Puede sonar a tópico, pero con Ambros Chapel se cumple. Cada álbum que publican es mejor que el anterior. Con Portraits (Flor y Nata Records, 2017) también ocurre. Fieles a dejarse mecer por pasajes oscuros, en estas diez canciones suenan más melódicos, directos y luminosos que nunca. Eso sí, sin olvidar su épica controlada y bien conducida, y cierto poso de tiempos pasados (The Cure, The Church,…) que, sin embargo, no les impide saber en que año viven. Con sus cuatro miembros (Pablo Casero, José Rodríguez, Alfred Sanchis y Óscar Vadillo) retratamos el disco, canción a canción.
1- Mental
(José) Se creó partiendo de una base rítmica muy definida, muy sólida y al mismo tiempo con un toque sincopado un poco funky. El secreto era que eso no se notara, simplemente que la canción fluyera hasta un estribillo potente bajo un manto elegante y oscuro, marca de la casa. Es un buen ejemplo de lo que queríamos conseguir con este disco, hacer canciones sin distracciones superfluas para el oyente. Directo y coherente. Fue el single de presentación del disco y su vídeo expresa muy bien la idea global de Portraits. Nosotros y la canción, sin más.
2- Glassvegas
(Alfred) Se trata del primer tema que compusimos para el disco. La parte rítmica de bajo y batería se funden y trazan la senda a seguir, las guitarras y la voz principal surgen para indicarnos hacia dónde mirar, junto a unos coros inolvidables que aportan una épica exquisita. Es un tema que habla de la esperanza, del resurgir y del amor. Seguro que se convierte en un himno para los seguidores del grupo.
3- Whiskey
(Pablo) Solo tres acordes conforman Whiskey y, por ello, compositivamente hablando, es un tema único en la trayectoria de la banda. El intríngulis reside en la repartición irregular del tiempo entre esos acordes. La canción es un ‘crescendo’ en estado puro. Whiskey habla de la superficialidad con que lidiamos diariamente con nuestras emociones. El personaje solamente es capaz de conectar con la verdad subyacente a través de la bebida. También con la inspiración.
4- Someone
(Pablo) La estrofa de Someone cabalga sobre siete acordes hacia el mundo de lo celestial (‘heaven’), una vez más, como escenificación en el subconsciente de un cielo cristiano imaginario. El personaje se enfrenta al juicio final, y después de todo, apenas se conoce a sí mismo. La guitarra solista del final expresa de manera sobresaliente la esencia de la canción.
5- Déjà Vu
(José) Esta canción salió de una improvisación en el local de ensayo sobre una base de bajo y batería. Estábamos probando un ritmo con mucho groove, pero que tuviera un toque oscuro e inquietante, sin muchos adornos. Conseguimos una base minimalista que caminaba muy bien junto con las guitarras y la voz. Concebimos la canción como un viaje iniciático, en el cual el oyente se ve arrojado a un final liberador. Decidimos que la canción debería tener una intro acorde a su espíritu, y pensamos que Philip K. Dick y su mensaje distópico le iban como anillo al dedo.
6- In The Fall
(José) Fuerza y actitud. Eso es lo que me sugiere esta canción. Tiene unos matices muy noise pero al mismo tiempo guarda ese trazo melancólico- melódico que ha caracterizado nuestro repertorio desde el principio. Es una alternancia muy interesante y que pocas veces nos permitimos mostrar. Sin duda, es un toque de atención al oyente cuando esté escuchando el disco. Y para nosotros un punto de inflexión en el directo.
7- Beirut
(Óscar) Este tema, con ese principio, nos podría recordar a una película romántica clásica italo-francesa de los años 70/80. Lenta, sensual y que te transporta a un clímax ideal. La guitarra principal del principio lleva un «sonido añejo» con un delay de cinta analógico que le da ese toque clásico al tema.
8- Insight
(José) Es una evolución natural del sonido Ambros Chapel. Tiene la estructura de nuestros temas clásicos y las dinámicas que nos salen de forma natural, pero con uno de los mejores estribillos que hemos compuesto. La canción fluye de forma muy natural desde el obstinato del principio hasta el final rompedor, y sin perder fuerza en ningún momento. Nuestra principal preocupación en este disco era que todo sonara natural, como si vieras al grupo tocando en directo, intentando que los matices dinámicos no se perdieran. Y esta canción es un buen ejemplo de un buen maridaje de todos los elementos.
9- Wonder why
(Alfred) Es la canción de menos duración del disco, con una estructura sencilla pero con una fuerza demoledora. Actúa como una arenga en la batalla de la vida. Su rítmica es muy The Cure´82, pero mezcla riffs de guitarra a lo John Wayne. Ian Curtis y alguno más estarían orgullosos. ¿Por qué hacer las cosas difíciles cuando se puede ir al grano?
10- August
(Óscar) Sonido new wave con ritmo continuo y con un groove maravilloso, parece sencilla pero con muchas armonías que van de menos a más en los coros, guitarras y teclados. Es el tema más bailable del disco. Como anécdota, en post-producción queríamos grabar un saxo para algunas partes, pero al final se nos echó el tiempo encima y no pudimos hacerlo.