La fotografía que encabeza esta entrevista es la mejor definición de Tendur, proyecto detrás del que se encuentra Mireia Tortosa (Ontinyent, 1984). Con grano y borrosa, difumina su rostro y su cuerpo con la misma placidez con que ella se disuelve en su aventura musical dejando el primer plano a las composiciones. Un cartel de un horno de pan ecológico corona el asunto aportando el carácter artesanal que desprenden sus canciones.

Once de ellas forman En perfecte estat de conversació, su ópera prima, álbum autoeditado, un estimulante disco que encuentra en su variedad (pop, tango, capella, bossa, rumba, folk) y en la manera de contar y cantar historias de Mireia su principal atractivo. Hay más que se van descubriendo con sus adictivas escuchas. Este próximo viernes, 7 de octubre, a partir de las 20h, puedes verla en directo en el Octubre dentro de la programación musical de la Mostra Viva del Mediterrani, con entrada gratuita previa inscripción.

¿Por qué y cuándo empezaste a hacer canciones?

Fue por puro aburrimiento. No es que fuera una niña ejemplar, así que me pasé gran parte de la infancia castigada en mi habitación y luego, con la adolescencia, le cogí el gusto y me enclaustraba yo misma, o así es como yo lo recuerdo. Con tanto tiempo libre, desde los siete años, empecé a hacer mis propios programas de radio, cuentos, reflexiones escritas en forma de diario y, posteriormente, hacia los 14 años, poemas y canciones propias que aparecieron como una necesidad y un reflejo de las clases de literatura valenciana y castellana del cole y el instituto. Y bueno, si me sincero del todo, también parte del narcisismo que acabaría intentando controlar más tarde. En el fondo de mi ser, escuchaba en la radio el pop de Los Fresones Rebeldes y pensaba «yo eso lo puedo hacer», así que agradezco muchísimo al pop de principios de los 90 su proximidad y sencillez en su hacer. Fuente de gran inspiración. Así que me parece que empecé a hacer canciones por tener buenas profes en el instituto y muy alta la autoestima, digamos.

¿Qué importancia tenía la música en tu vida?

Muchísima. En mi familia hemos cantado muchísimo en el coche, por casa, en reuniones familiares… tanto canciones populares valencianas o castellanas como de todas las épocas. Mis padres, muchos domingos, nos despertaban con Radio Clásica o Radio 3 sonando desde la cocina. Recuerdo que mi primer CD fue “Please please me”, de The Beatles, y me lo regaló mi padre cuando cumplí 8 años. Lo bailé y canté… una barbaridad. Con 11 años fui al conservatorio y desde entonces me enamoré de la teoría musical, hasta el punto que aún hoy ando estudiando el grado de Musicología. La música fue una auxilio tremendo en muchos momentos, ya fuese ayudándome a expresar mejor aquello que sentía como uniéndome a mi familia y amistades.

En tu bandcamp se lee: «Canciones compuestas como si fueran un diario musical».

Responde a una cuestión autobiográfica pura y dura. Estoy acostumbrada a escribir reflexiones y emociones desde niña. Tengo un diario que en algunos momentos me ha servido de libreta creativa y sin intención alguna me he visto acabando la noche escribiendo una canción o poema que a veces ha acabado siendo canción. Así pues, mis canciones, actualmente son como páginas arrancadas de mis diarios, cantadas, con un poquito de colorante.

En tu primer disco, En perfecte estat de conversació, hay gran variedad estilística, pero a la vez una coherencia interna entre las canciones. Esa variedad, ¿tiene algo que ver con tu forma de entender la música, se debe a que el disco recoge canciones de diversas etapas de tu vida…?

¡Muchas gracias! Pues sí y… sí. En los 90 escuchaba discos completos todavía, pero cuando llegó Emule a mi vida, me creé mis megamixes propios con multitud de estilos variadísimos y apenas escuchaba discos enteros. Vaya, creo que esta es la historia de muchas/os millennials más, ¿no? Esto también influye bastante el eclecticismo que tiene este disco, claro. Después, también está el hecho de que quise recopilar todas las canciones que en algún momento de mi vida compuse y me parecían dignas de registrar, bajo riesgo de toxicidad por mezcla irresponsable

¿Y esa conexión entre las canciones cómo la consigues?

Nos costó mucho a Xavi Torró y a mí decidir el orden de los temas en el disco, pero creo que ahí es donde conseguimos algo que nos pareciera curiosamente conectado. Al final los temas vienen de un mismo vientre y de alguna manera u otra, son todos hermanos y tienen una esencia similar en algo.

