, solemne, muy ambiental de una canción que habla sobre la obsesión. En este caso el miedo al silencio, el amor por el ruido tranquilizante de un motor en movimiento. El ruido que te arrulla. Tuve claro desde el principio que la canción era ideal para Charlie Mysterio y su interpretación susurrada es magistral.

4- Por un sol si do re fa

➡️ Maier Gin y Edurne Kas (Las Kasettes): Con Parade nos une una relación de admiración y también de amistad desde que le conocimos en la época de Los Ginkas, cuando compartimos escenario en alguna ocasión. Hace ya un tiempo, Antonio tocó en La Valeta, nuestra librería de cabecera en Pamplona, y entonces nos propuso participar en el disco que estaba planeando. Sin dudarlo aceptamos, y a finales del año pasado nos envió una maqueta de la canción Por un sol si do re fa. Nos encantó. La colaboración con él fue facilísima, porque nos dio total libertad para explorar lo que se nos ocurriera. Nosotras fuimos probando ideas, y le enviábamos demos de voces y coros. A Antonio le gustó todo y, finalmente, grabamos las voces en Montreal Studios, con Hans Krüger, ya con la base definitiva de la canción, que tiene una percusión y unas guitarras chulísimas. El resultado final, el estilo y el ritmo de la canción, la intensidad que va tomando, el contraste con su voz, es maravilloso.

Parade: La canción tiene un toque Bo Diddley que me encanta, ese riff de guitarra complementado con el aliento africano de los tambores de la batería. Este aspecto retro le va muy bien a Las Kasettes, que hacen una interpretación redonda con unos coros que me recuerdan a las Bangles de Walk like an Egyptian. En principio no estaba pensada para que cantara yo, pero Las Kasettes me dejaron ese hueco de forma muy inteligente y es la única canción del disco que se puede decir que compartimos voces principales. Las dos partes de la canción quedan así diferenciadas y complementadas. En cuanto a la letra, habla de los momentos tempranos de hacer canciones, cuando una palabra, un acorde o un sonido en concreto te tiene en vilo durante horas, días o semanas. No duermes por un sol si do re fa.

5- Camino

➡️ Kikí d’Akí: La canción me la pidió Antonio hace bastante tiempo, le dije que sí sin haberla oído, confíaba que de sus manos siempre saldría algo bueno. Una colaboración con alguien que te gusta siempre es refrescante y sorprendente. Me envió las bases por mail y grabé la voz con Ramón Leal, luego fue mezclada y masterizada por Guille Mostaza como el resto del disco. El resultado ha sido muy de mi agrado.

Camino, es una canción misteriosa y diáfana, sencilla y profunda, me ha parecido que realmente estaba hecha para que yo la cantara en este momento. y eso es lo que he hecho lo mejor que he sabido y con placer. Espero haberos sabido transmitir algo de ello. Gracias Antonio.

Parade: Esta canción responde al binomio «Yazoo en San Remo». Así es como se la expliqué a Guille en Álamo shock. Tiene una estructura clásica que va subiendo de tono casi en cada estrofa, y una producción muy tecnopop de principios de los ochenta. Cuando pensé en quién podría cantarla, muy pronto me di cuenta que la candidata ideal era Kikí d’Akí, que tiene completamente dominado ese toque majestuoso y atemporal que le hacía falta a la canción. Lo borda. Al final, para subir un poco más la intensidad pusimos unos coros que son como si parte del ejercito ruso nos acompañara. El toque San Remo para acabar en alto la canción.

6- Contigo en un incendio

➡️ Alberto Montero: Creo que es la primera vez que grababa un tema original que no fuera mío. Lo más cercano fue la colaboración que hice con Jesse Sparhawk en Montero de Halcones, donde yo ponía letra y voz a canciones instrumentales suyas.

La canción de Parade me gustó desde la primera melodía del piano y no dude ni un segundo en decirle que sí. De hecho, me motivaba mucho la idea. Recibí la base del piano en tres tonos distintos para poder elegir el tono más cómodo para mi voz y además una mezcla con la canción cantada por Antonio. Me lo puso muy, muy fácil. Añadí lo de las segundas voces sin consultárselo. Pensé que podían quedar bien y añadir emoción a la canción y a Antonio le encantó cuando lo escuchó. Tampoco pensé en proponer algo más porque creo que está perfecta como está: piano y voces.

A mí me sonaba un poco con la voz de Antonio a Fito Páez o al Spinetta de Quedándote o yéndote, a música pop argentina. Antonio me la propuso desde el principio como una canción romántica italiana, a lo Lucio Battisti o Gino Paoli.

Parade: Es una de las últimas que elegí para el disco. En principio iba a tener 11 canciones, pero Guille Mostaza (que tiene un máster en leyes del pop) me indico que ese número tan impar era imposible para un disco, je, je. Coincidió que vi un concierto de los Guru Zakun Kinkones en el Tulsa de Valencia y pude conocer a Alberto Montero. Empecé a dar vueltas a la idea de utilizar una canción que tenía abandonada y me dije que igual en la voz privilegiada de Alberto podría funcionar. Dicho y hecho. Se lo propuse y aceptó, me siento muy afortunado. Era una canción de piano y voz muy sentida que él me señaló que le recordaba a lo que hacían algunos cantantes argentinos de los setenta. El resultado fue excepcional. Su voz y sus coros la convierten en un punto esencial del disco, delicado y emocionante.

