Como un certero gancho de derecha

Pasan los años y su vigencia sigue intacta. Esa es la mejor manera de diferenciar un clásico de otro libro que no lo es. «La soledad del corredor de fondo» de Alan Sillitoe pertenece a ese grupo privilegiado al que el tiempo no ha hecho más que potenciar toda sus cualidades. Un lujo cuya relectura jamás decepciona.