Es un disco que transmite la sensación de haberse preparado poco a poco, con muchos colaboradores, hecho en varios lugares (Ontinyent, Burjassot, València, Barcelona). ¿Fue por cuestiones económicas, logísticas, por que querías esas colaboraciones concretas…?

¡Pues sí que lo has captado bien! Pues es que un tendur es brasita lenta. Hacía un año que había vuelto a mi pueblo, cuando Jesús Barranco me animó a grabar en estudio mi repertorio. Posteriormente hablé con Xavi por recomendación suya y nos pusimos a trabajar. Yo ya sabía a quién quería tocando y cantando en el disco y Xavi puso la guinda con la colaboración de Gent del Desert en uno de los temas. Cuando empezó la grabación, hacía un año que había vuelto a vivir a Ontinyent y en Barcelona hice algunas amistades a las que propuse, o me propusieron, formar parte de algo tan personal. A día de hoy cuando escucho los coros de Vanessa Coll, el violín de Vanesa Picone, el bajo y ukeleles de Ramón Samblas, las palmas de Maya y Vera o la vocecilla de Èric, que viajaron más de 400 kilómetros para grabar en Ontinyent, me hace sentir que hice muy bien al elegir con el corazón para este primer trabajo. Después, en mi pueblo también fue con amigos que quisieron colaborar como Esteve Ribera al acordeón o Salva Guerola, que compartió baterías con Carlos Vecina de Gent del Desert, porque Salva vivía en aquel momento en Mallorca y no pudo estar en todas las sesiones de grabación. Todo muy orgánico. Aún así, para mí fue muy difícil. Justo me estaba adaptando a la vuelta al pueblo y si no fuese porque en muchas ocasiones su ilusión superaba la mía, no sé si hoy tendría el disco. Esto me hizo valorar la importancia de trabajar con gente a quien quieres y a la que le gusta tu música.

Después llegó la pandemia y retrasó las grabaciones finales, la postproducción y la masterización, que tendría lugar en València. Así que tuvimos tiempo de sobra para trabajar en la portada y libreto con Marc Soler, de Barcelona, diseñador que creó el logo de Tendur hace años y a quién busqué de nuevo porque conocía mis canciones y sabía que lo bordaría. Y por último, la corrección de todas las letras de las canciones, me las hicieron Mar Ortells y Paula F. Espriu desde Burjassot, que se dedican a ello y a las que admiro muchísimo, y que me han acompañado en un montón de conciertos. Así que todo amor en el disco, vaya, y creo que eso se percibe en todo, desde la caratula del disco hasta su interior musical.

Es un disco que desprende ternura (en la línea que pueden serlo las canciones de, por ejemplo, Clara Andrés), alegre incluso, con cierto humor, pero con unas letras muy directas, reivindicativas, con cierto aire revolucionario, en una onda muy ovidiana. ¿Qué referentes tienes en tu música?

Pues a Clara Andrés la conocí más tarde por su colaboración con los Ovidi Twins y me resulta curiosa la comparación, pero es que imagino que venimos de un lugar similar en cuanto a la intimidad de nuestras canciones. En mi caso me ha influenciado muchísimo Ovidi Montllor como dices, y Lluís Llach, cuando era pequeña (Brassens, imagino), o los Beatles o Jarabe de Palo de adolescente, y ya más mayor, el trip-hop con Portishead, Massive Attack, Lamb o Bjork. Nunca me casé con ningún estilo, creo que al igual que Ovidi Montllor, también me han influenciado el punk gamberro de Amanda Palmer, el dominio vocal de Youn Sun Nah o las marchas moras de las fiestas de mi pueblo, ahí es poco. Una variedad tremenda, como ves.

Curiosamente, de los músicos que te acompañan ahora en Tendur (Beat Morelo, Jesús Barranco, Pau Miquel Soler) solo Barranco participa en el disco. ¿Cómo llegaron los tres a ti y qué crees que aportan a tu música?

Jesús Barranco me invitó, en pleno confinamiento pandémico, a participar en una grabación para el COM, que se puso en Youtube, donde conocí a Pau Miquel. Tocamos «Dues guitarres i un amor», de Ovidi Montllor. Más adelante se armó una banda provisional ya con Beat Morelo a la batería, llamada Les senyoretes de nadal y me invitaron para cantarla en directo. Aunque a Beat Morelo ya lo había sonorizado en alguna ocasión, realmente fue allí donde los tres comenzamos a gestar más colaboraciones, llegando al punto de formar parte activa de Tendur. A día de hoy son grandes colegas y su experiencia en los escenarios es algo que aporta muchísimo al grupo, además de que ya tenemos algún que otro tema colaborativo que salió entre los cuatro.