7- Yo me enteré

➡️ Marc Ribera y Laura Antolín (Doble Pletina): Nos llamaban chiflados, pero nuestro plan ha funcionado a la perfección: aprender a tocar instrumentos, formar un grupo de pop, fichar por Jabalina, conocer a Antonio y, finalmente, conseguir que Parade nos invite a participar en una de sus canciones. Todo en el momento preciso para poder llegar a este disco precioso que es La deriva sentimental.

Parade: Al principio, esta canción era puro Magnetic Fields, con solo tres acordes, los mismos para estrofa y estribillo. Hice una maqueta a piano y voz que me gustaba bastante y se la mandé a Marc Ribera y a Laura Antolín, de Doble Pletina. Les encantó y me mandaron sus voces y sus coros sin esperar a tener nada más. Es una canción sencilla que contrasta perfectamente con la anterior, dando la replica ligera a la intensidad de Contigo en un incendio. Tenía claro que debía abrir la segunda cara del disco.

8- Josephine

➡️ Alondra Bentley: La música de Antonio tuvo un impacto enorme en mí. Escuché Parade por primera vez en Viaje a los Sueños Polares, tenía una cinta de casete con trozos de canciones que había grabado de la radio… Metaluna, Pez de Lata, La Tristeza de ser electrón (me obsesionaba esta canción). Poco después me hice con su disco de debut y descubrí que Antonio era de Yecla ¡Vivía en la misma región que yo! No exagero si digo que este disco consiguió que me sintiera menos sola en el mundo, me llenó de esperanza, de intriga y de interés por la música pop. Tenía quince años por esa época y por casualidad en la calle conocí a un par de chicas que tocaban en grupos, quedábamos a intentar tocar canciones, yo no sabía ni un acorde pero la primera canción que conseguí medio tocar fue una versión muy simplificada de Swinging London de Magnetic Fields, descubrir la música de Stephin Merritt fue otro antes y después para mí. Recuerdo ese año y todos los descubrimientos musicales que hice en él como momentos súper emocionantes de mi adolescencia. Cuento todo esta historia para que entendáis por qué cuando Antonio me escribió para que cantara en su disco me volví tan loca de emoción y cuando además me dijo que cantaría una adaptación de Josephine me hizo doble ilusión. No me puede hacer más feliz cantar esta canción y participar en este disco.

Parade: Llevo muchos años dándole vueltas a esta canción, una de mis favoritas de Magnetic Fields. Hice una letra en castellano hace 10 años y la tocamos en directo alguna vez, pero no nos funcionaba, por lo que estuvo aparcada bastante tiempo. Hace un par de años encontré una manera de tocarla solo con el acompañamiento del piano y la caja de ritmos y esta vez me gustó mucho cómo quedaba. Tenía muchas ganas de que apareciera en el disco y se lo propuse a Alondra Bentley, que fue a casa a grabar las voces. Con ella cantando, todo resultó muy sencillo, tiene una voz increíble, la grabamos en un par de horas y el resultado es espectacular.

9- Yoli Pendenciera

➡️ Lidia Damunt: Conocí a Parade en el año 96 o 97, en Murcia. Coincidimos en una visita que Hello Cuca hicimos al programa Música de Contrabando, de Onda Regional. Si no recuerdo mal, Parade presentaba allí una maqueta y recuerdo que me fui a casa con una cassette que contenía la canción Metaluna. Me encantó Parade y su mundo.

Cuando el año pasado me propuso cantar Yoli Pendenciera no me lo pensé. La canción me gustó mucho y además me resultó muy fácil meterme en el personaje. La grabación fue rápida, al estilo Yoli. Canté la canción una vez y salió tan bien que nos quedamos con esa primera toma. Parade ha hecho un disco muy guay y estoy muy contenta de formar parte de él.

Parade: Esta canción sobre una mujer guerrillera postapocalíptica solo la podía cantar Lidia Damunt, que le da el toque entre enfadado y divertido que requiere la canción. La primera versión no tenía guitarras y se quedaba un poco pobre, pero con la ayuda de Eduardo Piqueras conseguimos que funcionara totalmente, usando la guitarra acústica en la primera parte (más calmada y electrónica) y la eléctrica en la segunda (más orgánica y funk). Es un tipo de canción que a mí me gusta mucho, pues va creciendo poco a poco hasta que explota en la parte intermedia. Me encanta ese final con las guitarras punteando, el bajo saltarín y los coros.

