Después de toda su vida en Valencia haciendo de casi todo, desde publicar en la Turia o El País hasta ejercer de copresentador en el programa de La Sexta «Todos a 100» o llevar la programación de la Sección Oficial de la Mostra de Valencia en su última etapa, Paco Gisbert se trasladó a Barcelona hace cuatro años. Allí es el jefe de redacción de la revista Primera Línea, pero no olvida sus orígenes y viaja a Valencia cuando puede para ver a su familia y amigos y disfrutar de su gastronomía. Estos son sus lugares favoritos para comer y beber.
1.- Riff (C/ Conde Altea, 18)
Probablemente no sea objetivo, pero para mí el Riff es el mejor restaurante de Valencia. Y afirmo que no soy objetivo porque conozco a Bernd Knöller, su responsable, desde hace más de 20 años. Lo he visto trabajando en la pizzería Sorrento, regentando El Ángel Azul y cumpliendo su sueño cuando abrió el Riff o cuando le otorgaron su primera estrella Michelin. Y somos amigos. Allí ha transcurrido parte de mi vida, buenos y malos momentos, pero siempre he salido satisfecho de cómo he comido. Su capacidad para reinterpretar la cocina mediterránea es asombrosa, el personal con el que trabaja, cálido y generoso, y el ambiente que crea en el restaurante hace que te sientas como en casa, aunque en casa jamás me lanzaría a la aventura de cocinar platos tan elaborados. Hay gente que me dice que es caro, pero yo soy de los que piensa que caro es comer menús de mierda por 20 euros.
2.- La Salvaora (C/ Calatrava, 19)
Tiene aspecto de taberna flamenca, aunque nunca he escuchado en su sonido ambiente una soleá o un palenque, sus paredes están decoradas con fotos de cantaores míticos, aunque a simple vista parezcan personajes de «Los otros», pero en La Salvaora hacen, a mediodía, algunos de los mejores arroces de Valencia. Cada día uno. Un lugar muy agradable, ideal para confesar cosas a los amigos, del que se sale tan saciado que hay que recurrir al vecino Negrito para tomar el café y la copa que reconduzca la tarde.
3.- San Nicolás (Plaza Horno de San Nicolás, 8)
Si alguien lleva toda la vida haciendo lo mismo y le funciona, no tiene por qué cambiar. Esa es la filosofía de San Nicolás, un restaurante situado en el corazón del barrio de El Carmen que ofrece los pescados de roca limpios y cocinados al papillote, al vapor o con salsas desde hace más de 20 años. Nadie los ha podido igualar. Y quizás ese es el truco: una receta sencilla, con productos de primera calidad y sin demasiados adornos. Y Felipe y Elisa, sus dueños, te hacen sentir bien cómodo con su propuesta.