Cuatro parejas vuelven al hotel donde se casaron, el anfitrión que quería chantajearles aparece muerto, hay varios sospechosos. Todos los hacen es la segunda película de Martín Cuervo (debutó con Con quién viajas). Una comedia negra con un reparto coral en el que destacan Julián López, Macarena Gómez, Mariam Hernández, Carlos Santos, Víctor Palmero o Pablo Carbonell. El guión lo firman Marta Sánchez (Hasta que la boda nos separe, Allí abajo, Aida) e Irene Rubio (Madres, Treufoc), que resumen el film como “el resultado de una noche de pasión entre Ágatha Christie y Álex de la Iglesia”.
La película se estrena en los cines (Aqua, MN4 y Kinépolis) este miércoles, 28 de diciembre. Antes, Martín Cuervo se convierte en el programador de nuestro cine invisible y nos selecciona sus dos clásicos preferidos, uno de siempre y otro más reciente, más de medio siglo los separa:
Un clásico de siempre:
🎬 Vértigo (Alfred Hitchcock, 1958)
Para mí, el gran thriller del rey de los thrillers. De las primeras que vi del maestro del suspense y, sin duda, uno de los clásicos que más me han impactado. El magnetismo de Kim Novak y la presencia de James Stewart te atrapan en esta historia espiral que es un icono del cine hasta en su cartel (del mítico Saul Bass). He aprendido a rodar con Hitchcock y con muchos de los planos de esta cinta. Es de una cinematografía exquisita, con movimientos de cámara de una delicadeza maravillosa. Tanto es así, que siento que se adelantó a su tiempo. Se estrenó con críticas tibias (en el festival de San Sebastián, por cierto) y fue ganando reconocimiento con el paso de los años. Hasta que, de hecho, en 2012 fue elegida la mejor película de todos los tiempos, nada más y nada menos.
Un clásico reciente:
🎬 Beginners (Mike Mills, 2010)
Me ha costado un mundo no poner aquí Star Wars, pero es que no siento ese clásico tan reciente, permitanme la millennialada. Para mí, Beginners es la película perfecta. Una de esas que me habría gustado firmar yo. Suficientemente comercial, pero a la vez naturalista y sutil. Hablando de personas reales que todos podríamos conocer y de conflictos tridimensionales que se tocan con los dedos. Un retrato de cómo afronta el amor una generación un tanto perdida, sumado a una relación con nuestros progenitores que se mueve en el rango de lo complicado. Además, siento que Mills, inventó prácticamente un estilo visual que es replicado en publicidad a día de hoy, con esos pseudobodegones ilustrativos y esas voces en off tan evocadoras y melancólicas. Y no puedo cerrar estas palabras sin alabar la maravillosa interpretación de Christopher Plummer (que le valió un Óscar). Tiene la mejor escena de reacción a una noticia como la que le dan (cero spoilers) que he visto en la historia del cine.