10- Manzana para dos

➡️ Teresa Jimeno y Luis Bayo (Espanto): Poder participar en un disco de Parade ha sido un regalo sorpresa. Somos muy fans desde Metaluna, y esta canción, Manzanas para dos, tiene mucho de nuestras canciones favoritas de Parade: esos seres enigmáticos que parecen paridos por Edward Gorey y que se entregan con anhelo inocente a la perversidad: Niño Zombi, Cuervo, Bela y Boris… La galería es muy amplia, y al igual que sus canciones de ciencia ficción, otra de sus vetas que nos apasiona, sugieren en apenas dos minutos una novela entera. Parade es un compositor fantástico y ha sido un honor cantar para él.

Parade: Esta canción es una especie de nana envenenada donde la protagonista no huye de los monstruos, sino que acude a reunirse con ellos muy valiente y alegremente. El Bosque del Terror es su campo de juegos, el siniestro enterrador su acompañante. Es engañosamente sencilla y encontré en Teresa Jimeno, de Espanto, a su intérprete ideal. Seguí el consejo de Teresa y Luis y dejé como base la maqueta, que nos gustaba mucho a todos como había quedado. Añadimos unas guitarras muy Los Lobos que tocó Eduardo Piqueras y conseguimos redondear el resultado tenso y oscuro de la primera grabación.

11- Películas

➡️ Guillermo Farré (Wild Honey): Soy fan de Parade desde los tiempos de Spicnic. Todo lo que hace Antonio Galvañ me encanta, y creo que es uno de esos casos excepcionales en los que disco a disco va creciendo y haciendo cosas más interesantes, cuando en la música pop suele pasar lo contrario.

Nos conocimos hace años, creo que durante un concierto en Murcia, y desde entonces hemos mantenido el contacto. Hace algo más de un año me escribió proponiéndome colaborar en su nuevo disco, sin dar muchos detalles más allá de que quería que cantara una de sus canciones.
Reconozco que me entraron dudas, ya que precisamente mi voz es para mí una fuente infinita de inseguridades, y me hubiera sentido mucho más cómodo haciendo cualquier otra cosa. Pero no podía dejar de participar en un disco de uno de mis músicos favoritos. Grabé las voces en mi estudio casero en un momento en el que no estaba haciendo apenas música porque una cuna con un bebé recién nacido estaba donde solía tener todo el equipo de grabación. Y el gran desafío fue estar a la altura de la canción con todas las entonaciones y melodías marca de la casa Parade. Como continuación al disco, estaría fenomenal que publicara en el futuro las versiones de las canciones con su voz.

Parade: Hay muchas veces que nos gustaría que la vida fuera como en las películas, con una trama clara y un final feliz. No es la primera vez que escribo sobre esto, pero las otras veces no conseguí que funcionara. Aquí sí, esta es una experiencia entre psicodélica y electrónica que tuve claro desde el principio que la cantaría Guille Farré, de Wild Honey. Muy densa respecto a los arreglos, la voz clara de Guille nos guía entre el maremágnum de sintetizadores. En esta canción hace coros María Galvañ, doblando a la voz principal en el estribillo.

12- Cayendo hacia el sol

➡️ Paco Tamarit: Supe por primera vez de Parade (como de casi todas mis referencias musicales) escuchando Flor de Pasión. Era la canción Sin Eduardo no hay nieve y me dejó tan maravillado que corrí a comprarme el disco. Pero aún no estaba. La espera se hizo larga, aunque a lo mejor pasó solo una semana, pero cuando por fin lo tuve en mis manos y empecé a oírlo, literalmente cambió mi vida. Nunca había escuchado canciones tan cinematográficas: Cielo, En mi Jardín, La Casa Azul, Pez de Lata, Serpentina, Radiante estrella Smith o mi favorita, Radar. Me pareció una obra maestra y me lo sigue pareciendo. Realmente, con este disco, Antonio Galvañ nos abrió las puertas de su casa, de su mundo, de su universo. Un universo de nueve discos que he tenido el enorme privilegio de visitar en varias ocasiones. La última de ellas ha sido poder cantar la canción que cierra su último disco. Me presenté en su casa, nos tomamos un té, charlamos un rato y empezamos a grabar voces de Cayendo hacia el sol. La experiencia para mí fue maravillosa. Las tomas las grabé todas con los ojos cerrados, me sentía envuelto en ese escenario tan terrible y bello a la vez. Fue como poder visitar una película por dentro, como si me dejaran pasar un reto en el plató de Corazonada. Y, ahora, cuando escucho la canción y me oigo integrado en ese universo no necesito pellizcarme. Sé que he estado ahí y me hace enormemente feliz.

Parade: Para terminar, una canción sobre flotar en el espacio. Cuando después de mucho dudar consigues finalmente decidirte, algo falla y te encuentras haciendo balance de tu vida porque caes lentamente hacia el sol. Vaporosa y electronica, la voz que mejor se adaptaba a esta canción era la de Paco Tamarit (San Francisco, Serpentina) que me dijo que era 100% Parade. Su falsete (el mejor que he escuchado desde Smokey Robinson) es el elemento que le da definición al sentir del protagonista, entre la desdicha y la resignación. El final, que se pierde poco a poco entre la reverberación de las estrellas, es también el final del disco.