Tagomago es el nombre de una isla ibicenca. Tagomago es el título del tercer disco de Can, editado en 1971. Y Tagomago es, también, el nombre de un festival que nacido el año pasado, cumple este fin de semana (23 y 24 de abril) su segunda edición. Fieles a su lema, se presentan como un «encuentro de oscilaciones cósmicas y música experimental». Todo empezó como una gran fiesta de la discográfica Verlag System y en su siguiente capítulo han cerrado la primera visita a Valencia de Esplendor Geométrico. Son muchos los atractivos de un cartel que podéis consultar aquí. Lo desmenuzamos con Jonathan Bordes (Antiguo Régimen, Polígono Hindú Astral, BFE Records, Abstrakce Records) y Toni Aura (Interfase, Verlag System, La Cúpula del Trueno), cabezas pensantes del evento.
¿Cómo y por qué surgió la idea del festival?
Jonathan- Surgió hace un par de años con la idea de hacer un festival de Verlag System y sus grupos.
Toni- Sí, así es, como comenta Joni. Llevaba dándole vueltas a la idea de una fiesta de música electrónica en Valencia. Que no se lo tome nadie a mal pero siempre he tenido la sensación que desde hace años en la ciudad carecemos de originalidad en ese sentido. Reitero que es una opinión personal. Siempre hemos buscado reflejarnos en festivales de otras ciudades o trasladar otros modelos y a lo mejor el público valenciano no responde a los mismos criterios o tiene la misma idiosincrasia que el público catalán, madrileño, vasco, etc. Es algo que hemos aprendido produciendo conciertos y programando en salas.
¿Qué balance hacéis de la primera edición?
J- La primera edición funcionó muy bien para lo arriesgado que era el concierto. Solo grupos de electrónica experimental y desconocidos.
T- Pues sí. Funcionó de lujo, sino no continuaríamos.
¿El Tagomago Fest nació con idea de tener continuidad y convertirse en una cita anual o esta se produjo por la buena acogida de su primera edición?
J- Pues de momento la idea es ir haciendo. A ver qué tal funciona esta edición y si nos deja con ganas de hacer más. Para este año se quedaron un par de grupos internacionales en el tintero que podrían venir en el futuro, pero nada es fijo e inamovible en el kosmos.
T- Mmmmm, hombre esto es como lo del huevo y la gallina. Es decir, el festival nació con la idea de tener continuidad, ser original y cubrir un hueco que veíamos que tenía la ciudad y porque no, la Comunidad. De hecho, por múltiples motivos, es el único festival que pervive del primer semestre del año pasado junto con el Festival de les Arts (Volumens ha pasado al segundo semestre) y que además mantenga la misma fecha. Esto es una declaración de intenciones, llegamos para quedarnos. Es decir, el proyecto tiene trampa y la explicación está en una reunión que tuve con Guillermo Arazo (Director de Programación de Las Naves) a comienzos de su entrada en Las Naves. Él quería un festival de música electrónica para su espacio y nosotros se lo diseñamos e hicimos. Podríamos haber entrado como un elefante en una cacharrería, invirtiendo lo que no teníamos o haber sangrado al erario público pero nuestra ética nos lo impide y somos más partidarios de ir paso a paso e intentar hacer un proyecto viable que se retroalimente. Es decir, las ayudas públicas o el mecenazgo privado, no tiene que impedir que sea la venta de entradas, como ocurrió el año pasado, la que nos permita cubrir el evento.
Una de las principales novedades este año es que se han unido otros espacios a Las Naves, como La 3 y Magazine. ¿En qué medida os gustaría que creciera el festival?
J- Hay mucha gente que se ha volcado en ayudar y colaborar con el festival y a todos les queremos dar infinitas gracias. Así que en la medida que haya gente que quiera formar parte de esto y ayudar crecerá el festival. Esto es un “A network of friends”.