¿Es Tendur un grupo como tal, en el que el resto de músicos pueden aportar ideas o son tu banda de acompañamiento?¿Y en lo de no firmar con tu nombre, hay cierta timidez o prevención a exponerte demasiado o realmente sois un grupo?

Bueno, Tendur realmente nació llamándose así en 2015, y así es como sigue, en solitario, duo, trío o banda. Se trata de un concepto que intento que englobe más allá de mi persona. No me identifico únicamente con Tendur, pero es que creo que tampoco Tendur soy solo yo. Es un poco patafísico todo esto.

Así que para responder a tu segunda pregunta, no hay timidez en usar un pseudónimo en este caso, sino la intención de hablar de algo que parte de mí porque mi nombre no expresaba tan bien lo que mi música intenta trasmitir. En los temas nuevos o que no están tan cerrados, los músicos aportan muchísimo con total libertad, pero sí es cierto que al final se trata de mi intimidad lo que estamos cantando y ellos comprenden que si en última instancia no me gustan sus aportaciones, pues todo se habla y si aún así no convence, aunque pase muy poco, pues se buscan alternativas entre todas.

Tus canciones tienen mucho de emocional, tanto en lo que son como en lo que proyectan y alcanzan a quien las escucha. Por otro lado, tienes una formación musical académica. ¿Cómo has casado ambos mundos y que las canciones desprendan esa frescura?

Hace años, cuando estudiaba Música en Barcelona, una profesora nos preguntó en clase: “En la música, ¿está todo hecho?” y seguidamente nos explicó que jamás podría pasar eso mientras la música salga de nuestro más profundo ser, porque así como no hay dos personas exactamente iguales, tampoco lo puede ser aquello que salga de ellas. Así, hay tanta variedad musical como personalidades. La formación académica lo que me ayuda es a saber cómo musicalizar ese mundo interior y a más técnica y conocimiento, más herramientas tengo para hacerlo posible y a mi gusto, que tampoco es que tenga un gran almacén, ¿eh? Lo de que tenga frescura es algo que me preocupa mucho: me tienen que gustar los temas para poder trabajarlos desde un principio, así que me alegro de que también a ti te lo parecieran.

En los créditos de bandcamp apareces como coproductora del disco. ¿Con quién trabajaste en ese sentido?

Aunque todos los músicos aportaron su grano, o roca, de arena creativo, quien tuvo el peso de la producción a mi lado fue Xavi Torró

¿Cómo fue ese trabajo conjunto?

Muy bien. Xavi entendió y respetó el concepto de Tendur ya desde el principio y fue muy fácil trabajar con él. Además de su paciencia infinita y humanidad en las sesiones interminables de grabación, sus ideas tenían bastante sintonía con las mías o iban más allá de lo que yo sola hubiese podido ver.

¿Por qué consideraste necesaria una visión externa a la hora de producir?

Cuando Xavi y yo nos reunimos por primera vez para hablar del disco, salvo dos canciones, el resto tenían un formato acústico muy crudo. Tendur nunca había tenido más instrumentos que una guitarra y mi voz, así que consideré importante tenerle cerca. El año anterior él había sido profesor mío de guitarra y ya habíamos trabajado algunos temas míos, así que ya los conocía bien y confiaba en su criterio.

¿En un futuro te gustaría realizar ese trabajo en solitario?

Me parece que con más mentes pensantes, bien sincronizadas, el conjunto de cualquier cosa puede ser más bello. No descarto que pueda pasar por vete tú a saber, pero si puedo evitarlo me gustaría seguir trabajando en coproducciones.

Hablando de futuro, en Youtube hay un tema, «Trance», de hace 6 años, donde explorabas sonoridades electrónicas. ¿Tienes intención de recuperar aquella vertiente en un futuro?

Pues sí. De hecho no la dejé de lado en la grabación del disco con «Senyora Princesa» u «Okupes Transitoris». La verdad es que «Trance» fue un experimento personal de metrónomos y pelotas de ping-pong y mi intención es seguir investigando por esa línea, por supuesto, quien no quisiera, jeje, pero con eclecticismo y calma.