La película post-punk Fotogénico, que explora el duelo de un padre tras la muerte de su hija, llega a La Mostra de Valencia con la participación de la artista valenciana Bella Báguena.
La tragicomedia Fotogénico desembarca en La Mostra de Valencia tras de su exitosa presentación en la sección ACID del Festival de Cannes. Dirigida por los cineastas franceses Benoît Sabatier y Marcia Romano, ganadora del César a la Mejor Adaptación por El acontecimiento, esta película cierra una trilogía dedicada a la ciudad de Marsella, iniciada con Le moral des troupes y Amore Synthétique.
La historia se centra en un padre excéntrico que llega a Marsella devastado por la muerte de su hija. A medida que investiga las circunstancias de su fallecimiento por sobredosis y su conexión con una banda de rock femenina, se sumerge en un universo caótico que le permite afrontar su duelo de una manera singular.
Los directores han compartido su deseo de que la película evoque la estética de una portada de disco, con elementos de fanzine que reflejan sus influencias. «El montaje remite a un videoclip», han señalado. La obra se presenta como un graffiti cinematográfico, capturando los rincones más oscuros y auténticos de la Marsella underground, desafiando así las convenciones del cine francés contemporáneo con encuadres audaces y un montaje no lineal.
Fotogénico cuenta con un elenco que incluye a Christophe Paou, Roxane Mesquida y Angèle Metzger, así como a personajes de la escena marsellesa, como la valenciana Bella Báguena. Esta última recuerda cómo fue abordada para participar en el proyecto: «Estaba con unas amigas y un grupo se acercó a mí. Después de mucho insistir, los invité a un concierto y comenzamos a trabajar en el texto». A pesar de su temática trágica, los directores han inyectado humor y fantasía, inspirándose en las comedias italianas de los años sesenta.
Con un presupuesto de 400,000 euros y solo 23 días de rodaje, Fotogénico fue filmada en el corazón de Marsella, donde las calles se transforman en un escenario vibrante lleno de grafitis, carteles de discos y música techno. Los realizadores consideran el cine como un acto de fetichismo, donde cada detalle contribuye a la experiencia estética. «Cuando uno envejece, parece que todo el underground desaparece, pero Bella demuestra que no es así. Siempre hay una nueva generación creando al margen de lo industrial», concluyen.