T- Lo que comenta Joni es así y está relacionado con nuestra actividad que comentaba al principio. Hay muchas salas con las que hemos trabajado. Por ejemplo, tanto con Magazine Club como con Groove Lives hemos colaborado y eso ha facilitado lo que estáis viendo. De hecho, hay otra sala medio apalabrada que es bastante probable que entre el año que viene. Esta idea del dinamismo que muestra Tagomago Fest en esta edición gustó y mucho a la Regidoria de Patrimoni, recursos culturals i benestar animal de l’Ajuntament de València. Lleva a que los principales espacios con actividades culturales y musicales de la ciudad colaboren entre ellos. Que la ciudad se muestre dinámica. Sobre el crecimiento pues como hemos comentado en alguna entrevista no pretendemos convertirlo en un macrofestival. Además no tiene sentido fijándose los artistas propuestos. Como comentaba Joni hemos hablado con músicos que nos han quedado fuera de esta edición por múltiples motivos, quieren venir y eso ayudará al crecimiento del festival.
¿Qué otras novedades destacarías respecto al primer Tagomago?
J- Pues más grupos, más días, diferentes salas… es un poco más grande que la primera edición.
T- ¿Os parece poco? (risas). Una cosa que falta por señalar es la incorporación de mujeres al cartel de esta edición. Me traía un poco de cabeza que no apareciera el año pasado ninguna banda con féminas, pero tampoco quería que entraran a cualquier precio. Si metíamos una banda de tías o contábamos con chicas tenía que ser por méritos y no sólo por una cuestión de género. Ahí es donde han entrado con fuerza Zotal, con Claudia como 50% de la banda y sobre todo Die Katapult. Eso me parece una novedad destacable en esta edición, que ha pasado desapercibido a mucha gente, integrando el género femenino en un sector donde la mujer en muchas ocasiones queda relegada a un plano secundario.
Hay un nombre que destaca por encima del resto del cartel, Esplendor Geométrico, que además es la primera vez que tocan en Valencia. ¿Fueron fácil las negociaciones para contar con ellos?
J- El contacto fue a través de Andrés Noarbe, de Rotor, con quien ya tenemos relación previa por intercambio de discos… Las negociaciones han sido fáciles y ellos también han puesto de su parte para formar parte del cartel.
¿Que papel, pensáis, que tienen como referentes de muchos de los otros grupos que participan en el festival?
J- Esplendor Geométrico es un grupo que, en su estilo, es un referente a nivel mundial. Creo que para cualquiera que le guste la electrónica más experimental, el EBM de baile e industrial, Esplendor es un grupo de cabecera.
¿Qué criterios habéis seguido para confeccionar el cartel? ¿Muchas listas, muchas discusiones,…?
J- Pues hay tanto buen proyecto ahora, a nivel nacional, que la verdad es que ha sido cosa fácil hacer el cartel. Lo difícil era intentar meterlo todo.
T- Bueno, nosotros trabajamos sobre una base y este año teníamos dos nombres de cabecera. Uno era Esplendor Geométrico y el otro… tocará esperar a una posible tercera edición. Con estos nombres no necesitas hacer listas porque es como el cuerpo humano, son su corazón. A partir de ahí elegimos el cerebro (MKM), pulmones (Dekatron III), hígado (Artificiero), riñones (Julio Tornero), intestinos (Die Katapult), etc. Todos los artistas del cartel de una manera u otra guardan alguna conexión con el corazón (Esplendor Geométrico). Con nombres como Esplendor Geométrico, si tienes un poco de criterio y conocimiento musical, no se producen muchas discusiones. Alguna sí, lógicamente pero nada fuera de lo normal o que frene el trabajo. De hecho, el cartel que veis en estos momentos, prácticamente en su totalidad, estaba cerrado en Navidades porque trabajamos con mucho tiempo de previsión.
En enero, desde La Cúpula del Trueno, ya juntásteis a MKM, Remi Carreres y Avelino Saavedra para musicar “Nosferatu”. Ahora se unen de nuevo para reinterpretar el disco de MKM “Ad Astra per Aspera”, una de las primeras referencias de Verlag System, discográfica que organiza el Tagomago. ¿Fue idea vuestra? ¿Que plus creéis que añaden este tipo de colaboraciones al festival?
T- Realmente la colaboración fue diseñada únicamente para el ciclo de la Sala Russafa. MKM iban a presentar en Tagomago Fest vol 2, su nuevo LP, que si todo va bien lo tendremos allí a la venta. Sin embargo, hubo gente que se quedó en la calle sin poder presenciar aquel conciertazo y los MKM me calentaron los cascos. Así, que me tocó cambiar lo que inicialmente habíamos diseñado para el concierto y decidimos que una interpretación exclusiva con banda de “Ad Astra Per Aspera” (Verlag System, 2014) era una bonita forma de cerrar un arco cronológico iniciado hace dos años, que dará paso a una nueva etapa con este disco nuevo y sobre todo después del verano. Es probable que con este formato den algún concierto más fuera de nuestra ciudad, pero cosas muy particulares e interpretando “Nosferatu” que gustó mucho al público.
¿Cuál es vuestra apuesta personal de todo el festival? Aquel nombre, que igual no llama tanto la atención, pero que recomiendas enfervorecidamente, lo que se conoce como el tapado.
J- Yo recomiendo encarecidamente a Sentionaut.
T- En mi caso, recomiendo MKM porque las noticias que me llegan de los ensayos es que va a ser brutal, subiendo el listón de la Sala Russafa. Tiene pinta de que puede ser el concierto del festival. Al margen de eso, pues obviamente, Esplendor Geométrico porque no han tocado nunca en Valencia, cierran su gira del 35º aniversario aquí, una de las capitales de la historia de la electrónica europea. Además tendremos a Dekatron, que tiene a Miguel Ángel Ruíz entre sus filas y es otra de las figuras claves de la electrónica española y europea o Artificiero (proyecto en solitario de A.A. de Schwarz). Todas son bandas con pedigrí, con cosas que contar y de plena actividad. La verdad es que mi apuesta personal es el festival en su conjunto porque me cuesta decidirme.
¿Creeis que festivales como el Tagomago (y otros que se celebran en Valencia como Volumens) han conseguido normalizar la relación entre Valencia y la música electrónica, haciendo olvidar el estigma del bakalao o de lo que supuso la decadencia de la conocida como Ruta del mismo?
T- Nuestro objetivo en Tagomago Fest no es ser o ponernos elitistas, si el cartel lo es pues que le vamos a hacer. El bakalao no es ningún estigma para la ciudad. Creo que hemos de darle la vuelta a la tortilla. Cuando lees publicaciones extranjeras y se comenta algo sobre la escena valenciana, el Sonido de Valencia y su posterior perversión en Ruta del Bakalao es en muchas ocasiones para bien. De hecho, junto con el caso belga, Manchester o Berlín (aún así por impacto en zona metropolitana solo encontramos algo parecido en Bélgica) está considerado como uno de los grandes momentos y regiones de la música electrónica en el viejo continente y casi te diría a nivel mundial. Tal vez la calidad o su riqueza musical no fuera su fuerte, pero es un hecho que se expandió como una infección y contagió a miles de jóvenes que cada fin de semana decidían trasladarse desde la provincia o incluso de otras ciudades del estado como si se tratara de una romería rociera. Entonces, en mi opinión, no creo que sea correcto hablar de estigma, sino de me gusta o no. Esto funciona por acción y reacción. Hubo una generación que se vio inmersa, otra que reaccionó contra ella y otra que con cierta nostalgia, en plena retromanía posmoderna no exenta de cierto romanticismo lo reivindica. Desde la distancia, el bakalao o la música de aquel periodo, especialmente la etapa inicial de la segunda mitad de la década de los 80 en la que los entendidos dicen que estaba “pura” la escena, hasta el 91 o 92 dicen algunos, me parece un elemento muy interesante de la cultura popular de una generación y de un territorio. Sí que es cierto, como comentas que en la recta final hubo una decadencia que es común en este tipo de movimientos culturales o contraculturales, como es este caso porque no gozo del placet de las autoridades y sectores de la sociedad. Sin gustarme el bakalao, el sonido máquina, técnico o como quieras llamarlo, considero que no hemos de ser tan ácidos con algo que es ensalzado desde publicaciones internacionales especializadas como Mojo, sino que hemos de apropiarnos de ello siendo conscientes de sus puntos fuertes y débiles.